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La Ciudad 23 de agosto de 2016

Mató de una puñalada en la Villa Mateotti y recibió 11 años de prisión

La condena recayó sobre un peligroso delincuente de la Villa Mateotti, donde en diciembre de 2014 mató a un joven que había ido a comprar droga.

Roberto “Pepo” Amarilla, el confeso autor del asesinato de Claudio Granadino (27) en diciembre de 2014, fue condenado a 11 años de prisión.

En tanto el Tribunal Oral Crimnal 2 de Mar del Plata, compuesto por Roberto Falcone, Alexis Simaz y Fabián Riquert, le aplicó una pena de 1 año al hermano del homicida, Adrián “Pirulo” Amarilla por la portación de un arma secuestrada en un allanamiento.

Tal como pudo saber LA CAPITAL, La condena contra “Pepo” Amarilla fue más leve que la solicitada por la fiscal Andrea Gómez, quien durante su alegato había pedido 15 años de prisión. En tanto, la defensa pretendía un fallo absolutorio por entender que el ataque de Amarilla a Granadino había sido en el marco de una legítima defensa o, en todo caso, era encuadrable en la figura del homicidio preterintencional.

El crimen de Granadino se produjo en la madrugada del 16 de diciembre de 2014 cuando, junto con un primo de solo 14 años, arribó a la Villa Mateotti para comprar estupefacientes. Eran cerca de la 1 de la mañana cuando “Pepo” Amarilla salió de su casa ubicada en Benito Lynch casi Mateotti y, tras una discusión con Granadino, lo apuñaló.

Aunque para la fiscal Gómez inicialmente “Pirulo” Amarilla también había participado del ataque, debido a la imposibilidad de probarlo desistió de la acusación. Es que el testimonio del primo de Granadino -un menor que está preso- no ratificó en juicio dichos anteriores en la causa.

La muerte de Granadino originó la reacción de algunos amigos que atacaron a balazos la casa de los Amarilla. Horas más tarde se produjo un triple crimen en el Monte Terrabussi y dos de las víctimas tenían un lazo familiar con Granadino.

Lo singular de ese triple crimen (que está irresuelto) es que la Policía Científica comparó las balas usadas con las del ataque a la casa de los Amarilla y comprobó que había salido del mismo arma.