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Cultura 15 de junio de 2020

“Por más abierta o encriptada que sea una poesía no deja de atravesarme”

Recientemente publicó su segundo poemario "La belleza, cada día", editado por Halley Ediciones. Es el segundo trabajo que comparte, luego de "Gris", lanzado de forma independiente el año pasado.

Por Claudia Roldós

“Abrirse desde un poema no deja de significar exponerse” confesó el periodista y escritor Sebastián Ciano, quién elige la poesía, la palabra escrita para expresarse porque, asegura, le cuesta hacerlo oralmente. “Por más abierta o encriptada que sea una poesía no deja de atravesarme” reconoció el joven marplatense que presentó recientemente “La belleza, cada día”, su segundo libro, editado por Halley Ediciones. En esta nota con LA CAPITAL, el autor habló de las temáticas, del eterno debate acerca de la belleza y la poesía y de la imposibilidad de abstraerse de los opuestos de la vida.

– ¿Cómo nació “La belleza, cada día?

– Cuando finalicé el proceso creativo de mi primer libro seguí escribiendo. “Gris” estaba terminado y yo ya estaba metido de lleno en lo que fue la experiencia de la edición, pero nunca dejé de escribir.
Así fue que me encontré con un libro publicado y mucho material sin editar que tenía ganas de mostrar. Por suerte, luego pude empezar a trabajar con una editorial, algo que necesitaba para poder hacerlo realidad.

– ¿Cómo llegaste a Halley Ediciones?

– Conocí a Halley a través de las redes sociales. Desde mi perfil (@sebaciano) intenté relacionarme con gente de la literatura y la poesía en particular. Allí di con la editorial y con Mariana Kruk (su directora). Me contacté con ella para enviarle mi material, que por suerte fue de su agrado, y nos pusimos a trabajar.

– ¿Qué diferencias viviste en la preparación del volumen para su publicación, en comparación con Gris, que fue autogestionado?

– Muchas. Una vez que Mariana aprobó el texto puso su mirada y conocimiento en el mismo para tratar de sacar todo el jugo a cada poema. Luego de varios mails intercambiando opiniones, no hubo mucho que corregir por suerte. Así que me dediqué al diseño de tapa.

En Gris tuve mucho que aprender en relación a lo que significa editar un libro: Qué trámites se requieren, dónde realizarlos, contactarme con una diseñadora; un montón de cuestiones que para mí quedaron en un segundo plano al trabajar con Halley.

– ¿Cómo imaginabas el lanzamiento del libro antes de la declaración de cuarentena y cómo fue la presentación virtual?

– Tenía todo organizado y reservado para el sábado 4 de abril, pero fue cancelado ya que tres días antes se extendió por primera vez la cuarentena. Me quedé con muchas ganas porque imaginaba un momento muy lindo. La virtualidad no es algo a lo que no esté acostumbrado, ya venía subiendo cosas a las redes, tanto poemas editados como inéditos. Pero me hubiese gustado poder presentar el libro de manera tradicional.

– Definiste tu primer libro, Gris, como “autorreferencial”. ¿Cómo definirías a este?

– Si bien los poemas de este nuevo libro no dejan de ser experiencias que me atraviesan, lo encuentro más “abierto” al lector. Es posible que alguien pueda llegar a identificarse en algún texto de este libro más que en alguno de Gris.

– Has dicho que la belleza es fundamental para las personas y que la poesía es belleza. ¿se puede encorsetar a la belleza en una definición o puede encontrarse en cualquier parte?

– La belleza, como el arte, es subjetiva. Pero ambas cosas son necesarias. Existe una pregunta permanente, la de “¿qué es la poesía?” Por suerte no tiene respuesta, y eso nos permite hablar, debatir y profundizar eternamente. Para mí la poesía es belleza, y cada uno sabrá qué es la belleza en su vida. Desde la utilización frívola de la palabra hasta disfrutar de las pequeñas cosas. Todo.

– ¿Qué desafíos te provoca poner la belleza en palabras?

– El desafío siempre es ser leído. Escribo porque me cuesta hablar, expresar mis sentimientos oralmente. Abrirse desde un poema no deja de significar exponerse, y eso me resulta todavía un poco incómodo.

– ¿Sos metódico para escribir?

– No soy metódico para escribir, lo hago en papel, o en el celular, dependiendo el momento en el que se me venga algo. Sin embargo, con el paso del tiempo fui tomando cierta organización a la hora de volcar el material y tenerlo todo junto.

– ¿Cómo planteás la musicalidad de los textos?

– El texto surge y al instante lo escribo. Puede que lo haga de principio a fin, o que solo anote frases o estrofas que en un futuro se unirán con otras. Cuando siento que el poema está terminado lo leo varias veces hasta que me guste y realizo las modificaciones que crea necesarias.

– Proponés una exploración sobre sentimientos y percepciones, sobre esas sensaciones que a veces son físicas, pero otras, internas, emocionales…

– Totalmente. Gran parte de lo que escribo se basa en eso, desde ahí que te decía que por más abierta o encriptada que sea una poesía no deja de atravesarme. Los sentimientos son mi mayor fuente de inspiración.

– Hay en la continuidad de la lectura una dualidad, una sensación de opuestos complementarios en los tema y climas de los poemas: día/noche, fuego/hielo, naturaleza/interior, alegría/nostalgia, por ejemplo- ¿Lo ves así? ¿Lo planificaste?

– Nada está planificado desde la temática. Si bien pretendí darle una estética y un mensaje desde el título el libro no está basado en la belleza, sino que ésta convive con todas esas cosas que mencionas. Uno está hecho de todo. No podemos mantenernos al margen de los opuestos en la vida. Disfruta de una parte, y se adapta (o no) a la menos placentera.



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