Sofía y Liam fueron hoy protagonistas de un hecho histórico: las autoridades de Zona Sanitaria VIII incorporaron por primera vez entre su personal a dos personas trans, en el marco del cumplimiento al cupo mínimo del 1% que rige en el Estado provincial desde 2015.

Acompañados por trabajadores de la institución, activistas del colectivo de la diversidad y concejales de la ciudad, los flamantes trabajadores públicos fueron presentados a sus nuevos compañeros de trabajo a primera hora de la mañana.

A su vez, y ante la presencia de medios locales, posaron para las fotos con la bandera LGBTQI+, en un día que marcará un antes y un después en el acceso al derecho al trabajo para una de las poblaciones más castigadas y marginadas en la sociedad.

La oportunidad laboral llegó a cinco años de la sanción de la Ley provincial 14.783, también conocida como Cupo Laboral Travesti Trans, impulsada por Diana Sacayán, histórica activista por los derechos del colectivo de la diversidad, asesinada en octubre de 2015. También se dio a casi un año de su reglamentación, ya que la normativa no avanzó el derrotero legislativo hasta pocas semanas antes de que la exgobernadora María Eugenia Vidal abandonara su cargo en noviembre 2019.

La incorporación de Sofía y Liam también se dio a casi un mes de que integrantes de organizaciones vinculadas a la defensa y conquista de los derechos del colectivo de la diversidad enviaran un nota a las autoridades de la delegación local de Zona Sanitaria VIII, solicitando que éstas arbitren “los mecanismos y/o herramientas necesarias” para el cumplimiento de la normativa vigente. Estas organizaciones fueron  A.M.I Asociación Mundo Igualitario, 100% Diversidad y Derechos Mar del Plata y el Espacio de Género y Diversidad del Movimiento Atahualpa.

Para su satisfacción (y teniendo en cuenta que estas notas fueron presentadas en múltiples dependencias estatales), el titular del área, el doctor Gastón Vargas, tomó el pedido e inició la búsqueda laboral pertinente que culminó con el ingreso a planta de Sofía y Liam.

En el caso de Sofía, quien tiene 33 años, éste es el primer trabajo que consigue, pese a haber dedicado su vida adulta a conseguir uno.

“Estamos muy contentas de poder lograr el acceso formal al trabajo. Es importante remarcar el trabajo de los sindicatos, que hoy también se hicieron presente, como ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) o APU (Asociación de Personal Universitario)”, señaló a LA CAPITAL la activista y trabajadora municipal, Cintia Pili.

A su vez, Agustina Ponce, también activista de la organización AMI, destacó que no es un “dato menor” que la inclusión se haya dado en el marco de un establecimiento sanitario. “Esto permitirá que el acceso al sistema de salud por parte de otras compañeras, quienes se sentirán más cómodas y acompañadas”, señaló.

Lo subrayo por Ponce se apoya en los datos estadísticos del país: las travestis tienen una esperanza de vida de 35 años en Argentina. “No es casualidad que nos encontremos siempre las mimas en las organizaciones y militando. Las que no me vuelvo a encontrar en esos espacios es porque murieron. O se suicidaron, o las mataron o se murieron por muerte natural, aunque teniendo en cuenta las dificultades de acceso a la salud, no sé qué natural es”, indicó.