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La Ciudad 5 de agosto de 2020

Mestre, en plena recuperación: “Pasé tres días complicados”

El Obispo de Mar del Plata continúa en tratamiento por coronavirus. Después de difíciles jornadas con fiebre y dolor de cabeza constantes, su estado de salud evidencia una clara mejoría. Cómo pasa sus días en aislamiento y el impacto en la Iglesia tras la muerte de una colaboradora de la Parroquia Santa Rita.

Obispo Gabriel Mestre. Foto: archivo.

Aislado desde hace más cinco días por haber dado positivo de coronavirus, el obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, transita la enfermedad en la vivienda de la Catedral, desde donde es monitoreado diariamente por su médico de cabecera y el equipo de infectológos de la municipalidad.

Allí, en un pequeño departamento de la residencia eclesiástica ubicada sobre la calle Rivadavia, Mestre aseguró haber vivido jornadas difíciles, donde la fiebre y el dolor de cabeza fueron una constante y la preocupación por el avance de un virus que mantiene en vilo al mundo entero se sintió con una cercanía alarmante.

“Pasé tres días complicados, tuve mucha fiebre y dolor de cabeza, además de un dolor intestinal. Afortunadamente no tuve hasta el momento complicaciones respiratorias y en los últimos dos días me estuve sintiendo muchísimo mejor”, señaló el obispo, en diálogo telefónico con LA CAPITAL.

Sin embargo, y en el marco de una pandemia que golpea minuto a minuto, la buena noticia sobre la mejoría en el estado de salud del obispo se vio eclipsada por el fallecimiento de una colaboradora de la Parroquia Santa Rita, la primera víctima fatal de los dos brotes que registró la Iglesia hasta el momento (el Hogar de Nazaret debió ser cerrado por detectarse un caso).

“Siempre que fallece alguien es una noticia triste, pero en el marco del coronavirus, y los límites de la distancia y la falta de posibilidad de tener contacto con los más queridos, la muerte parece aún más dolorosa”, inició su reflexión monseñor Mestre.

“Me duele mucho la muerte de Trini, que junto a su esposo Víctor y su hija Karen conforman una familia muy generosa y religiosa, cuyos encuentros con Dios lo expresaban en el servicio de los más necesitados”, indicó, en referencia a la familia que asistía de manera desinterasada el comedor de la sede parroquial.

Para Mestre lo ocurrido “a la vez de generar un dolor inmenso también confirma un valor que demuestra que entregarse a los demás y hacer el bien por los demás valen la pena aunque a veces cueste la vida”.

En este sentido, y ante el surgimiento de casos en barrios vulnerables y comedores de la ciudad, el obispo no disimuló su preocupación y llamó a extremar los cuidados sanitarios, aunque reconoció que la llegada de casos era una cuestión de tiempo.

“Vemos con preocupación esto ya se va tornado más cercano en la realidad de nuestra vida. Muchos ya tenemos conocidos, familiares o amigos que pueden estar contagios o en cuarentena. Es una mirada de mucha preocupación, pero también sabiendo que, en algún punto, era inevitable. Sabíamos que esto se podía dar“, señaló.

Y agregó: “Hay que seguir respetando los protocolos y cuidados. Esto hay que asumirlo como parte de la realidad porque evidentemente hay cuestiones que se nos escapan y realidades que no podemos controlar. Yo, por ejemplo, estuve siempre con barbijo bien colocado y manteniendo distancia“.

Por otra parte, el obispo también se mostró profundamente agradecido por las múltiples muestras de afecto que recibió tanto por parte de fieles de la comunidad de la Iglesia como por personas ajenas a ella.

“Uno no se cree digno y merecedor de tanto afecto, de tanto cariño, de tanto respecto. Me emocionó hasta las lágrimas el cariño. Seguramente uno está más vulnerable por estar enfermo, pero antes de ayer, cuando me bañaba, me largué a llorar como un niño después de haber visto los mensajes de afecto”, señaló.

El viernes 14 de agosto el obispo cumplirá las dos semanas de aislamiento. Por el momento, desconoce si deberá hacerse un hisopado antes de poder volver a salir, aunque mantiene la esperanza de seguir su recuperación a buen ritmo y así estar en condiciones de recibir el alta.

“Según los pronósticos no habría posibilidad de contagio para esa fecha, pero quizás se decida hacer un testeo por mayor seguridad, no hablé algún de eso con el médico. Entiendo que, una vez dado de alta, voy a volver a las actividades rápidamente, ya que noto una clara mejora en los últimos dos días”, concluyó.



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