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El Mundo 3 de diciembre de 2018

Los países más vulnerables piden una respuesta global frente a la urgencia climática

Durante las próximas dos semanas, se espera que la COP24 ultime en Katowice las normas de aplicación del acuerdo de París.

Los líderes asistentes a la Cumbre del Clima (COP24) que se celebra en Katowice. Foto: EFE | Peter Klaunzer.

por Amélie Bottollier-Depois

KATOWICE, Polonia.- Los países más amenazados por las catástrofes climáticas reclamarán este lunes, en la cumbre sobre el clima, más compromisos por parte de sus socios del Norte, aunque el contexto general no sea demasiado alentador.

Los presidentes de los Estados particularmente vulnerables, como Honduras y Bangladés, asistirán a esta cumbre, organizada en el segundo día de la 24° conferencia de la ONU sobre el clima.

Durante las próximas dos semanas, se espera que esta COP24 ultime en Katowice las normas de aplicación del acuerdo de París.

Los países del Sur esperan que la comunidad internacional amplifique sus objetivos de reducción de gases con efecto invernadero. Además, deberían recordar al Norte su promesa de aumentar su financiación de las políticas climáticas de los países en vías de desarrollo hasta 100.000 millones de dólares anuales para 2020.

“El grupo de los PMA [Países menos avanzados] representa casi mil millones de personas. Ellas son las menos responsables del cambio climático pero las más vulnerables a sus consecuencias”, comentó antes de la conferencia el presidente de la delegación de ese grupo, el etíope Gebru Jember Endalew, apuntando que se necesitarán “billones de dólares” para financiar esas políticas.

La cuestión de la financiación Norte-Sur suele perturbar las negociaciones, por lo que el Banco Mundial anunció este lunes el desbloqueo de unos 200.000 millones de dólares entre 2021 y 2025 para ayudar a la reducción de emisiones y a la adaptación al cambio climático, el “doble” respecto al periodo anterior.

Esto “envía una señal importante a la comunidad internacional para que haga lo mismo”, señaló la institución.
Pero los observadores temen que el contexto internacional, con el reiterado rechazo de Donald Trump al acuerdo de París, no sea propicio para que se adopten nuevos compromisos.

Y Polonia, presidenta de la reunión y enardecida defensora de su industria del carbón, tiene otras prioridades.
Además de la aprobación crucial de las reglas para poner en marcha el acuerdo de París, Varsovia quiere promover una “transición justa” hacia una economía baja en carbono y que la cumbre adopte un texto en este sentido.

Según la versión preliminar a la que tuvo acceso la AFP, esta “declaración de Silesia”, corazón de la producción hullera polaca, “admite los desafíos a los que se enfrentan los sectores, las ciudades y las regiones en periodo de conversión de las energías fósiles (…) y la importancia de asegurar un futuro decente a los trabajadores afectados por esta transición”.

Clima y empleos

Polonia no es el único país en poner sobre la mesa el tema de la “transición justa”, pero algunos temen que no sea más que una excusa para ralentizar el paso a una economía de bajo consumo de carbono.

“No tenemos décadas o siglos para salir de las energías fósiles”, advirtió Alden Meyer, de la organización Union of Concerned Scientists.

El acuerdo de París busca limitar el calentamiento global a +2° respecto a la era preindustrial, e idealmente a +1,5°.

Sin embargo, el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) muestra las claras diferencias de la incidencia entre esos dos objetivos.

El informe también destaca que habría que permanecer por debajo del +1,5° para reducir las emisiones de CO2 cerca de un 50% para 2030, respecto a los niveles de 2010. Esto implicaría una transformación importante de la economía.

“Algunas sociedades dicen: o el clima o los empleos. Eso no funciona así”, consideró María Fernanda Espinosa, presidenta de la Asamblea General de la ONU, alegando que podrían crearse muchos empleos en el sector de las energías renovables.

“Las sociedades deben adaptarse, deben entender (…) que lo que está en juego ahora es simple y llanamente la supervivencia de la especie humana y del planeta”, agregó.

En cuanto al presidente de la COP23, el primer ministro de Fiji Frank Bainimarama, insiste en que esta transición sea “justa para todo el mundo, en particular para los más vulnerables al clima” y no solo “para los trabajadores, las regiones y las economías afectadas”.

AFP-NA