En algunas semanas seguramente, se ampliarán las opciones para el pago de boleto del transporte urbano de pasajeros en Mar del Plata. Además de utilizar la tarjeta SUBE, los usuarios podrán abonar con NFC, QR e incluso tarjetas de créditos y débito adhiriéndose a las diferencias promociones bancarias. Lo contó en el cóctel por los 120 años de LA CAPITAL un alto funcionario municipal que dialogaba informalmente con algunos de los numerosos empresarios que participaron del evento. “El sistema -alegó- empezó a implementarse gradualmente en 61 localidades del país, permitiendo a los usuarios disfrutar de una mayor comodiad y eficiencia en los desplazamientos. El sistema abarcará a todas las líneas de micros de Mar del Plata”, se estableció. “Es un golazo ya que con tarjeta de crédito o débito, con QR, con Mercado Pago o con otras billeteras virtuales se podrán pagar el boleto sin necesidad de salir a recargar las SUBE. Sólo falta que se adecuen las máquinas para implementarlole”, se informó finalmente.

También en la fiesta del Hermitage, el abogado Martín Vela, el presidente del Mar del Plata Golf Club, Carlos Vivequin, y su antecesor, Jorge Sempe, Aldo Bachiani (Paseo Aldrey), Mariela Tevez (Canal 8), Marcelo Carbone (Canal 10) y Hugo Ferrer (Crónica) se encontraban junto a la mesa de postres y dulces cuando el exconcejal preguntó si alguien sabía “¿de quiénes son esos misteriosos carteles con la frase ‘No hay más tiempo’ en Mar del Plata que están pegado por todos todos lados?”. La ciudad amaneció en los últimos días con una serie de intervenciones urbanas que no pasaron desapercibidas. Afiches tipo paste-up, stencils, pasacalles y murales comenzaron a multiplicarse en distintos puntos de la ciudad con un mensaje tan breve como contundente: “No hay más tiempo”. La frase, acompañada por la imagen de un reloj de arena, aparece en muros, columnas, refugios de colectivos y zonas cercanas a edificios públicos, sin ninguna firma ni identificación institucional. La estética recuerda a campañas de protesta visual, arte urbano y activismo ciudadano. La acción ya generó comentarios en redes sociales y en conversaciones callejeras. Algunos hablan de una campaña ambiental, otros de una acción cultural o de un reclamo social. Por ahora, no hay voces, ni grupos que se hayan adjudicado la iniciativa. La campaña no parece improvisada: está pensada para generar preguntas más que respuestas. En ese sentido, ya lograron instalar el misterio.

Copó la parada minutos más tarde la ejecutiva de una multinacional que decidió cambiar abruptamente de tema. “Me tendré que resignar a no tener nietos. Tengo tres hijos, uno soltero en Australia, una hija casada acá en Mar del Plata que tiene dos gatos y otro hijo en La Plata, casado también pero enamorado más de su foxterrier que de su esposa. Ninguno tiene hijos y lo peor es que no parecen tener ningún apuro. Lo único que me consuela es ver que lo mismo le pasa a varias amigas”, se quejó. Su comentario abrió la puerta para que se hablara de un dato que se había conocido pocas horas antes: la tasa de natalidad en Argentina cayó un 40 % desde 2014 y es una de las disminuciones más bruscas en América Latina.

Según datos del Observatorio de la Universidad Austral publicados por Infobae, la tasa de natalidad en Argentina cayó un 40 % entre 2014 y 2023. Es un dato frío pero con impacto caliente: por primera vez en décadas, la mayoría de los hogares no tiene hijos (57 %). Y eso, claro, reconfigura todo: desde cómo vivimos hasta cómo consumimos y votamos. ¿Las razones? Una mezcla de economía en crisis, trabajos inestables, juventud que se va del país y un cambio de prioridades. Las nuevas generaciones postergan la maternidad o directamente la descartan. En su lugar, eligen otra forma de “crianza”: perros y gatos. Mascotas como parte de la familia, pero sin jardín maternal ni cuota del colegio.

Los números lo reflejan: mientras bajan los nacimientos humanos, suben las ventas de alimentos balanceados, los servicios de guardería canina y hasta las pólizas de salud para mascotas. La frase “no estamos para traer un hijo al mundo” se repite con más frecuencia de lo que algunos quieren escuchar. Pero el caniche toy ya duerme en la cama y vive mejor que muchos jubilados. En Mar del Plata, donde el promedio de edad ha aumentado, la postal se repite. “Las veredas están llenas de paseadores, no de carritos. Y los nuevos departamentos ‘pet friendly’ ya vienen con dispensador para bolsitas… pero sin cuarto de niños. No es solo un cambio de hábitos, es un giro cultural. De la cuna al comedero. La cigüeña, parece, fue reemplazada por la veterinaria de confianza”, exageró la conductora de noticiero televisivo que se prendió a la risueña pero a la vez preocupante charla.

