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Policiales 19 de junio de 2019

Realizarán juicio por jurados a acusado de asesinar a su esposa

Se trata de Rafael Inglera, quien hace exactamente dos años fingió que su mujer, Nancy Segura, había muerto por accidente. A través de una investigación se descubrió que la víctima había sido apuñalada.

Un hombre acusado de asesinar a su esposa de 27 años de una puñalada en la zona de Playa Serena y luego fingir que se había tratado de un accidente será juzgado por un jurado popular entre el 12 y el 15 de agosto.

Se trata de Rafael Inglera, quien está detenido desde hace dos años por el femicidio de Nancy Segura, su mujer y madre de su hija. En las últimas horas el fiscal Fernando Castro le confirmó a la familia de la víctima la fecha de inicio del debate oral, que se realizará ante la jueza Mariana Iriani.

Además de la pequeña que había tenido con Inglera, Segura era madre de otro niño. Luego del hecho, ambos quedaron a cargo de Yésica, la hermana de la mujer asesinada.

El caso se registró el 19 de junio de 2017, cuando Segura sufrió una puñalada en el tórax que le causó una herida de 18 centímetros y le afectó órganos vitales, en circunstancias que fueron materia de investigación. Es que, según Inglera, se había tratado de un accidente.

Era medianoche y la pareja estaba en su casa de calle 18, entre 443 y 441. Tras recibir la puñalada, fue atendida en la sala de salud del barrio y más tarde en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde finalmente falleció.

Al declarar ante la policía, Inglera dijo entonces que tanto él como Segura habían recibido a un sobrino que pedía ayuda porque sus padres se estaban peleando a pocas cuadras de allí. Entonces al querer ir hacia esa vivienda, Inglera aseguró haber “lastimado” a Segura cuando ella intentó impedirle que tomara un cuchillo para llevar a la casa de sus parientes.

Sin embargo, la Policía Científica derrumbó una coartada que antes ya había sido debilitada por el propio sobrino. Este dijo que había a la casa pero que Inglera y a Segura no estaban ahí.

En suma, otros testimonios describieron a Inglera como agresivo y golpeador, y al vínculo con Segura como tortuoso. Pero fueron los peritos forenses los que terminaron con las excusas de Inglera. Dijeron que además de la herida de 18 centímetros de profundidad, el cadáver presentaba señales de una fuerte “compresión externa” en el cuello. Incluso, la herida evidenciaba en el lado izquierdo del tórax que no podía haber sido producto de un forcejeo, sino de una voluntad direccionada del autor.

Esto terminó por reconstruir la secuencia: para los investigadores, Inglera tomó del cuello a Segura y la inmovilizó, para entonces apuñalarla.

Tras la detención de Inglera, el fiscal Castro solicitó a la jueza de Garantías, Lucrecia Bustos, la prisión preventiva debido a la personalidad peligrosa y al riesgo de fuga.

Desde entonces, Inglera permanece detenido en la cárcel de Batán y a la espera del juicio oral, durante el que podría recibir la pena de prisión perpetua.