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Cultura 6 de mayo de 2017

Mario Escobar: “El mundo de hoy se parece al preludio de la II Guerra Mundial”

Mario Escobar abogó por recordar la historia del siglo XX para evitar caer en los mismos errores. El escritor español pasó por Buenos Aires para presentar "Los niños de la estrella amarilla".

por Sara Martos

BUENOS AIRES.- El mundo está en un momento “muy parecido” al periodo previo a la II Guerra Mundial, por lo que es preciso recordar la historia del siglo XX para evitar caer en los mismos errores, según relata el escritor español Mario Escobar, que presentó su nueva novela en la Feria del Libro de Buenos Aires.

En “Los niños de la estrella amarilla“, Escobar narra la vida de la generación que reconstruyó Europa tras el conflicto bélico (1939-1945) y que “por desgracia” ha quedado en el olvido con la proliferación de un “nacionalismo exacerbado” que vuelve a fomentar el odio, la xenofobia y el racismo, comentó el historiador madrileño en una entrevista a EFE.

A lo largo de casi 300 páginas, Escobar cuenta la historia de la población francesa de Le Chambon-Sur-Lignon, una comunidad que, en contra del gobierno colaboracionista francés, albergó y ayudó a escapar a judíos amenazados con ser enviados a campos de concentración creados por el régimen nazi alemán de Adolf Hitler.

“Para mí es un ejemplo porque fueron comunidades hugonotas, protestantes franceses, que durante siglos habían sido perseguidos, y cuando vieron a un pueblo que sufría lo mismo que ellos, en vez de ser resentidos decidieron actuar”, indicó el también colaborador de National Geographic Historia.

Las experiencias reales de varios de los menores que llegaron a la localidad gala se entremezclan para crear los personajes de Jacob y Moisés, dos hermanos judíos que abandonan París para buscar a sus padres, ocultos en la Francia libre.

A través de los ojos de los pequeños, el autor busca mostrar cómo se ve la guerra desde el punto de vista de los niños, “los más olvidados” de los conflictos bélicos.

“Ellos lo ven todo con una inocencia exenta de prejuicios que al mismo tiempo les permite transformar la realidad y convertirla en lo que ellos quieren”, señaló el creador de “Canción de cuna de Auschwitz”.

Los niños de la estrella amarilla, en referencia al símbolo que portaban sobre la ropa para ser identificados como judíos, se vieron obligados a madurar antes de tiempo y se ocuparon de construir una Europa “unida” que, aunque con “defectos”, ha mantenido la paz, el equilibrio y la prosperidad estos años,

Una paz, que a juicio del escritor, no es “natural”, sino que “hay que ganársela” en un sistema en el que la memoria es clave para que las nuevas generaciones empiecen “algo nuevo” a pesar de la “mochila” histórica que pesa sobre sus hombros.

Un contexto internacional en el que, como recordó el novelista, la candidata a la presidencia francesa, Marine Le Pen, aseguró que Francia no era responsable de la oleada de detenciones de judíos del 16 y 17 de julio de 1942, cuando 13.000 de ellos fueron arrestados con la complicidad de las autoridades colaboracionistas del régimen de Vichy, la mayor parte de ellos deportados a los campos de concentración y exterminados.

“Por eso la novela pretende ser un recordatorio, no solo a Francia sino a toda Europa. La extrema derecha está creciendo en Alemania, en Holanda, y en Austria y parece que solo es el principio de lo que puede venir más adelante”, alertó.

A juicio de Escobar, la “alta política” ha vivido en una “realidad paralela” y pensaba que ya no existía el racismo o la xenofobia, por lo que no impulsaron programas de integración de las minorías.

“Creo que estos libros ayudan a entender que el populismo, ya sea de extrema derecha o de extrema izquierda, promete cosas que luego no puede cumplir. De hecho da soluciones muy simples a problemas muy complejos y busca siempre chivos expiatorios a los que apuntar para focalizar toda la frustración de la población en los judíos”, explicó.

Como respuesta a la situación actual, Escobar aseguró que elige escribir sobre personas “comunes” que realizan actos extraordinarios con la esperanza de despertar la empatía en sus lectores y producir un cambio en el comportamiento.

“Creo que la novela consigue que por un momento te pongas en la piel del otro, y te preguntes: ¿qué haría yo?, ¿ayudaría, me escondería o los delataría por una recompensa? ¿ y si fuera la víctima?”, comentó.

Al preguntarle si cree que hoy existe un Le Chambon-Sur-Lignon responde: “Está en el corazón de cada hombre y mujer dispuesto a acoger al extraño. Y eso es esperanzador porque ese pueblo representa a la gente que es capaz de hacer el bien a pesar de estar rodeado de mal”.

EFE.