Investigadores del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) revelaron hoy qué fue lo que ocasionó la aparición de camarones y tras confirmar que los crustáceos no presentaban rastros de toxicidad, ni tampoco hubo cambios abruptos en la temperatura del mar, llegaron a la conclusión que se trató de un “fenómeno natural esporádico”.

“Posiblemente se encontraran muy cerca de costa alimentándose y/o escapando de algún cardumen de peces cuando se suscitaron los vientos que provocaron un fuerte oleaje y el consecuente arribazón”, explicaron desde el Inidep, en sintonía con lo que le había adelantado la investigadora Paula Moriondo a LA CAPITAL.

Cabe recordar que el sábado el sector costero de Playa Grande amaneció repleto de ejemplares de una especie conocida como Peisos petrunkevetchi.

Rápidamente investigadores se acercaron al lugar y recolectaron muestras que, tras ser analizadas en laboratorio, permitieron confirmar que los ejemplares no presentaban rastros de toxicidad.

La especie, conocida popularmente como camarón, tiene una amplia distribución en el Atlántico Sudoccidental y es común en las aguas costeras de la provincia. Sin embargo, no se contaba con registros precedentes de arribazones de peisos en las playas, razón por la cual fue tan llamativa su aparición.

En este contexto, se tuvo en cuenta los eventos nocivos y/o tóxicos producidos por microalgas marinas, los cuales han sido responsables de la mortandad de organismos marinos como ballenas, aves y peces. Incluso se ha asociado el arribazón de peces y mariscos a la presencia de microalgas toxicas, pero la mayoría de las veces las causas de estos eventos no son conocidas. Por este motivo, se desaconsejó el consumo de cualquier tipo de organismos marino que se acerque a la costa moribundo.

En el laboratorio de química marina y marea roja del Inidep, se realizan estudios sobre estos fenómenos y en esta oportunidad se tomaron muestras para hacer análisis de toxicidad. El especialista Ricardo Silva observó las muestras de fitoplancton (algas microscópicas) y no detectó la presencia de dinoflagelados tóxicos, por lo cual no parece haber sido el motivo de la mortandad de los crustáceos que aparecieron en Playa Grande.

Por su parte, desde el Gabinete de Oceanografía Física informaron que, si bien desde 15 de agosto la temperatura en la superficie viene en aumento, desde los 9,92 grados registrados ese día hasta los 10,5 grados del lunes 23, éste probablemente acompañe al incremento de la temperatura del aire y con valores que fluctúan dentro de los límites considerados normales para el mes.

Al descartarse la hipótesis de la presencia de algas tóxicas en el agua y de cambios abruptos en la temperatura del mar, desde el Programa Pesquería de Langostino reforzaron la teoría de que los ejemplares posiblemente se encontraran muy cerca de costa y producto del viento la marea los arrastró hasta la playa.

“Estos organismos del zooplancton tienen capacidad natatoria pero no la necesaria como para escapar al fuerte oleaje”, indicaron.