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Interés general 2 de septiembre de 2019

Miramar: le tiraron con bosta de caballo al rival y el árbitro dijo basta

Fue durante el choque de Amigos Unidos e Hipódromo, en una nueva fecha del campeonato de la Liga de Fùtbol de General Alvarado.

Momento de la suspensión del juego. Foto Pablo Valenzuela

Por FdR

Faltaban 15 minutos y al partido lo ganaba el local 1 a 0. Por eso es que mucho, hoy con el diario del lunes, no se entiende. Acaso sirva de explicación aquello de que la pasión no sabe de razones o alguna otra atrevida frase de bolsillo. Pero tampoco es que desbordaba la emoción y se trataba de un clásico. Nada de eso.

Se enfrentaban Amigos Unidos, en su cancha del barrio Las Flores de Miramar, e Hipódromo, por una nueva fecha de la Liga de Fútbol de General Alvarado. No, no era un clásico, aunque el choque tenía un condimento especial puesto en el hecho de que Hipódromo es un equipo foráneo y de Mar del Plata. Encima, mitad de tabla para el anfitrión, zona de colistas para el visitante.

El partido –dicen- no salió del todo favorable al local y fue mucho más cerrado de lo que se esperaba, para incertidumbre del centenar de personas que se acercaron a seguirlo minuto a minuto. El frío conspiró (no mucho) contra una concurrencia mayor y también que la propuesta de esperar en casa el Superclásico era realmente superadora.

El primer aviso de que la cosa podía terminar mal, es decir, no terminar, la dio el botellazo contra el alambrado. Según el informe de la policía “en el sector de la hinchada de Amigos Unidos, la botella transparente revota (textual) contra tejido perimetral, no ingresando al interior del campo de juego, continuando el encuentro”. El árbitro Luján, aunque más enfocado en evitar alguna pierna fuerte entre los jugadores, comenzó a mirar de reojo la tribuna donde la barra.

El juego siguió con el equipo local (camiseta blanca, mangas rojas) ganando 1 a 0 a los marplatenses (atuendo todo azul de pies a cabeza, con una franja roja atravesando el pecho) y entonces lo inexplicable. Desde las gradas primero voló un ladrillo que pasó cerca de un jugador rival, luego la insistente botella que esta vez al menos sí pudo sortear el alambrado y terrones de bosta de caballo. Ese tipo de proyectil justo contra el Club Social y Deportivo Hipódromo.

Luján hizo sonar el silbato, la policía entró –no logró identificar a los autores de los lanzamientos- y constató “la existencia de pequeños restos de bosta de equino”.

Aunque le dieron las garantías de que el partido podía continuar sin desmanes, Luján decidió suspenderlo de manera definitiva. Algunos que pensaban en el River-Boca inminente no se quejaron.

La policía del Destacamento Las Flores inició actuaciones por presunta infracción a la ley 11.929 al artículo 9, ese que dice que “será sancionado con cinco a treinta días de arresto y/o prohibición de concurrencia de seis a veinte fechas, quien arrojare líquido, papel encendido, objetos o sustancias que pudieren causar molestias y/o daños a terceros”.