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La Ciudad 28 de julio de 2019

Macri y Vidal dejaron en claro que la interna es secundaria

La disputa local entre Baragiola y Montenegro quedó en un segundo plano. El presidente y la gobernadora pidieron el voto para mantener el modelo y no hicieron diferencias entre los postulantes a intendente. La estrategia ahuyenta temores de la precandidata radical.

Una postal del acto del viernes. Habla Macri y los precandidatos locales, al igual que la gobernadora, aplauden desde la primera fila.

Por Ramiro Melucci

En el último tramo del acto en el microestadio de Quilmes, Mauricio Macri hizo un conteo de lo que, bajo la perspectiva oficialista, ponen en disputa las próximas elecciones. Avanzar al futuro o volver al pasado. Luchar o no contra el narcotráfico, las mafias, la inseguridad y la corrupción. El derecho a pensar distinto sin ser hostigado. “No es cualquier elección”, sentenció el presidente ante el auditorio marplatense.

Fue el mensaje principal del acto de Juntos por el Cambio en Mar del Plata. Lo importante, lo verdaderamente crucial, es la defensa del modelo. Todo lo demás viene detrás en la lista de prioridades. Incluso la reelección de María Eugenia Vidal.

Es cierto que la interna local entre Guillermo Montenegro y Vilma Baragiola es la más atractiva de la provincia. Por el peso electoral de esta ciudad. Por el efecto simbólico de gobernar la principal localidad turística del país. Por la necesidad de redimirla del fallido gobierno de Carlos Arroyo. Pero todo queda relegado cuando está en juego la continuidad del modelo.

En la tarde del viernes la PASO doméstica quedó nítidamente en un segundo plano. Los precandidatos a intendente escucharon los discursos desde la primera fila y se subieron al escenario al final, solo para saludar al presidente y la gobernadora, que no los mencionaron. Un síntoma claro del lugar que ocupa la interna en la estrategia electoral.

En los últimos días, la mandataria provincial y Miguel Ángel Pichetto, el compañero de fórmula de Macri, fueron consultados por la contienda vernácula. Ninguno de los dos se inclinó públicamente por Montenegro o Baragiola. El presidente y la gobernadora sumaron a los dos a una recorrida por la obra del gasoducto. Lo mismo había hecho un día antes el candidato a vicepresidente en las reuniones con empresarios pesqueros que mantuvo junto al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. De allí se desprende el otro mensaje que dejó el desembarco del oficialismo nacional y provincial en Mar del Plata: no hay favoritos. Lo determinante es que los dos sumen para las reelecciones de Macri y Vidal, que están en riesgo. 

No quiere decir que en la intimidad no haya una preferencia clara. La gobernadora anhela que Montenegro suceda a Arroyo el 10 de diciembre. Lo demostró cuando lo depositó en Mar del Plata dos meses después de que Baragiola ganara las legislativas de 2017. Lo ratificó antes del cierre de alianzas con gestos evidentes. También lo demostraban los funcionarios provinciales que en privado balbuceaban la desconfianza que les generaba la radical. Pero el tiempo de todas esas demostraciones concluyó en el mismo instante en que comenzó la campaña.

La estrategia de no subirle el tono a la interna y de que el favorito no se clame a viva voz ahuyenta dos temores que había dejado entrever Baragiola. El primero, que fuera víctima de un trato dispar. El segundo, que regresara la campaña sucia que se insinuó en algunos canales de televisión nacionales antes de la constitución de alianzas. Nada de eso ha sucedido.

Hay, en cambio, señales que exhiben un nuevo panorama. Baragiola ha estrenado en los últimos días una foto con la gobernadora. Es la que se ve en la calle detrás del eslogan “Juntas por el Cambio”. No tener durante tanto tiempo esa postal fue el hecho que engendró aquellos temores.

Baragiola se sacó otro peso de encima. No tendrá que votar en los próximos días un aumento de tasas con el que está de acuerdo. El Concejo Deliberante recién sesionará el 15 de agosto, cuatro días después de las PASO. El radicalismo arguyó causas legislativas: dijo que el Ejecutivo no incorporó las modificaciones acordadas en la comisión de Hacienda.

Se asemeja más, sin embargo, a una buena excusa. Se advierte una maniobra dilatoria para no votar las tasas en la antesala de la elección. Hay que mirar quién se ve más favorecido para interpretar la trama. Y la única candidata con chances de convertirse en intendente que hubiera aparecido levantando la mano para votar el aumento hubiese sido Baragiola.

No es de ahora la intención de involucrarse lo menos posible en el tratamiento del incremento. Desde hace tiempo la concejal le dejó su lugar en la comisión de Hacienda a Cristina Coria. Pero tampoco hay que medir esa decisión con una doble vara: ni Montenegro ni Fernanda Raverta, que son diputados nacionales, ni ninguno de los otros candidatos que son legisladores privilegian en campaña la tarea legislativa. Es un comportamiento general. Que se aprecia más en el caso doméstico porque hay dos ordenanzas fundamentales frenadas desde principios de año: la fiscal y la impositiva. 

Los recaudos no parecen en vano. A Mariel Fornoni, la directora de Management & Fit, los números de sus encuestas la convencieron de que el ganador de la interna de Juntos por el Cambio tendrá más posibilidades que ningún otro de suceder a Arroyo. Sería decisivo, claro, el peso electoral que mantiene la figura de la gobernadora en Mar del Plata.

 



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