El director de Comunicaciones de Aerolíneas Argentinas, Marcelo Cantón, se entusiasma con los datos. Cuenta que en el primer trimestre de este año la empresa transportó 235 mil pasajeros a Mar del Plata, un 32% más que en el mismo periodo de 2017. Además dice que este mes se están ofreciendo 26.880 asientos para volar a la ciudad y que esa cifra trepará a 36.738 en diciembre. Y no eso eso: detalla que de las 36 frecuencias semanales que hay en la actualidad a la ciudad se pasará a 49 para fin de año. “Estamos haciendo una apuesta fuerte por Mar del Plata. Y no con promesas si no con hechos concretos”, asegura en diálogo con LA CAPITAL.

– ¿Qué objetivo busca la compañía vuelo directo entre la ciudad y Córdoba?

-Estamos buscando potenciar el turismo. El vuelo concretamente desde Córdoba lo que apunta es conectar a Mar del Plata con todo el norte del país. Córdoba es la base y desde ahí se puede combinar con Salta, Tucumán, Mendoza, Resistencia, Iguazú, Posadas, Jujuy… Ese es el objetivo principal de este vuelo. Tenemos muchas expectativas respecto de la temporada 2018. El crecimiento que ya se viene marcando en el tráfico es lo que nos alienta a ser optimistas respecto de lo que pase.

– ¿La devaluación va a provocar que sea una buena temporada para los destinos nacionales?

-Es altamente probable y es lo que está demostrando la realidad hoy. Los pasajes de cabotaje siguen creciendo aún en una circunstancia en la cual el consumo en general está frenado, pero simultáneamente hay un retroceso en la venta de pasajes internacionales. Lo que se está viviendo en el mercado aeronáutico es un traslado de la venta de pasajes internacionales a destinos locales. Eso hace suponer que esta temporada de verano habrá mucha más potencialidad en el cabotaje que en lo internacional.

– ¿El desembarco de las compañías low cost mejoró la competitividad de Aerolíneas?

– Es una combinación de dos cosas. El primer factor que estimula el vuelo del pasajero es la baja del precio. Eso es clave y permite que puedan aparecer nuevos pasajeros que hasta ahora no viajaban en avión. La experiencia de viajar rápido y cómodo y de ganar un día de vacaciones es muy fuerte. Por otro lado, la competencia estimula la baja de precios porque todos los competidores nos ponemos a hacer cuentas sobre cómo ser más eficientes para poder hacer una mejor oferta al público. En agosto se eliminó la tarifa mínima que había para cabotaje y eso provocó que las ofertas pudieran ser más agresivas. Hicimos una campaña de 499 pesos en las que vendimos 3 mil aviones llenos.

– ¿Las campañas de promoción agresivas van a continuar después de la temporada?

– Sí, porque de hecho nosotros tenemos propuestas de descuentos para el otoño próximo. Las grandes ofertas vinieron para quedarse. No es que siempre vas a tener en oferta todo sino que de pronto habrá ofertas puntuales muy atractivas y con grandes descuentos para una ruta o una frecuencia. Todos estamos atentos en ver cómo seducir al pasajero.

– ¿Cómo repercute la crisis económica en Aerolíneas?

– Aerolíneas tiene un doble impacto. El primero es más poderoso que es la suba muy importante del precio de los combustibles: fue más del 40% en lo que va del año. A eso se suma la devaluación porque el precio de combustible subió un 40% en dólares. Eso provocó que para la compañía haya un costo de más de 100 millones de dólares adicionales a lo que se tenía previsto en presupuesto para este año. ¿Qué impacto tiene esto? Como la venta de pasajes no está creciendo como en el primer trimestre, que fue a un ritmo del 13% y ahora es de un 4%, eso provoca que tenemos más gastos y no crecen los ingresos. Por lo tanto el impacto en la compañía va a ser que no vamos a lograr cumplir los objetivos que teníamos de rebaja fuerte del déficit y que hayamos tenido que pedir 100 millones de dólares adicionales al tesoro.