Alguna vez escuchó decir que para llevar al teatro los textos de Federico García Lorca era necesario tener una herida. Acaso la herida de la vida. A sus cincuenta, el actor Paulo Brunetti dice estar preparado para semejante desafío.

Este verano, trasladó a Mar del Plata el premiado espectáculo “Muchacho de luna”, una propuesta que tiene dirección de Oscar Barney Finn y que cuenta con la participación de Ligüen Pires.

A la pieza se la podrá ver el 21 de enero, el 3 y el 23 de febrero en el Teatro Colón y el 31 de enero, el 7, 14, 21, 23 y 28 de febrero en el escenario de Villa Victoria, al aire libre. En los dos escenarios subirá a escena a las 21, con el apoyo de la firma marplatense Café Cabrales.

Un momento de “Muchacho de luna”.

El espectáculo tiene textos, cartas, poesías y fragmentos de obras de teatro escritos por Lorca. “Es toda la vida de Federico, desde su infancia hasta que lo asesinan, no hay una sola palabra que no sea de Federico, eso es lo interesante de la obra”, dijo Brunetti, quien se mete en la piel del poeta granadino desde hace cinco temporadas.

Con gran éxito, la pieza es parte de la cartelera porteña, llegó a Chile y será parte de la oferta de propuestas de España y Nueva York, Estados Unidos. “Es una obra que nos ha dado muchas satisfacciones”, observó el actor.

Y recordó el contexto en el que emergió la pieza. “Barney Finn hizo un programa en el viejo ATC que se llamaba ‘Muchacho de luna’, con treinta actores entre los que estaban María Rosa Gallo, Elena Tacisto, Inda Ledesma, Víctor Laplace… y de alguna manera me hizo este regalo. Es un regalo interpretar todos los textos de Lorca yo solo, es un unipersonal en el que estoy acompañado por Ligüen Pires, quien tiene apariciones como la Luna o como la Muerte”, dijo a LA CAPITAL. “Es un hilván de textos de Federico García Lorca”.

-¿De qué manera te parece que nos interpela hoy Lorca, a partir de este espectáculo?

-Es muy interesante lo que está pasando hoy con la cultura, Federico siempre fue un luchador constante por los derechos de las personas. Fue perseguido por la dictadura de Franco. Hacen ruido sus personajes en el sentido que también yo como hombre me meto en los personajes femeninos. De alguna manera Federico es Doña Rosita, Federico es Yerma, Federico es Bernarda, Federico es la novia de Bodas de Sangre. Y desde los ’90, desde el 2000 se han abierto muchas puertas en lo sexual, mucha gente, muchos hombres se sienten identificados con esos textos que dice un hombre. Hay anécdotas de personas mayores que me esperado y me han dicho “Yo soy Doña Rosita”, cosas que no se podían decir en su adolescencia o en su juventud. Provoca algo muy fuerte al espectador ver a un hombre haciendo de Doña Rosita, si bien yo no hago nada afeminado.

Paulo Brunetti, dirigido por Barney Finn.

-El teatro de Lorca se sigue haciendo, eso habla de la vigencia. En Mar del Plata, un elenco de varones sube a escena con “La casa de Bernarda Alba”, por ejemplo.

-En Buenos Aires también está pasando, en el Portón de Sánchez se hizo una obra sobre los textos de Bernarda Alba y también hecho por hombres. Como hemos visto a mujeres haciendo de Segismundo o de Hamlet. Federico tiene mucho de eso, porque ha pasado algo muy interesante: Oscar hizo ese programa en el año ’86 cuando se cumplieron 60 años de la muerte de Federico. Después del ’86 cuando fallecieron las hermanas de Federico se dieron a conocer cartas y poemas que ellas tenían oculto, claramente están escritos hacia hombres. Y cuando aparecieron estos Soneto del amor oscuro, Barney los puso en el espectáculo. Hace unos veinte años o menos quizás murió el Rubio de Albacete, ese rubio de Albacete tenía 19 años cuando asesinaron a Federico y era su último gran amor. Se dieron a conocer cartas entre él y Federico. Es decir, siempre van a estar apareciendo cosas y puestas nuevas. Lo maravilloso que tiene Federico es que, para mí, es el gran escritor del siglo XX de habla hispana. Yo creo que se lo puede comparar con Calderón de la Barca o con Lope de Vega. Es muy potente, creo que nunca va a desaparecer y sobre todo en Argentina, que somos muy lorqueanos.