"Otras aguas" es el libro de poemas y relatos de la autora marplatense que ganó en 2022 el Premio Alfonsina. La poeta cuenta cómo llegó a esta nueva publicación y da detalles del ciclo de lectura mensual que coordina en plaza Mitre.
Por Paola Galano
Escenas de juventud, momentos de la infancia, rastros de belleza desperdigada en rincones, una ciudad que no es tan feliz como indica su apodo nacionalmente difundido y el agua, que a veces es mar y otras veces es marejada o río o agua quieta, también portal para nadar hacia la eternidad. A veces es lugar ideal para tragedias.
Esos son algunos de los condimentos que alimentan “Otras aguas”, un nuevo poemario de la escritora marplatense Aly Corrado Mélin. Editado por Halley, el libro contiene treinta textos, la mayoría de ellos poemas, aunque también aparecen relatos cortos, ya casi al final.
“Vengo de un mar / embravecido / donde los tormentos / sucedían en la orilla / mientras buscaba / a Damián”, reza el poema 8. “Gotas / ¿de lluvia?/ Fabrico climas/ para continuar sanando”, escribe en otro de los textos.
La autora se convierte en una “nadadora nocturna” –tal como se describe a sí misma– que bracea y en cada braceo aparece una imagen, una reflexión, algo para señalar, quizá una palabra que no termina de encajar. “La ropa / ultrajada / qué palabra fuerte, ultrajada / parece que arruina el verso. / Siempre habrá un vestido nuevo”, reflexiona.
“La gente casual me cuenta cosas pero nadie me habla del mar que custodia la ciudad. ¿La custodia o la envuelve en historias sumergidas?”, se lee en el poema 22.
Corrado Mélin ganó en 2022 el Premio Alfonsina, que destaca a escritores locales y que entregó la entonces Secretaría de Cultura local. Es autora de los libros “En territorio anónimo”, “Buenas costumbres”, “Sombrero de cardos”, “Dicen que dicen”, “Alerta”, “Quejosos in de floter”, “Circus” y “Ayer no existió”.
En la actualidad coordina el taller de escritura “Testigas” y el ciclo “Latente”, que consiste en encuentros mensuales de lectura abiertos a la comunidad que se realizan en la plaza Mitre. En ellos, las personas participantes leen en silencio y luego comentan lo leído.
“‘Latente’ surgió de la necesidad de fomentar aún más la lectura y crear un espacio para el intercambio, sin apuro, sin grandes formalismos. La idea es revalorizar el libro objeto, compartir géneros literarios, autores y autoras y crear un clima entre gente que no se conoce entre sí, donde cada participante tenga su voz”, comentó la escritora, en una entrevista con LA CAPITAL.
Siempre gestora de actividades culturales, Corrado Mélin motoriza encuentros, revistas literarias y talleres desde hace tiempo. “Escribo porque no podría no escribir. Joan Didion decía: ‘Escribo estrictamente para averiguar qué estoy pensando, qué estoy mirando, qué veo y qué significa’. Creo que es una cita que me identifica”, comentó.
Editado por Halley, el libro contiene treinta textos, combinando poemas y relatos cortos.
-¿Cómo apareció este nuevo libro, “Otras aguas”?
-Aparece desde uno de los relatos del libro, no exactamente desde una poesía, esto de ver que la propaganda turística de la ciudad balnearia, que es bellísima, como muchos lugares, tiene su lado “B”. Ahí se fueron agrupando la narrativa y la poesía, donde no solo el mar es el protagonista, de ahí el título.
-Emerge un mar no tan calmo.
-No lo pensé desde un mar oscuro o revuelto. El mar es solamente escenario. En algunos de los textos se instala incluso desde su fondo. Es allí donde se percibe otra respiración, en las antípodas de este mundo tan agitado que vivimos donde todo es ya. El mar es testimonial, de salvataje en ocasiones y en otras, hay marejadas.
-Es un libro recorrido por Mar del Plata, pero acaso dibujás el mapa de una Mar del Plata marítima menos feliz, menos placentera. ¿Puede ser?
-Sí. Es las dos ciudades que percibo: “la feliz” y la olvidada. La ciudad se ha extendido mucho y los privilegios no son siempre inclusivos para ambas. Hablando del mar, las playas privadas y el escaso espacio público de la costa, es uno de los ejemplos mínimos de las dos Mar del Plata.
-¿Qué peso le das a tu historia de vida, a tus recuerdos, a tu biografía al momento de escribir?
-El peso de sentirme libre y jugar. Juego con la escritura, me gusta hacerlo, entonces los disparadores son variables, a veces nacen desde un dato personal o de otros, otras, desde una mirada a un sitio. Lo que viene después es ese juego, el de la ficción y no ficción.
-¿Cómo llegás a organizar “Latente”?
-La fiesta de la lectura (‘reading parties’) asoma pospandemia en Estados Unidos, recorre otros países de Europa, luego Chile, Uruguay y llega al nuestro. Esta fiesta de la lectura llamada “Latente” comenzó en Mar del Plata en noviembre de este año. La dinámica es en una plaza, bajo los árboles, donde nos presentamos y tenemos un tiempo de lectura silenciosa (bajamos el sonido de los celus) sobre un libro que cada persona lleva, el que desee. Luego de eso, se da comienzo a un conversatorio sobre lo leído, sensaciones, miradas, preguntas, todo converge a una charla entre los presentes y es ahí donde se abre una red muy amorosa a la espera de la próxima fiesta lectora. La actividad es gratuita. Cada persona lleva su lonita o reposera, matera y un libro. No necesitan ser escritores ni tener capacitación literaria.
Se lleva a cabo un domingo por mes en plaza Mitre (por Falucho casi Mitre) de 10.30 a 12.30. El próximo encuentro será el 11 de enero. Pueden encontrar más detalles por Instagram en @latentemdp.
Duele demasiado allá afuera y es otoño de cardúmenes secuestrados.
Entonces braceo hacia adentro, quiero traspasar y dejar de oír voces graves, me agito pero enseguida recuerdo respirar como me enseñaron, cada vez más lejos, así sin atajos, hasta no ver la zona costera.
A lo lejos una línea naranja se va apagando y cuando desaparece, escucho las caracolas, hay fiesta del otro lado. He sido invitada.
Me emociona
todavía
el reposo
del agua que late
sin precipitación.
Su poca profundidad
hago pie
casi sin riesgos.
A veces es todo
casi.
Los juncos
alrededor del lago
en una danza leve
de brisa serrana
y todos esos pájaros
escondidos
entre los pinos
¿El reflejo del sol
que brillaba en la laguna me distrajo?
No hay que distraerse
puede aparecer
un golpe áspero
contundente
que no da tiempo
a abrir los ojos
encandilados
por eso los pájaros saben.