Los locales gastronómicos estuvieron abiertos antes del retroceso de Mar del Plata a la fase 3 por la escalada de contagios. Lo hicieron bajo un estricto protocolo y si bien los empresarios coinciden en que la facturación no superó el 30% de la habitual, consideran que fue un impulso.

Desde hace diez días solo puede funcionar a través de dos variantes: con delivery y take away. Una de las posibilidades que se manejó e incluso se planteó en la Comisión de Reactivación (incluso ayer fue elevado un protocolo a la provincia y a la nación) es la de permitir la actividad con meses afuera, como sucede en Ciudad de Buenos Aires.

Sin embargo, está medida tiene una aprobación parcial por parte de los gastronómicos: no a todos les sirve. Uno de los factores a tener en cuenta es que no todos los locales están preparados para atender con mesas afuera y tampoco se podrían habilitar peatonales en toda la ciudad. Además, las bajas temperaturas que hay en la ciudad en esta época, tampoco ayudan.

“No nos serviría. Mar del Plata sabemos que hasta octubre no tiene una temperatura que puede acompañar ni está armada la infraestructura de los locales”, avisó Hernán. No obstante, opinó que “puede ser una mínima posibilidad de dejar su negocio abierto preparándose para cuando esto esté un poco mejor”. Para Giovani Pescari, la apertura “en un porcentaje mínimo va a ayudar al sector”.

“Reapertura y ayuda estatal”

El reclamo de empresarios y trabajadores gastronómicos, uno de los sectores más castigados por la pandemia, para poder abrir sus puertas y recibir asistencia estatal, sumó ayer un nuevo capítulo en Mar del Plata.

Se realizaron aperturas simbólicas y cortes de calles en cinco puntos de la ciudad para visibilizar un problema que se agrava día y que ya provocó el cierre de varios locales del rubro.

El retroceso de General Pueyrredon a la fase 3 obligó a los gastronómicos a volver a cerrar sus puertas y desde ese momento redoblaron las estrategias para manifestarse en reclamo de una flexibilización de las restricciones y de ayuda estatal para salir de la crisis.

Los dueños de los locales coinciden en que están en una situación terminal después de más de 170 días de actividad parcial (solo algunas semanas pudieron permitir el ingreso de clientes).

Uno de los puntos de protesta, acompañada por el Sindicato de Gastronómicos, fue la esquina de Belgrano y Corrientes. Allí, Giovanni Pescari, del café Storni, dijo a LA CAPITAL que la ayuda estatal “nunca llegó” y que “hay mucha gente que se está quedando en el camino”.

“Lo único que nos queda es protestar a ver si podemos tener alguna respuesta de parte del gobierno. Lo que estamos pidiendo es trabajar”, remarcó.

En la misma línea se expresó Hernán Szkrohal, responsable del café Barracuda al considerar que transitan “un camino sin salida que no hace otra cosa que generar que la misma impotencia nos lleve a protestar”. “Ya no lo podemos parar. Hay mucha gente en estado de desesperación, y a la gente los que representan les exigen que tomen alguna medida más fuerte porque no hemos ido a ningún lado”, completó.

Otro de los puntos de protesta fue la esquina de Alvarado y Córdoba donde Leonardo Flotta, titular de La Loquita cuestionó el rol de los dirigentes políticos. “En el medio de este desastre, ellos siguen haciendo política y no ponen como prioridad al ciudadano. Hacen política berreta en el peor momento que está viviendo el país”, lanzó. Y siguió: “Lo que pedimos es que ya que no pueden garantizar la salud, es la libertad de poder trabajar”.

En Independencia y Castelli también hubo corte de calle y mesas afuera para protestar. “La situación es desesperante. Es caótica. Es imposible sostener un negocio sin ningún tipo de ayuda después de seis meses y pagando absolutamente todo como nos obligan”, definió Leandro Broglia, del café La Zotte. Además, advirtió que en los próximos días “se va a hacer algo un poco más fuerte porque no tenemos ningún tipo de respuesta”.

La reunión de la Comisión de Reactivación económica que se realizó el lunes había generado la expectativa en el sector de que se pudiera flexibilizar alguna restricción y permitir la actividad. Sin embargo, a diferencia de otras oportunidades, no se logró un consenso.