Cultura

“Mis textos aparecen como respuesta inmunológica”

Es la realidad la que insta a Juan Miguel Idiazabal a escribir textos muy breves, que no tienen más de dos líneas. Los llama micropoemas. Con ellos acaba de editar un libro de matriz independiente, que se nutre del ciclo que co-organiza todos los jueves, La Prosa Mutante.

por Paola Galano

@paolagalano

Enrolado en las filas del movimiento literario independiente, Juan Miguel Idiazabal editó “Micropoemas 2008-2016”, un libro que logró publicar bajo el concepto de la venta anticipada y que contiene textos breves, que pueden confundirse con destellos del pensamiento, ráfagas de sentido común o frases de humor.

“No espero que veamos lo mismo/sólo que abras tus ojos”. “La noche sin estrellas auguraba pesadillas/ una canción despertó galaxias en mi cielorraso”. “Corazones de arena radioactiva/ imágenes de un amor que no llegó”. “Vuelvo a enfrentar al mar/ buscando la vida que dejé atrás”… son algunos de los microtextos del libro, que salió a la luz por medio del sello independiente “Herensuge”.

“Suelen aparecer como respuesta inmunológica a un estímulo que me brinda la realidad. A veces es algo de mi realidad interna y a veces es algo externo”, explica el poeta, que es uno de los fundadores del ciclo poético “La Prosa Mutante”, junto a Nicolás Alcetegaray.

Por ese ciclo, que se realiza todos los jueves, pasan y pasaron artistas emergentes, escritores en ciernes, músicos en etapa de experimentación, lectores y lectoras con ganas de encontrarse con otros y otras. Y además, actores, actrices, performers y público se atreven a jugar al cadáver exquisito y se permiten el humor, porque al ciclo lo recorre un espíritu absurdo y descontracturado, acaso similar a las tertulias vanguardistas de comienzos del siglo XX.

“Para mí La Prosa Mutante ayuda a dar a conocer artistas; a conectarlos con otros y con público nuevo.

Igualmente, no siempre los artistas que vienen a compartir su arte son alternativos o under”, justifica el autor a LA CAPITAL. Y recuerda que por ese ciclo estuvieron el pintor estadounidense Steve Vaughn o el historietista Juan Carlos Quattordio, “que tiene más de veinte años de carrera y dibuja los guiones de Juan Sasturain”, rememora.

Lugar de aprendizaje, lugar que admite furcios, “una vez que comenzás a mutar un jueves no parás más y desde ese momento es que te consolidás o comenzás a hacerlo”, apunta.

“Mis textos en general y estos micropoemas en particular se invitan a pasar un tiempo en el loft comunitario de mi cerebro. A veces leen las noticias en medios gráficos y digitales, ven la televisión, escuchan a la gente, escuchan música, leen un libro, van a trabajar conmigo, observan y escuchan el medio por el cual transitan sus y mi vida. Eventualmente, aquellos que se sienten seguros de sí mismos se tiran por alguno de los toboganes que llevan a mis manos, mientras otros susurran a mis oídos que es hora de escribir y así nacen los micropoemas y mis otros textos. Algunos nacen de la investigación exhaustiva de un tema y terminan tirándose por los mismos toboganes que los textos más espontáneos o catárticos”, compara.

– Los llamás micropoemas, ¿qué diferencia hay con los microrelatos?

– Un punto de vista a la hora de nombrarlos, quizás. La extensión también influye, y el que a mi me resulta más fácil escribir poemas que relatos. Sin embargo, me es difícil en este momento encontrar las diferencias. Yo los llamé micropoemas por necesidad de un nombre cuando comencé a experimentar con ellos, veía que los microrelatos eran más largos y eventualmente tenían una estructura más similar al del relato que lo que yo estaba haciendo que se parecía más a un poema. Algunos de mis micropoemas son aforismos, apotegmas, o greguerías y seguramente mucha gente que los lea dirá ‘pero estos son todos aforismos o esta otra cosa que ya escribieron muchos antes que este tipo’… y bueno che, yo los llamé así. Licencia poética si quieren.

– ¿Cómo surge un micropoema? ¿Cuál es el disparador?

