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Deportes 30 de junio de 2018

Passarella, Baresi y Ronaldo fueron campeones del mundo sin jugar

El argentino formó parte del plantel albiceleste en México 86, pero no disputó un solo minuto, mermado primero por una infección intestinal y después por un desgarro muscular.

Daniel Passarella.

MOSCU, Rusia.- La lista de jugadores que se proclamaron campeones del mundo sin haber disputado un minuto en la competición es extensa y, sobre todo, poblada por porteros, pero también incluye a ilustres figuras que no saltaron al campo más que para festejar el título.

Es el caso de Daniel Passarella, capitán del conjunto que conquistó la Copa del Mundo en 1978, que ocho años después también integró el plantel albiceleste. Con 33 años, fue convocado por el técnico Carlos Bilardo para el Mundial de México’86, pero no disputó un solo minuto, mermado primero por una infección intestinal y después por un desgarro muscular.

Passarella, no obstante, alardea de ser el único jugador argentino que cuenta en su palmarés con dos Mundiales. “En Argentina hay 44 medallas de campeones del mundo para 43 jugadores”, ironiza.

Franco Baresi fue convocado, con 22 años, para el Mundial de España, pero Enzo Bearzot no lo utilizó. Cuatro años después, el propio Bearzot prefirió a su hermano mayor Giuseppe Baresi, por lo que el histórico líbero del Milán no debutó en una Copa del Mundo hasta el 9 de junio de 1990, cuando Italia se enfrentó a Austria en el estadio olímpico de Roma.

Cuatro años más tarde, sin embargo, fue uno de los grandes protagonistas del Mundial de Estados Unidos. Se rompió el menisco de la rodilla derecha en el segundo partido, contra Noruega, y pese a que se le diagnosticaron 60 días de baja, se recuperó a tiempo para disputar la final contra Brasil.

En el Rose Bowl de Pasadena, Baresi lució el brazalete e hizo un partido excelso, pero no pudo culminar su gesta. Erró -como Baggio- su lanzamiento en la tanda de penales y no pudo festejar sobre el campo del título que había conquistado doce años antes.

Ronaldo también estuvo en ese Mundial, pero como un acompañante más de la selección de Carlos Alberto Parreira. “El fenómeno” había marcado 59 goles en 57 partidos con la sub-17 y llegó a Estados Unidos con la edad con la que Pelé había asombrado al mundo en 1958. Pese a las presiones que sufrió Parreira para que diese minutos a la nueva joya brasileña, el técnico no recurrió a él.

En 1998, ya convertido en el mejor delantero del mundo, su indisposición la noche antes de la final fue decisiva en la derrota ante Francia y no fue campeón sobre el terreno de juego hasta 2002, cuando el primer mundial asiático lo consagró como jugador decisivo y máximo goleador.

EFE.



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