“Es un reconocimiento después de años de estar haciendo música, es gratificante saber que se nomina y se premia a la música y no solo a los números“, dijo a LA CAPITAL el bajista Marcelo “Coca” Monte sobre la nominación a los premios Gammy Latinos, recientemente conocida.

“Incomunicación”, el disco número diez de Vetamadre, banda de la que es parte, compite con los trabajos de otras grandes bandas y solistas: Eruca Sativa, Molotov, Cuarteto de Nos y Miguel Mateos. 

Vetamadre es una banda que hizo de la independencia y la perseverancia sus valores más altos. Con diez discos en su haber, los músicos atesoran más de veinte años de canciones, escenarios, salas de ensayo, festivales y vinculación cercana con un público que, según el bajista, está “viviendo esta nominación como propia y así es”.

Nacido en Mar del Plata, en “Pampa y 11 de Septiembre”, Monte dejó esta ciudad en los ’90 para trasladarse a Buenos Aires. Buscaba encontrar su lugar en el música, como artista y como ingeniero de sonido. “Soy orgullosamente marplatense, mis tres hijos nacieron ahí, mi familia vive ahí, mi hija y mi nieta viven ahí, mis amigos son de ahí”, reconoce, todavía sorprendido por la cantidad de felicitaciones que recibe por estos días, a partir de estar en la terna de los Grammy.

“En particular me sana, es como un abrazo al alma. Lo más hermoso es la reacción de muchísima gente que nos rodea y que está más contenta que nosotros. Escuchamos y leemos cosas como ‘Se lo merecen’, ‘Son los abanderados de las bandas que perseveran y siguen a pesar de…’, ‘Se hizo justicia’, etc”, sigue, emocionado.

Vetamadre está formado por Julio Breshnev en voz y guitarras, Martín Dejean en teclados y Federico Colella en batería.

-¿Qué relación tienen con los premios?

-Están buenos, algunos son más orgánicos que otros, algunos “más creíbles”, nosotros no tenemos ninguna capacidad de lobby así que se torna muy real. Te ayudan a darte a conocer o a estar en consideracion de los demás.

-Vetamadre se movió siempre en los carriles de la música independiente, ¿qué es ser hoy una banda independiente cuando gran parte de la música pasa por Spotify, Youtube y otras redes y soportes electrónicos?

-Para mi hay que hacer la música que se quiere y no solamente la que se puede, hacer lo que uno quiere demanda que nos conectemos con los sueños y los deseos más profundos. Es poner en práctica el sacrificio, la tenacidad, la perseverancia, el aprendizaje, el esfuerzo y el trabajo. Hacer solo lo que se puede artísticamente es muy limitado y generalmente quedás a mitad de camino. Hoy es más fácil grabar y colgar música en plataformas pero a la vez es más dificil, porque ya no estás solo en tu aldea. Ahora tu música está en el mundo entero y para hacerse visible se complica aún más que antes. Ser una banda independiente es sonar a uno mismo sin querer parecerse a nadie. El gran éxito es ser uno mismo.

-El rock es masivo, efervescente, popular, anárquico, crítico ¿como vislumbrás el rock nacional de los próximos años?

-Creo que lo que viene es el rock. El rock nacional tiene muchas bandas increíbles y buenísimas. Las generaciones nuevas de músicos son geniales, confío en ellos. Una guitarra, un bajo, una batería, un teclado, amigos y una sala de ensayo es lo más hermoso que existe para mi. Así que hay rock para siempre.

-¿Cómo ves el panorama musical en este 2020, con pandemia y encierro? ¿El streaming vino para quedarse?

-La música urbana parece acapararlo todo pero son solo momentos, festejo la diversidad en todas sus formas pero a veces las modas y el comportamiento de manada suelen exponer demasiado a ciertos géneros. El rock está en la contracultura. Nunca mientras exista el ser humano dejará de haber cultura rock: esta ahí es parte del pensamiento humano, no solo se manifiesta en música. Es el nombre que se le dio a la rebeldía de lo que no nos gusta “lo que tiene o lo que debo ser”. Con la pandemia aparecieron en redes muchas cosas, pero muy poco reales, las redes son un canal y muchos artistas se muestran actuando algo que no son. Muy pocos pueden agarrar una guitarra y cautivarte con una canción. A muchos músicos les fomentó la creatividad y eso es bueno. El streaming es solo un extra y sí, se va a quedar (ya existía claro) pero es solo un extra, no sirve para vivir de eso. Los shows en vivo son eso, vivencias y eso no tiene reemplazo.

-¿Estás en relación con la movida musical de Mar del Plata?

-Mar del Plata tiene muy buenas bandas y muy buenos músicos. Conozco a muchos y admiro a algunos de ellos. Me formé en Mar del Plata, soy el típico músico marplatense y tenemos onda y es por el mar y sus olas. Eso lo tenemos en la piel, esa frecuencia y eso pasa por ver el mar. Tengo muchos amigos músicos en Mar del Plata. Hace poco mezclé un tema nuevo de Luzparis y produje temas nuevos de Maldita Ramona. Dios Los Cría, Milano Farenga, 99 Monos, Científicos del Palo, Altocamet, Juan Sardi, Julio Fernández y muchos más… Mar del Plata está llena de música, la veo bien, muy bien.

-¿Qué te aportó a tu rol de músico el hecho de trabajar como productor y como ingeniero de sonido?

-Te aporta muchísimo: son como clases sin serlo, también está en uno no verlo solo como un trabajo. Si te gusta la música y todo lo que la rodea disfrutás a cada momento y es ahí cuando aprendés por los poros y la piel. Trabajé muchos años con Divididos y actualmente trabajo con Juana Molina, Eruca Sativa, Adriana Varela y Rubén Rada.

-¿Considerás que una nominación para el Grammy puede llevar su música a otro público?

-Sí, espero que sí, lo más lindo de hacer y grabar música es poder llegar a otros con la música y con el mensaje. El éxito más importante es sentir orgullo y sentir la seguridad de lo que hacés, eso ya estaba. Tenemos un público muy fiel y ellos están viviendo esta nominación como propia y así es, pero si podemos llegar a más gente mucho mejor.