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Cultura 19 de enero de 2021

Ni pomposo ni académico: “Poemártico” en Instagram difunde poesía

Desde la cuenta de Juan Ignacio de la Fuente, @delafuente550. Busca "pensar y hacer pensar".

“Poemártico” es un espacio en Instagram que promueve la poesía y la música. Para “despuntar el vicio”, Juan Ignacio de la Fuente (@delafuente550) encontró la manera de darle visibilidad a sus pasiones desde esa red social.

“Desde agosto por la pandemia empecé a grabar vídeos leyendo poemas. Comencé sin saber bien qué hacer o cómo hacerlo y de a poco fui encontrando una forma. Leí a Gelman, Fabian Casas, Paco Urondo, Idea Vilariño, Pizarnick, el turco Asís y hasta literatura proletaria y japonesa“, contó el periodista.

Combiné la literatura con la música que a mí me gusta, desde tango, Bob Dylan, los Beatles, Eric Clapton, Radiohead, Babasónicos. Y el espacio empezó a emitirse los martes de allí su nombre “Poemartico”, pero luego mutó y se realizó otros días. ¡Qué actitud más poética que nombrar una actividad de una forma equivocada!“, reflexionó.

Para de la Fuente se trata de un espacio en el que hace aparecer al periodista, el escritor, el poeta, el actor y “el frustrado locutor” que conviven en él. “Hay videos que grabo de saco y otros de remera, casi de entrecasa. Aunque en el ochenta por ciento de ellos uso gorra, alguien me dijo que quien usa gorra cuida su cabeza. Me gusta pensar que usando gorra me protejo de la locura exterior y anido cálidas y bondadosas ideas”, dijo.

Y considera que “Poemártico” es una manera de rendir un “homenaje y agradecer a todos los escritores y las escritoras que me conmueven”. Cree que “escribir es un acto de vanidad, pero también de solidaridad. Se de libros que me salvaron y me dieron la templanza justa en la tormenta perfecta. Eso merece su reconocimiento”, entendió.

Aunque considera que es un “espacio chiquito” , igualmente siente la necesidad de “apostar por la cultura sin ser pomposo, ni académico” y, en ese sentido, busca “pensar y hacer pensar”. “Durante tres minutos trato de que el deseo le gane al deber. Arrojo una botella al océano sin saber bien quien es el destinatario, pero anhelando generar un momento agradable”, comentó.

La lectura también le despertó las ganas de escribir y así es como nacieron las “Selfies urbanas”: allí “mostré algunos de mis escritos y poesías. Una especie de diario hecho de los restos diurnos de la supervivencia donde emergen mis dudas, mis pasiones, mi hijo, la fatalidad del desencuentro y la búsqueda de la esperanza, pero no como un eslogan, sino como una realidad que empodera y transforma”.



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