Adolescentes de diferentes barrios de la ciudad, organizaciones estudiantiles, barriales, sociales y políticas se manifestaron esta tarde contra la violencia institucional y el gatillo fácil en lo que fue una nueva edición de la Marcha de la Gorra, la cuarta que se realiza en la ciudad.

“Cuando la gorra crece, nuestros derechos desaparecen”. Esa consigna principal que tuvo la marcha como bandera, es para los y las adolescentes de los barrios periféricos de la ciudad toda una declaración contra la estigmatización que dicen sufrir a diario.

“La marcha fue la más masiva de estos cuatro años. Es una alegría que hayamos podido confluir diferentes fuerzas políticas que nos encontramos en la calle diariamente. Los reclamos se extienden por temas económicos y pasando por atropellos políticos”, expresó Julia Rigueiro, referente de Patria Grande.

“La Marcha de la Gorra tiene reclamos específicos de un sector social claramente vulnerado y perjudicado por las políticas neoliberales de este gobierno. Los pibes y pibas han sabido entender las diferentes coyunturas en las que han realizado las marchas y este año se ven atravesados por la disminución de presupeusto en lo que tiene que ver con los derechos de los niños, niñas y adolescentes”, dijo Rigueiro y agregó: “Pibes y pibas analizan su realidad cotidiana, en la que viven viven el hostigamiento policial, la criminalización y la estigmatización por su vestimenta, por su lugar de procedencia, por su clase social y por sus gustos y costumbres”.

“La visera que usan no es más que una costumbre de vestir, una forma de identificarse y conocerse. Como esa gorra genera tanto odio cuando vienen a pasear al centro, cuando quieren entrar a un local o cuando se encuentran con un patrullero, un jefe de calle”, dijo la referente de Patria Grande.

Otro de los principales reclamos de este año tuvo que ver con las adicciones y el consumo problemático. “El Estado no ofrece centros adecuados para el recibimiento de pibes y pibas que necesitan ayuda, contención y búsqueda de una salida que es muy grave” y agregó: “Ellos se organizan para tener centros de ayuda en sus barrios, en sus construcciones territoriales. Como es el caso del centro barrial La Rebelde que queda en el barrio Pueyrredon”.

La Federación Universitaria fue una de las organizadoras de esta Marcha de la Gorra y, al respecto, su vicepresidenta, Florencia Giménez, expresó: “Marchamos contra la violencia institucional, el gatillo fácil, en contra de la criminalización de la juventud y por la falta de políticas públicas de inclusión a la juventud”.

“Es un reclamo local, pero también a nivel nacional: falta de aumento en los presupuestos de educación, de salud, de dispositivos para combatir el consumo problemático de sustancias que puedan incluir en los barrios”, dijo la dirigente estudiantil.

“El Estado está ausente en los barrios y cuando aparece, lo hace con un color represivo: pidiendo documentos, haciendo detenciones ilegítimas. Eso se vive en los barrios de Mar del Plata y Batán”, dijo Florencia y agregó: “Faltan dispositivos que puedan incluir la cultura, el deporte y espacios de empoderamiento para la juventud”.

La cuarta edición de la Marcha de la Gorra en Mar del Plata fue multitudinaria y terminó con un festival, con alegría, en el que cientos de jóvenes expresaron: “No somos peligrosos, estamos en peligro”