“Partimos del texto original de ‘300 millones’ de Roberto Arlt para dar con una obra nueva, una reescritura de Guillermo Parodi, que es ‘Pajarita‘”. Así explica el germen del espectáculo la actriz Lorena Szekely, coprotagonista junto a Pablo Mariuzzi de de “Pajarita”. Esta obra, que fue parte de la cartelera de teatro durante enero, regresa ahora a la sala Gregorio Nachman del Teatro Auditorium: se la podrá ver desde este jueves y hasta el domingo que viene a las 21.

“Estamos muy contentos de poder compartir y abrir nuestro trabajo a la mirada de espectadores de todo el país que confluyen en esta ciudad durante el verano. Hacerlo, además, desde un teatro público, como lo es el Auditorium, que facilita la llegada de propuestas artísticas y diversas a un gran público, a precios populares”, señalaron desde el elenco.

Para Parodi, quien es director y autor de esta puesta, “Pajarita” es la “historia de una mujer que vive en la calle, con hambre, sin trabajo ni perspectiva de futuro”.

Intervienen en la dramaturgia, “distintos personajes surgidos de su imaginación” que “la acompañarán en un sueño donde ella gana 300 millones y vive una vida de gran señora”.

Así, en esta versión, “la fábula se plantea como una especie de Mago de Oz o Alicia en el país de las maravillas, donde Sofía, la protagonista, guiada por un personaje de humo es conducida a los diferentes momentos de una vida de abundancia, pero a veces este sueño se convierte en pesadilla”, contó, en una entrevista con LA CAPITAL.

-¿Se trata de una reinterpretación de Arlt?

Szekely: -Buceamos en el mundo artliano e intentamos traerlo más acá. Sentimos que la obra original tiene mucha vigencia y que a pesar de haber sido estrenada hace 90 años nos sigue interpelando, poniendo de relieve las problemáticas que nos plantea el mundo moderno en donde el ser humano forma parte de un engranaje que expulsa a los más débiles y vulnerables.

-¿Qué vínculo con la actualidad tiene la pieza?

Mariuzzi: -“300 millones” es un clásico de nuestro teatro nacional que surge de un hecho verídico: una mujer joven de nacionalidad española se suicida bajo las ruedas de un tranvía a las cinco de la madrugada, dejando la cama hecha y la luz de su habitación encendida. Este hecho despierta en el autor, Roberto Arlt, la escritura de esta pieza. En nuestra versión la protagonista ya ni siquiera tiene trabajo, es cartonera, tiene hambre pero, como todo ser humano, aspira a tener una vida mejor. El hambre es metáfora, va más allá del hambre físico, alude también a lo emocional, a lo espiritual. Es así que una de las preguntas que queda resonando en nuestro espectáculo (¿y por qué no doliendo?) es “si los pobres tienen derecho a soñar”. Este interrogante nos sigue atravesando como individuos pero fundamentalmente como sociedad.