“Serenata”, de Daniel Maza y María Volonté, es el espectáculo que propondrán ambos músicos, en el escenario de Teatriz (Diagonal Pueyrredon y Bolívar), a partir de las 20,30 de hoy y con la participación de Cecilia Pugliese como invitada especial. Entrevistada por LA CAPITAL, Volonté -es dueña de una voz exquisita- señaló que “Serenata” abarca “una propuesta bien intimista donde nuestras voces, nuestros instrumentos y nuestras historias se van entrelazando naturalmente”.

Con Daniel Maza desde la guitarra, Volonté contó que junto a él disfruta de la composición y de la aventura de cada nueva canción. “Compartirmos un cariño profundo por el mismo puñado de canciones, muchas han sido la banda de sonido de nuestras vidas, o de las vidas de nuestros padres y abuelos y como nos parecen fabulosas nos encanta la idea de rescatarlas del olvido”, agregó.

“Por eso es una Serenata: traemos estas canciones de amor invitando a la gente a que abran sus corazones, a la inocencia, a la curiosidad, a la ilusión”.

– ¿Por qué con tanta música en tu casa familiar y tan diversa, te anclaste en el tango?

– El tango fue una gran inspiración para mí porque me conectó desde muy chica con la riqueza de su música y sus letras. Además de un género musical es una filosofía y una mirada sobre la vida. Cantando y creando comprendí que puede haber mucho tango en un bolero, en un candombe, en un fado o en un blues.

– ¿De qué manera dotás de femineidad a un género que es tan varonil?

– Nunca sentí que el tango fuera un dominio exclusivo del varón, tal vez porque me crié escuchando a Mercedes Simone, Rosita Quiroga o Azucena Maizani, junto con Gardel o Rivero. Y más tarde tuve la fortuna de conocer y apreciar de cerca a artistas fundamentales como Nelly Omar o Eladia Blázquez. Así que a la hora de hacer mis versiones o de componer me gusta que la emoción y la pasión fluyan en lo que canto, pero prefiero el susurro a la estridencia; lo no dicho, lo sutil, me atrae mucho más que lo evidente.

– Algunas cantantes mujeres se imponen en el tango como las minas bravas, las guarras, creo que ése no es tu personaje en la música, más bien me atrevo a decir que tu personaje es inclasificable, ¿coincidís?

– No creo que exista una única manera de cantar el tango o que para hacerlo de modo más “auténtico” haya que encarnar un estereotipo de hombre o de mujer. Creo que mi búsqueda artística es inseparable de quien soy y que a través del arte exploro los temas que me fascinan y me obsesionan en la vida, como ser humano.

– El premio Gardel de Oro se lo acaba de ganar una mujer música que viene del palo de lo emergente, Marilina Bertoldi. ¿Te parece que llegó la hora de ver y escuchar a más mujeres músicas?

– Está buenísimo que nuevos talentos jugados a hacer cosas más audaces sean premiados por su valentía. Pero pensando en la presencia arrolladora que han tenido y tienen tantas mujeres en los escenarios del mundo entero, desde Piaf hasta Madonna, desde Libertad Lamarque a Miss Bolivia, no siento que la valoración de su arte sea necesariamente inferior a la que recibe un hombre con condiciones similares. Lo que yo observé girando durante años es que hay mercados musicales diferentes, algunos más feroces y competitivos que otros y hay mucha gente talentosísima que jamás recibirá el reconocimiento que merece. Por eso en el mundo de la música independiente nos quemamos las pestañas aprendiendo a desarrollar nuestro arte sin depender de esos mercados, tanto mujeres como hombres.

– ¿Qué opinión tenés sobre el proyecto de ley sobre cupo femenino en los festivales de música populares, que ya tuvo media sanción en Senadores?

– Tengo grandes amigas y colegas luchando por esa causa y les deseo lo mejor en su cometido.