– Un micropoema es una respuesta a un estímulo. Disparadores hay tantos como ideas se les ocurren a todos los habitantes del planeta. Por esta razón es que en el prólogo del libro digo que algunos micropoemas son sociales, otros de amor, otros incomprensibles para la mayoría de los lectores, algunos son mensajes cifrados para ciertos amigos o amigas. No hay un disparador específico, dependerá del estímulo y de mi estado de ánimo. Los temas aparecen en un momento, de la nada, la mayoría de las veces depende de mi estado emocional, de lo que estoy haciendo, de con quién me encuentro, dónde. Mi poesía más social o política tiende a aparecer luego de recibir noticias o información que me hacen reaccionar tan fuertemente que de alguna manera tiene que salir mi sorpresa por algún lado.

– ¿Te preocupa que algunos de los textos queden sin la compresión que vos buscás?

– No lo manejo para nada. El lector es quién buscará el significado en aquellos micropoemas que sean obscuros o muy poéticos o dadá o surreales o muy personales. Siento que es el proceso por el que todos los lectores u oyentes de poesía y prosa poética pasamos. A veces comprendemos lo que el autor quiso decir, otras veces interpretamos lo que nos parece, otras lo que queremos y algunas veces no entendemos nada, aunque volvamos a leer. La literatura es tan subjetiva para el lector como el resto de las artes para los interlocutores de la obra que se esté sintiendo, viendo, escuchando, mirando, apreciando, oyendo.

– ¿Por qué están en auge los microrelatos? ¿Se relacionan con los cambios en los tiempos de lectura que tienen los lectores?

– Es una posibilidad. También pueden ser una respuesta a los tiempos vertiginosos en los que habitamos. Todo tiene que ser rápido, ya, para ayer. Desde el trabajo hasta el relax. Hoy no podés relajarte con unos mates, amigos y conversando sin que alguien esté con un ojo conectado al celular utilizando su cerebro al 110% porque hay que estar en varios lados a la vez, sino te aburrís. También, cabe la posibilidad de que los escritores al necesitar que sus textos lleguen a más personas recurran a los microtextos para poder compartirlos en las plataformas virtuales como van surgiendo. Además, estamos quienes a veces nos conectamos a alguna plataforma específica como Twitter para crear en menos de 140 caracteres, toda una aventura.

– ¿Como organizador de La Prosa Mutante, qué opinión tenés sobre la movida literaria de Mar del Plata?

– La movida literaria marplatense es intensa. Hay varios grupos y ciclos que siempre están organizando algún encuentro, puede que no sea semanal como La Prosa Mutante, pero se hacen cosas y eso es lo positivo. Hay excelentes escritores en Mar del Plata, lástima que la mayoría de los lectores no conozcan más allá de lo que venden las grandes editoriales nacionales e internacionales, que si no es un best-seller traducido en España o Méjico, suelen vendernos los mismos diez autores de toda la vida. Por eso está bueno que existan tantos grupos y ciclos en General Pueyrredon. Sin embargo, hay grupos y ciclos que son cerrados y sólo se puede ir como público oyente, y eso resta. Pasa en todos lados y es una pena. Yo seguiré mutando.

– ¿Lo independiente es un espacio que abren los artistas ante el ninguneo, la ceguera de los gestores oficiales de cultura?

– Soy un defensor de lo independiente y de las movidas independientes, lo que no quita que lo independiente surja debido al ninguneo, la necesidad y la ceguera. Defiendo los espacios independientes y alternativos, por eso me encantó lo que creó Nicolás Alcetegaray en La Prosa Mutante, por eso me sumé a participar desde el día uno y lo sigo haciendo. Por eso, me encanta ir a las FLIAs (Feria del Libro Independiente y Autogestiva) donde surja y cuando surja (siempre que esté cerca del lugar). Por eso, apoyo a lugares como El Séptimo Fuego o Cuatro Elementos. Por eso comencé enviando textos a la ahora desaparecida revista La Avispa del Grupo De La Palabra. Por eso apoyo y participo tanto como público a veces y otras veces como lector invitado a los eventos que organiza Daniela Tomé. Entre tantas cosas y personas, en las movidas independientes hay artistas geniales y proyectos hermosos.

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