Ya en la sinopsis el escritor e historiador Felipe Pigna anticipa que serán necesarios “muchos libros para contar las vidas de las mujeres que hicieron historia”. El ya va por el segundo tomo de “Mujeres Insolentes”, un libro en el que, con un guiño infanto-juvenil, cuenta la vida de importantes mujeres de la historia argentina.

“Elegí mujeres arquetípicas, que sean representativas de su época y actividades determinadas: escritoras, científicas, rebeldes indígenas, mujeres guerreras de la independencia, mujeres de las guerras civiles, docentes, actrices”, señala el autor de “Los mitos de la historia argentina” y “Lo pasado pensado”, entre otros trabajos que lograron posicionar la revisión de la historia nacional en las listas de lo más leído por los argentinos.

Impulsado por las consultas de jóvenes en edad escolar acerca de la invisibilización del rol de las mujeres en el devenir de la Patria, Pigna decidió contar las vidas de personalidades “insolentes” como Eva Perón, Victoria Ocampo, Niní Marshall, Lola Mora, y otras no tan reconocidas como “Macacha” Güemes y “Las espías de San Martín” con un guiño juvenil, de la mano de ilustraciones de Augusto Costhanzo. También habló de ellas en la ciudad, en el marco de Verano Planeta, el ciclo de charlas que la editorial realiza todos los veranos con escritores.

Para Pigna, la insolencia está vinculado “a sublevarte contra un orden que es injusto”.

– ¿Por qué “insolentes” y no, por ejemplo, valientes o transgresoras?

– La valentía es una cosa y otra la insolencia. Uno puede ser valiente pero no llegar a concretar algo. La insolencia te lleva a sublevarte contra un orden injusto y es una palabra que me aparecía permanentemente en los documentos de los conquistadores españoles referidos a las rebeldes indígenas. Típico de alguien que no respeta a nadie pero exige respeto, como eran los conquistadores. Me gustó mucho por eso. Y, además, es una palabra que resuena muy claramente y me remite a mi infancia, cuando se nos decía “mocosos insolentes”. Creo que tiene que ver con atreverse. Estas mujeres son muy atrevidas, en el sentido de enfrentarse una situación muy adversa. Si hoy cuesta, hay que imaginarse lo que debe haber costado hacer lo que ellas pretendían hace 500, 300 años.

– El libro aborda, además, diferentes ámbitos, y no sólo el bélico y el político. Se puede conocer la historia de mujeres que se han destacado en el arte, en lo académico, en lo empresarial…

– Hago hincapié en esta diversidad, porque elegí mujeres arquetípicas que sean representativas de su época y actividades determinadas: escritoras, científicas, rebeldes indígenas, mujeres guerreras de la independencia, mujeres de las guerras civiles, docentes, actrices. La idea era mostrar un espectro muy amplio de distintos grados de insolencia y distintas épocas.

– ¿El Movimiento de Mujeres actual es insolente?

– Absolutamente. Y el Movimiento de Mujeres de Argentina es uno de los más potentes del mundo. Yo, que tengo la suerte de viajar por el mundo, no observo el mismo grado de penetración en la sociedad que está teniendo acá. Creo que es algo muy importante lo que está pasando y que tiene que ver con una postergada presencia y adquisición de derechos. Este año se cumplen 70 años de la publicación del libro “El segundo sexo” de Simone de Beauvoir, que marcó un poco la agenda pero que, esa agenda, tardó en concretarse por muchos motivos. Ella hablaba de un segundo sexo definido a partir de uno primero, el masculino, y que todo el mundo estaba definido a partir de los gustos del varón, de su sexualidad, del patriarcado. Es un libro que recomiendo mucho y que tiene una actualidad impresionante. Habla de cómo, todavía hoy, seguimos hablando en un lenguaje masculino; que todavía hoy aparecen noticias en los diarios con un enfoque tremendamente machista. En las notas sobre femicidios, se sigue investigando la vida privada de la víctima, se sospecha de ella.

-¿Cómo viviste el año pasado, un año en el que las mujeres tuvieron una alta participación en la agenda política y mediática?

– Lo viví con mucho interés. Zygmunt Bauman, este gran sociólogo polaco, se preguntaba quién sería el actor de los cambios del siglo XXI, y yo creo que la respuesta está en la mujer. La mujer está siendo la protagonista de estos cambios, la que va marcando la agenda progresista, que es una palabra muy bastardeada pero se entiende, porque apunta a la búsqueda de la justicia, de los derechos, de la equidad. Y en ese sentido la mujer está siendo punta y dignificando a toda la sociedad; una sociedad es mucho mejor cuando todos tenemos los mismos derechos.

– Si tuviera que elegir, dentro de unos años, a las “mujeres insolentes” de hoy. ¿A quiénes elegirías?

– Eso todavía está abierto y va a estar dado con lo que vaya pasando estos años. Pero me parece que sí, hay mujeres absolutamente interesantes en el mundo contemporáneo.