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Cultura 29 de agosto de 2016

Pinceladas de la ciudad (Mar del Plata desde adentro): Con Juan en el lejano oeste (Segunda parte)

Por Pablo Garcilazo

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Juan pone la pava, una y otra vez. Mate en pie bien dulce y se sienta para ir desasnándonos en algo que cuenta como propio: Villa Sapito, La Zulema, Florentino Ameghino, El paseo Carelli, lugares propios del fin del oeste marplatense.
Nos acercamos a charlar sobre la sociedad de fomento Florentino Ameghino que empezó en 1966. Juan recuerda:
“Ahí se juntaron varios. Los Colochi, Carea, Gallo, Hernández, Doña Carolina, Los Cardozo y nosotros también. Se había comprado el terreno en aquel momento. Colaboramos en la construcción de la sede. En aquel momento era todo campo. Usábamos el salón de Domingo Iturralde para hacer fiestas y bailes para recaudar para construir la sede, era el lugar de reunión que teníamos. Yo tenía 13 años y me acuerdo cuando hicimos la primera piecita para armar la sede. La hicimos con Carlos Hernández, yo le hacia de peón y el levantaba pared en los ratos libres que tenía. Todos colaboramos para hacer ese primer edificio que todavía está hoy en 246 entre 25 de Mayo y 9 de Julio”.
También Juan recuerda con mucha alegría, la llegada del colectivo: “El colectivo de línea General Belgrano llegó a la La Zulema un 19 de marzo del 1964 a las 19.27 y lo grabaron en la alcantarilla en una piedra. Quedó marcado a fuego. Ya terminaba el verano y fue un día de mucha alegría. La gente aplaudía eufórica. Había que ir a tomar el colectivo a Luro y 182 en aquella época. Una importante distancia”.
Lo que fue muy recordado en aquella época fue la fábrica de pan Carelli, hoy Paseo Carelli en Av. Luro y 244: “Mi tío era cartonero, juntó unos pesos y se asoció con Víctor Carelli e hicieron una de las fábricas más grandes de pan de Mar del plata. Después ambos murieron, primero mi tío, después Víctor. Quedaron los hijos de Víctor Carelli que continuaron y fueron haciendo el paseo que es hoy”.
El almacén La Zulema, no menos importante, en el edificio que esta delante de la empresa de colectivos Peralta Ramos. Era bar, almacén y carnicería. “Ahí encontrabas de todo, lo que querías se puede decir”, apunta Juan.
Enfrente estaba el club de futbol. Primero estaba en 11 de Septiembre y 9 de Julio y hasta 242 y 244. Esas cuatro manzanas eran la cancha de fútbol del club “El Sapito”. “La camiseta era a franjas rojas horizontales y en el medio una franja verde, por el sapito. Uno de los que entrenaba era Fiolo Vera, un primo hermano de mi mamá. Ahí éramos todos jugadores. Se hacían cuadrangulares en el barrio con la gente de las chacras. Domingo por medio se hacían torneos donde venían entre 10 mil y 12 mil personas. Ahí se jugaba por la camiseta, por el honor. Era algo increíble”.
Y sigue: “Aquella época era todo muy tranquilo. Nos conocíamos entre todos. Nosotros con mis hermanos, en verano, dormíamos afuera, en el patio. Hoy a veces parecemos perfectos desconocidos”.
Juan mira su reloj, asoma para ver en qué andan sus caballos y me dice: “Cuando quieras la seguimos, mirá que hay tela para cortar para rato”.

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Mirar como si fuera la primera vez lo cotidiano de nuestra ciudad y su gente. Con ese fin nacieron estos escritos, que se desprenden de los micros radiales “Acercando el oeste y Mar del Plata”. Son voces barriales desde la salud, la comunicación y la integración comunitaria.