por Víctor Molinero
@vhmolinero

Sebastián Moyano tuvo dudas sobre el futuro de su carrera. O, mejor dicho, varios dudaron de que el mendocino pudiese volver a ser aquel prometedor arquero que fue en Godoy Cruz. Un accidente puso en jaque su permanencia en el fútbol. La recuperación fue larga y el terreno perdido en el “tomba” durante su ausencia grande.

Sin embargo Moyano siempre creyó que todavía tenía cosas que dar en el fútbol. Y por eso armó sus valijas, dejó el paisaje cordillerano y se vino junto al mar, para ganarse un lugar en un Aldosivi que también pretendía resurgir tras el descenso de categoría.

“Desde el primer día que llegué al club me hicieron sentir que era parte de él. Eso me dio confianza”, señaló en diálogo con LA CAPITAL en medio de los festejos del vestuario de la cancha de Arsenal.

“Uno decidió bajar de categoría pero cuando llegó a Aldosivi se dio cuenta que el club tranquilamente podía estar en primera y después con los refuerzos y trabajando día a día se nos dio”, aseguró.

“Hay que prepararse porque ahora se viene un lindo desafío”, afirmó entusiasmado el arquero que tendrá contrato vigente con el club portuense.

Moyano rápidamente se ganó la titularidad en la consideración de Walter Perazzo, el técnico por entonces. Y también tardó poco en ganarse la confianza de los hinchas.

Porque sus atajadas fueron claves para sostener resultados. Fue un arquero que ganó puntos con sus intervenciones. Paradójicamente, los dos penales que atajó se dieron en partidos que el equipo perdió (a Gabriel Compagnucci de Almagro y Facundo Parra de Agropecuario). Claro que no quedaron en las estadísticas esas atajadas determinantes en momentos calientes o la seguridad que otorgó para adueñarse del área cuando el rival arreció con envíos aéreos en algunos pasajes.

Moyano fue el hombre que más minutos estuvo en cancha (2.160) y el que más partidos (24) jugó a lo largo de la campaña. Sólo faltó por lesión en Puerto Madryn, en el 1 a 1 frente a Guillermo Brown. Y recibió menos de un gol por partido (22 en 24 cotejos).

El viernes, en Sarandí, fue importante para sostener el resultado ante condiciones “incómodas” a partir de la abundante caída de agua.

“Creo que la del primer tiempo, que llovía y había mucha agua, fue la más difícil que tuve. Estábamos ganando 1-0 y por suerte no di rebote”, aseguró el cuyano.
Aquí, junto al mar, volvió a sentirse importante como arquero. Y sin dudas fue uno de los puntos altos del campeón.