El gin tonic y el champagne con Aperol fueron los tragos que se impusieron mayoritariamente en el grupo en el cual a la jefa de prensa de reconocidos espectáculos “se le escapó” la “bomba”. Según deslizó, a 45 años de aquel recital del grupo The Police en Mar del Plata –16 de diciembre de 1980 en el teatro Radio City para apenas un puñado de espectadores–, un integrante de aquella banda se dispone a regresar a Mar del Plata. El guitarrista Andy Summers, además escritor y fotógrafo, integrante de aquella legendaria banda junto a Sting y Stewart Copeland, volverá a Mar del Plata para ofrecer un recital. Sería en noviembre próximo y solo resta definir la fecha concreta. “¿Lo traerá PAblo Baldini?.  Un lujo, ahí estaremos”, prometió periodista que supo ser rockero y que recordó que de aquella visita de la banda en 1980 quedan atesoradas las fotos que los músicos se sacaron en Parque Camet montando, en una sesión especial, que formaron parte de un libro.

En tanto, ya sentadas cómodamente en los sillones del hall del hotel, con vista al mar, y cuando muchos de los invitados a la fiesta de LA CAPITAL comenzaban a retirarse, representante judicial acercaba información fresca sobre la separación del cargo decidida contra el juez del Tribunal de Trabajo Número 4 de Mar del Plata, Mariano José Riva, por violencia laboral y de género, mientras avanza el jury de enjuiciamiento en La Plata, el cual integra, entre otros, el diputado provincial marplatense Diego Garciarena. Se estableció que Riva fue denunciado en 2003 por la Asociación Judicial Bonaerense por conductas violentas hacia el personal a su cargo, como cambios de lugar de trabajo como castigo, descalificaciones, obstaculización de licencias y traslados, reacciones violentas, alusiones sexuales y sobrecarga laboral injustificada. Además de Riva, oportunamente fue denunciado el juez Alejandro Augusto Lerena, quien decidió renunciar a su cargo. Días atrás en La Plata, se resolvió el apartamiento preventivo de Riva mientras avanza el jury. Ya en la despedida hubo promesa de las mujeres de encontrarse para jugar al pádel, aunque señalaron que hoy es prácticamente una odisea conseguir turnos libres. Intervino el joven ‘tech’ para recomendar el uso de la app marplatense que fue precisamente ideada para obtener turnos de pádel y papi futbol, entre otras actividades.

Elogiaban dos empresarios llegados especialmente de CABA a la celebración el nivel alcanzado por la gastronomía marplatense, aunque el interlocutor local refirió que, como está sucediendo en todo el país, se registra una caída en cuanto a la actividad en los restaurantes locales. Y aportó datos estadísticos. Según el último informe de Kantar, el 76 % de los argentinos está saliendo menos a cenar afuera. No importa si son team parrilla o amantes del sushi: la billetera está en modo ahorro y se queda en casa. Los motivos son tres, en orden de aparición: precios altos (74 %), esperas eternas (41 %) y malas experiencias previas (30 %). Este último artículo pega más entre los jóvenes de 18 a 24, quizás porque todavía creen que lo que les traen a la mesa debería parecerse a lo que muestran en Instagram. Pero no todo está perdido. Un 42 % mantiene la costumbre de salir al menos una vez por semana o al mes. ¿Motivaciones? Socializar (66 %) y celebrar (33%). Entre los de 35 a 49 años, el porcentaje de los que salen a brindar sube a 44 %. Nadie quiere apagar la vela en casa.

¿A dónde van los que todavía salen? La mayoría elige lugares informales (61 %), comida rápida (38 %) y cafeterías (29 %). O sea: lo que esté más cerca, más rápido y sin mozos con cara de lunes. Luciana Dellisanti, de Kantar, lo resume así: “Las marcas deben ir más allá de la conveniencia. Ofrecer una experiencia significativamente diferente es clave”. Traducido al idioma del mozo: no alcanza con traer el menú, hay que convencer de que vale la pena quedarse. En tiempos en los que el delivery compite con la sobremesa, la clave ya no es abrir el restaurante, sino evitar que lo cierren… por falta de clientes.

