Por el brote de gripe aviar, murieron más de 600 lobos marinos y se redujo casi en un 15% la población de las colonias portuarias de Mar del Plata y Quequén.

Desde el Instituto de Mamíferos Marinos explicaron que el brote se expandió rápidamente en la costa argentina a partir de principios de agosto de este año. Los primeros casos se registraron con la muerte de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens) en Tierra del Fuego y la Reserva Faunística Punta Bermeja (Río Negro) en los primeros días de dicho mes.

A partir del 22 de agosto, se comenzó a observar un incremento notorio en la muerte de lobos marinos de un pelo pertenecientes a las colonias de los puertos de Quequén y Mar del Plata.

Los ejemplares infectados mostraron afecciones nerviosas y respiratorias: desorientación, incoordinación, caminata en círculos, actitud postural con la cabeza mirando hacia el cielo, incapacidad de movimiento, descarga nasal copiosa, salivación, dificultad respiratoria y convulsiones.

En agosto fallecieron 196 lobos; en septiembre, 263; en octubre, 123; en noviembre, 26; y, en diciembre, 3. Durante este período se registró la muerte, en total, de 611 lobos marinos, de los cuales más del 95% correspondió a ejemplares de un pelo, especie que forma parte de las colonias portuarias de Mar del Plata y Quequén.

“Teniendo en cuenta que al inicio del brote se estimó que la población de lobos marinos de un pelo de las colonias portuarias era de cerca de 4.000 animales, se estima que la mortalidad en la provincia de Buenos Aires alcanzó valores cercanos al 15% de su población”, precisaron los investigadores.

Para abordar la situación sanitaria que ocasionó el brote, este año se conformaron grupos de trabajo a lo largo de la costa bonaerense con la participación de más de 70 personas de cerca de 40 instituciones, quienes aportaron personal y recursos para la deposición final de los cuerpos, monitoreo de las colonias, manejo de la distribución interna de lobos marinos en los puertos, etc.

La coordinación sanitaria estuvo a cargo de SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria), y participaron los consorcios portuarios de Mar del Plata y Quequén, municipios costeros, cuerpos de guardaparques, organizaciones no gubernamentales, la Universidad Nacional de Mar del Plata y el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).

A pesar de no haber antecedentes de mortalidades rápidas y masivas de lobos marinos de la región, las diferentes instituciones coordinaron acciones en pocos días y se pudo gestionar eficientemente esta situación.

“La experiencia obtenida permitirá diseñar a futuro planes de contingencia para este tipo de eventos, que involucren a todas las instituciones con responsabilidades de gestión en sectores costeros de la Provincia de Buenos Aires”, concluyeron los investigadores.