Un hombre de 48 años mató a puñaladas a su mujer de 44 y luego se ahorcó este lunes en una casa del barrio Don Emilio, en la que en otro de los cuartos dormían las hijas de la pareja, de 26 y 27 años.

El hecho se registró en una casa de Rosales al 10.100, donde fueron encontrados sin vidas Soledad Figueroa (44) y Marcelo Herrera (48).

Según las primeras informaciones, los cuerpos fueron encontrados este lunes por la mañana por el hermano de Figueroa, quien fue hasta la vivienda de Rosales al 10.100 y, como nadie lo atendía, decidió entrar por fuerza. Al ingresar, la escena era de horror: su hermana yacía muerte y desangrada en el piso de la cocina, mientras que su cuñado, Herrera, se había colgado con una soga en el garaje.

Instintivamente, el hermano de la mujer fue hasta el cuarto de sus sobrinas para ver cómo estaban ya que las jóvenes, de 26 y 27 años, padecen retraso madurativa y discapacidad motriz que las tiene postradas en la cama. A pesar de haber estado durante toda la noche en la misma casa junto a los cadáveres de sus padres, las hijas de la pareja muerta se encontraban en buen estado de salud.

Según información a la que tuvo acceso LA CAPITAL, Herrera atacó primero a Figueroa en su cuarto. La golpeó y la apuñaló un número indeterminado de veces en el cuello. La mujer, herida de gravedad, se arrastró desde su dormitorio hasta la cocina, dejando un reguero de sangre a su paso, hasta que, finalmente, murió desangrada sin lograr pedir ayuda.

Luego de haber asesinado a su esposa, Herrera dejó escrita una carta en la que explicaba la coyuntura familiar por la que había tomado esa decisión. Luego fue hasta el garaje, tomó una soga, se colocó en el cuello y se colgó hasta morir.

Fuentes policiales de la comisaría décimo primera informaron que no había denuncias de violencia familiar en la pareja, sin embargo, resta confirmar si existe o no denuncias en la Comisaría de la Mujer.

El hecho es investigado por el fiscal Alejandro Pelegrinelli, quien ya ordenó la operación de autopsia y otras pericias.