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Deportes 8 de octubre de 2018

Primer capítulo de la nueva temporada

Se pone en marcha la taquillera serie Peñarol-Quilmes. El superclásico del básquetbol argentino, esta vez por el Torneo Súper 20, se jugará desde las 22 en el Polideportivo Islas Malvinas.

La invitación está hecha. Desde las 22, en el Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”, se enfrentarán por primera vez en la nueva temporada Peñarol y Quilmes, en este caso, por el grupo D (Provincia) del Torneo Súper 20 “Alfredo Miño” de básquetbol.

Más allá de actualidades, expectativas u objetivos, cualquiera sea la instancia o el momento en que se juegue, siempre resulta súper tentador y atractivo el superclásico de la ciudad y, por añadidura, del básquet argentino.

Si bien apenas se han recorrido unos pocos pasos de la campaña 2018/19, podría decirse que tanto uno como otro, de acuerdo a las previsiones, hasta aquí están cumpliendo correctamente

Ambos están invictos en el Polideportivo, y uno de ellos indefectiblemente perderá esa condición este martes, si bien a los efectos administrativos, el local será el “milrayitas”.

El invicto Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivdadavia se desmoronó con las dos caídas en Mar del Plata, y por consiguiente, Peñarol ahora es el líder de la zona (registro de 2 triunfos y una derrota). En tanto, el “tricolor”, al igual que su tradicional rival, suma dos victorias seguidas y balanceó su récord global a 2-2.

A diferencia de otros equipos, de la misma zona y del resto de la competencia, los conjuntos marplatenses han priorizado las fichas nacionales. De hecho, Quilmes ha prescindido de extranjeros -al menos para este Súper 20- y Peñarol sólo cuenta con un foráneo, el estadounidense Du’Vaughn Maxwell, de parejo rendimiento en los tres primeros juegos: 13,3 puntos, 5,7 rebotes y 1,3 asistencias.

Peñarol, en sus pasos iniciales en esta temporada ha mostrado una firme postura defensiva, que le ha permitido, hasta aquí, no sólo mantener en promedio a sus rivales por debajo de los 70 puntos (permite 69,0), sino también, atacar con más tiempo y paciencia. Hasta el momento con poca participación de Nicolás Gianella para dosificar sus esfuerzos, las correctas producciones de Juan Ignacio Marcos y Joaquín Valinotti para llevar la base han tenido la colaboración de Bruno Barovero. No tan picante en su rol anotador, pero sí muy útil para habiiltar a sus compañeros (es el mejor pasador de su equipo, con 4,7 asistencias).

Pero quien realmente ha marcado diferencias es Damián Tintorelli. El pivote registra promedios de 17,9 puntos, 9,7 y 1,0 asistencia, y ha sido muy importante para la causa “milrayitas”.

Se presume una lucha muy interesante, porque tanto Omar Cantón (13,8 puntos y 5,0 rebotes) como Eduardo Vassirani (11 puntos y 6,2 rebotes) han aportado mucho para el juego interior quilmeño.

De la otra vereda, precisamente, Quilmes ha encontrado su rumbo de manera impensada. Se vislumbraba un equipo que debía hacerse fuerte en lo colectivo y desde atrás para adelante, con énfasis en la defensa. Al menos hasta ahora, poco de eso se ha llevado a la práctica. El conjunto de Luro y Guido ha permitido más puntos de los previstos (84,5). Pero ha sorprendido a propios y extraños con su poder de gol. En cuatro partidos, Quilmes tiene la segunda mejor ofensiva de todo el torneo, con 85,8 puntos. Sólo es superado por San Lorenzo (99,8). Y el líder de esa artillería es Mateo Bolívar (20,5 puntos).

En definitiva, cada uno intentará imponer sus fortalezas y disimular sus debilidades en un escenario magnífico y con un marco único, en un partido que nunca deja indiferente a nadie.

Los equipos

Peñarol
Juan Ignacio Marcos, Bruno Barovero, Lucas Arn, Du’Vaughn Maxwell y Damián Tintorelli. DT: Leonardo Gutiérrez.

Quilmes
Luciano Tantos, Lucas Ortiz, Mateo Bolívar, Sebastián Morales y Omar Cantón. DT: Javier Bianchelli.

Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Pablo Estévez, Julio Dinamarca y Nicolás Danna.
Hora: 22.

 

Resumen histórico

* Hasta el momento, Peñarol y Quilmes, desde aquel involvidable 22 de septiembre de 1991, se enfrentaron 128 veces, con una marcada supremacía del “milrayitas”, 86 a 42. Sin embargo, de los últimos diez enfrentamientos, ganaron cinco cada uno.

* Por Liga Nacional jugaron 105 encuentros, con 72 éxitos para el “milrayitas” y 33 para el “tricolor”; por Copa Argentina, los de Garay y Santiago del Estero lideran 11-6 (en 17 enfrentamientos); por el Torneo Súper 8 se midieron dos veces y en ambas se impuso Peñarol; y en el más reciente Súper 20, es Quilmes el que lleva la delantera, ya que ganó tres y perdió uno.

* Aunque hubo varios clásicos que se definieron por escaso margen o aún en la última bola, en 128 juegos entre ambas, apenas 5 veces fueron a suplementario. El saldo es de tres éxitos peñarolenses y dos quilmeños.

* De los duelos jugados en Mar del Plata -casi todos-, el superclásico ha tenido tres escenarios diferentes: el desparecido Súper Domo, el estadio de Once Unidos y el Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”. Afuera de la ciudad sólo jugaron dos veces: en el Súper 8 de Neuquén (2006) y el bochornoso partido en el Parque “Carlos Guerrero” de Olavarría (2008).

* El goleador histórico del clásico es Pablo Sebastián “Tato” Rodríguez, con 863 puntos. Y también es el jugador con más presencias (69), dato que arroja un promedio de 12,51 puntos por partido.

* Por el lado de Quilmes, el máximo anotador es Esteban De la Fuente, quien convirtió 422 puntos en 34 partidos (también es el jugador con más presencias), a un promedio muy similar: 12,41. El detalle es que De la Fuente también jugó -como casi una treintena de basquetbolistas nacionales y extranjeros- también con la camiseta de Peñarol. Concretamente, dos partidos en la temporada 1993/94 (fue campeón), con 34 puntos anotados (17,0 de promedio).

* Curiosamente, 14 entrenadores diferentes dirigieron en el clásico a Peñarol y otros 14 lo hicieron en Quilmes. Increíble coincidencia. El líder estadístico continúa siendo Oscar “Huevo” Sánchez, con 36 superclásicos, aunque su récord es negativo (15-21). El segundo de la lista es Javier Bianchelli (dirigió 28, con registro de 11-17). Tercero aparece Sergio Hernández (dirigió 27), con el sorprendente saldo positivo de 23-4.

* La mayor diferencia en el resultado de un solo partido es de 32 puntos. Por esa ventaja ganó Peñarol (el 5 de octubre de 2004), 95 a 63. La brecha más grande en favor de Quilmes la estableció por Copa Argentina (el 15 de septiembre de 2005), luego de imponerse 83 a 59.