Acodado en la barra del Hermitage, el consultor político, bebiendo en Chivas de 18 años, se ufanaba de haber recibido minutos antes un trabajo de la consultora Zuban Córdoba, difundido públicamente recién el lunes, donde, entre otras cosas, se aborda la tirante relación entre el gobierno nacional y un sector de la prensa. Atentamente, escucharon los detalles tres de los periodistas de la peña que nuclea a representantes de varios medios y que, se lamentaron, hace más de dos meses que no se reúne, y un par de concejales que venían hablando de la fuerte caída que registró la hotelería que, según el Indec, en Mar del Plata, tuvo su peor verano desde 2016. “No odiamos lo suficiente a los periodistas”, dice con ironía el título de la última entrega de Zuban Córdoba. Y el humor ácido no es gratuito: las cifras reflejan una sociedad que observa con alarma –aunque sin reacción organizada– el modo en que Javier Milei se relaciona con los medios. Pero también una ciudadanía atrapada entre el hartazgo, la fragmentación opositora y una cuota de resignación peligrosa. A pocos días del cierre de listas, la encuesta de Domingo de Datos deja más que porcentajes: entrega pistas sobre el clima político y cultural del país. Si hubiera que elegir una palabra para leer los datos, los autores la dicen sin rodeos: osadía. La que tuvo el Cabildo en 1810 y la que hoy parece escasear en todos los rincones del arco institucional.

El Gobierno mantiene niveles estables de aprobación. Sin grandes logros que mostrar, la baja de la inflación –tímida, pero real– es su principal escudo. Pero no pelea solo: el mayor respaldo viene por defecto. Un 54 % declara intención de votar a opositores, pero ninguno logra sintetizar ese malestar. Ni siquiera el peronismo, atrapado en su identidad kirchnerista, parece en condiciones de capitalizar el desgaste del presidente. El 64,2 % considera que el gobierno es cada vez más autoritario. Aun así, no hay actor político que se convierta en esa percepción en votos. Es como si la sociedad supiera que algo está mal, pero no viera alternativas viables. Un dato para tomar nota: incluso quienes no simpatizan con Milei valoran cierta “osadía” en su estilo, en contraste con una clase política que “no se anima a desafiar el statu quo”.

El núcleo del informe se mide con el vínculo entre Milei y el periodismo. Y aquí los datos son demoledores: el 62,8 % cree que las críticas de Milei al periodismo son un ataque a la libertad de prensa. El 66,7 % considera grave el uso de insultos o lenguaje agresivo contra periodistas. 56,9 % cree que las denuncias contra los periodistas Carlos Pagni, Viviana Canosa y Ari Lijalad son graves para la democracia. 53,9 % cree que su estilo comunicacional debilita la relación con la prensa. Y un 55,3 % dice que empeora la calidad de la información. La paradoja es inquietante: muchos lo ven como autoritario, lo acusan de atacar la libertad de prensa, pero no lo castigan electoralmente. ¿Fascinación con el personaje o resignación ante la política?

La encuesta ofrece una radiografía del periodismo argentino según la mirada social. Los más valorados: Rolando Graña (52,2 %), Antonio Laje (50,5 %), Gustavo Sylvestre (48,6 %). Entre los más rechazados, Luis Majul (60,4 % negativa), Estefanía Pozzo (59,8 %), Jonatan Viale (59,7 %) y Viviana Canosa (77,8 % de imagen negativa). No hay héroes en este ranking, pero sí un consenso claro: el 86,8 % cree que el periodismo debe ser crítico y neutral, sin tomar partido político. Un mensaje que interpela a todos los que trabajamos en medios. Hay un mandato de equilibrio, pero también un castigo a quienes cruzan ciertos límites éticos o emocionales. Frente a las agresiones, la sociedad parece incómoda pero inmóvil. Hay fastidio con el estilo confrontativo del presidente, pero no llega a transformar ese malestar en rechazo político o militante. Una Argentina de espectadores antes que ciudadanos activos.

Con el calendario corriendo hacia el cierre de listas, el informe sugiere que la osadía –aquella de 1810, la de romper con lo establecido para cambiar el rumbo– hoy está del lado equivocado de la historia. Mientras la política convencional se replica, Milei impone el ritmo, el tono y la agenda. Y aunque el descontento crece, aún no encuentra una voz que lo traduzca en alternativa real. “Tal vez no odiemos lo suficiente a los periodistas. Pero sin una prensa libre y sin una oposición con coraje, lo que peligra no es una profesión. Es la misma democracia”, ironizó el operador político porteño, que finalmente reclamó a quienes lo escuchaban un listado de las mejores pizzerías de la ciudad, para concurrir con su familia al día siguiente.