No hay verano si no hay polémicas. En este caso, Matías Santoiani, protagonista de Mi mujer se llama Mauricio y amigo de Cacho Castaña, criticó la metodología de selección en los premios Estrella de Mar y tuvo reacciones inesperadas. “Llevaron lo que dije para el lado que más les conviene para llenar programas explicó el actor, quien también aclaró que no tiene ningún inconveniente con la familia de Cacho Castaña, ganador en 2017 del Estrella de Mar de Oro.

“Estoy feliz con mi personaje” sostuvo Santoiani, sobre los cambios en la obra producida por Aldo Funes, en esta nueva etapa y con la incorporación de Carna y Alejandro Fiore, quienes se sumaron al elenco con Matías Alé, Matías Santoiani, Adriana Brodsky, Kitty Locanne y Luciana Cárpena.

Ahora, Santoiani interpreta a Mauricio, el personaje que desencadena, en su afán por ayudar, todos los enredos de la comedia.

La obra, dirigida por Ernesto Medela, cuenta la historia de Jorge y Mariana, un matrimonio de clase media acomodada que lleva varios años casado pero que están en medio de una crisis, hasta que un día aparece Mauricio, miembro de una entidad llamada “Ayuda Fraternal”.

Mauricio intentará ayudar a Jorge ante los muchos problemas que enfrenta, pero en vez de solucionarlos lo que logra es que se desaten muchos cómicos enredos que llevarán a un final inesperado.

La producción, que cuenta con vestuario de Javier Peloni y la escenografía de Aníbal Fuentes, tiene doble función (21.30 y 23.30) de martes a domingos en el Teatro Santa Fe.

En una charla con LA CAPITAL, Santoiani destacó la incorporación de “amigos”, valoró el “mensaje” de la obra, el trabajo del productor y ratificó su opinión sobre los premios de la temporada que -dijo- “no vi porque estaba en Buenos Aires grabando “El muro infernal” -el programa de juegos de Marley-.

– Qué lío se armó con lo que dijiste de los Estrella de Mar. ¿Pensaste que iba tener esa repercusión?

– No, para nada, solo hice un comentario criticando la forma en que evalúan, no más que eso. Después los medios lo llevan para el lado que más que les sirva para llenar los programas. Jamás denuncié a nadie, solo cuestioné la forma. Sería mucho más interesante que premien a todos y que el premio sea más interesante y que sirva también como un negocio para el espectáculo y promocione más a Mar del Plata, que es la capital balnearia del espectáculo.

– ¿Se enojó con vos la familia de Cacho?

– Con la familia de cacho soy familia, no hay ni hubo ningún problema y jamás hablé mal de Cacho.

– ¿Creen ustedes que no hay consideración por Aldo Funes como productor, en los premios?

– No si es así. Aldo es un productor que no está en el lobby del show. El viene, pone su plata, su producto y funciona desde hace más de 20 años. El tiene su política, da trabajo e invierte en la ciudad más de 6 millones por temporada.

– ¿Qué le aporta el cambio de elenco en algunos personajes a la comedia?
– Siempre los cambios son positivos y más cuando son amigos como Fiore o Carna, con quienes trabaje en Taxi. Le suman frescura y otro desafío a la obra porque cada actor tiene su impronta. Y más cuando son buena gente y sin egos y tiran para la comedia y no para ellos.

– ¿Cómo te sentís vos con el cambio de rol, con respecto al personaje que hacías anteriormente?
– Muy bien y feliz. Disfruto mucho hacer este personaje. Si bien jamás pedí hacerlo, la paso muy bien y apoyado por un equipo de actores y director que ayudan a que todo salga increíble. Hacemos un gran trabajo y me hacen lucir.

– Tu personaje es el que introduce las confusiones en la obra. ¿Qué le aportaste, en qué aspectos le ponés tu impronta, tu creatividad, para apropiártelo?

– Sí, tiene mucha impronta personal. Sobre todo traté de ir al hueso, hacerlo más corto y que mis compañeros puedan tener su lugar también. Achiqué bastantes situaciones. Todo con el consentimiento de Ernesto Medela (el director) Aldo Funes (productor) y los compañeros.

– ¿Cuál es el mensaje de la obra qué más te gusta?

– Es un obra que no tiene maldad, es muy divertida y sobre todo en el final se hace una reflexión sobre la igualdad y el no juzgar al amor, a que la gente ame como quiera a quien quiera. Es un tanque la obra, por donde la mires.

– Hay un poco de polémica en torno a la cantidad de espectadores, números, perspectivas. ¿Cómo lo están viendo ustedes?

– Es lo de todos los años. Hay gente pero no hay plata para ir al teatro, la gente tiene otras prioridades y comer es una. Y van a lo que pueden. Nosotros es el tercer año que estamos y nos va bien, cumple con lo que venimos a hacer.