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Arte y Espectáculos 3 de julio de 2017

“Me parece importante no olvidar que somos humanos”

El coreógrafo francés Sidi Graoui llegó a fines de mayo para trabajar en el ensayo de su obra "Himno", que estrenará este miércoles con el Ballet Contemporáneo de la Escuela Municipal de Danza. El porqué de la danza, el amor a Argentina y el descubrimiento del tango.

“Me parece importante en este momento que no nos olvidemos de que somos humanos, que no solo somos un cuerpo. Somos cuerpo y mente, la persona no es solo un cuerpo”. Lo dice el coreógrafo francés Sidi Graoui, quien permanece en Mar del Plata desde fines de mayo y trabaja incansablemente con el Ballet Contemporáneo de la Escuela Municipal de Danza “Norma Fontenla”. Es que el artista europeo creó una obra especialmente para este cuerpo de baile local. Se trata de “Himno“, una pieza que repasa los momentos centrales del Himno Nacional Argentino y cuyo estreno sucederá este miércoles a las 21 en el Teatro Colón.

Disciplinado, observador, asegura que encontró en las bailarinas y los bailarines marplatenses un grupo heterogéneo que sabe cumplir sus pedidos: calidad en los movimientos, expresividad o vehemencia, depende de qué momento de la obra se trate.

“Himno tiene distintas cosas -cuenta en castellano-. Hablo de cosas que son clichés, cómo nosotros los extranjeros vemos a la Argentina, aparecen el Che Guevara, el tango, Mercedes Sosa, el fútbol, Piazzolla”. Junto al músico Javier D’Angelo, Sidi descompuso la canción patria en varios momentos y extrajo de cada uno de ellos los temas a los que refiere el tema de Vicente López y Planes.

“El nacimiento (de un país), la pelea, la belleza, la juventud, y la esperanza. Es una alegoría a la manera en que una nación se constituye, como están el caos, el orden y luego el disfrute de un país que es joven y tiene energía”, apunta el francés, siempre optimista.

Semejante trabajo minucioso supone, al mismo tiempo, ensayos y ensayos con las bailarinas. Aclara la directora de la Escuela de Danza, Patricia Enciso: “Para las alumnas es importante este trabajo, estamos acostumbradas a un ritmo de ensayos, ya hemos invitado a otros coreógrafos, pero Sidi se lo tomó en serio y ensayan a la mañana, al mediodía, los domingos, los días feriados. Como las alumnas trabajan y cursan, los ensayos son muchas veces a las diez de la noche”.

“Encontré de todo, distintas edades, distintas calidades, socialmente son chicas diferentes también”, observa Sidi e indica que también se lo verá bailar sobre el escenario del Colón. “Es que él mira todo”, agrega Patricia. “Como es una escuela pública están los que llegan en bicicleta, los que llegan en auto o los que reciben ayuda de la cooperadora” para poder seguir estudiando la carrera. “Eso es lo rico y que todos tienen su lugar”, expresa el coreógrafo.

Egresado de la Escuela de Danza de La Rochelle, ciudad ubicada en la costa atlántica de Francia, Sidi es hijo de padres marroquíes y, en la actualidad, dedica su tiempo a brindar seminarios en el mundo y a consolidar su trabajo como autor. “Al lado de la imagen virtual, de los video juegos que pueden dotar de muchas posibilidades al cuerpo y que pueden convertir a un baialarín en un holograma que levanta la pierna treinta veces seguidas, la danza tiene que recordar que es la primera actividad humana, porque antes de todo está el cuerpo. ¿Cuál es el soporte de la danza? El cuerpo, la persona, la persona es su instrumento”, reflexiona sobre lo que tiene para decir como autor de ballet contemporáneo, en un mundo hiperconectado, con relaciones interpersonales mediadas por lo virtual.

“Un abrazo real”

Siempre humano, con ojo sensible, halló en la danza del tango otra puerta más para seguir construyendo conexiones con otras personas. Eso dice que lo aprendió en las milongas porteñas. “El tango tiene cosas que me interesan, lo primero es el abrazo, un abrazo real, que es sentir el cuerpo del otro, su energía, su calor”, desliza.

– ¿Lo ve como una danza erótica?

– Posiblemente. El abrazo no me parece erótico, pero sí las piernas. El abrazo me parece que es como encontrar el otro yo. Y es cincuenta y cincuenta. No es que el hombre toma a la mujer o la mujer al hombre, es cincuenta y cincuenta. Yo vengo a tu lado, vos venís a mi lado y estamos en el eje, estamos juntos en un mismo lugar. Es un concepto interesante de desarrollar. Después las piernas son más sensuales, las técnicas, las jóvenes que bailan más rápido, las que hacen más revoleo. En Europa bailamos muy bien tango, París es también la cuna del tango, pero el abrazo es anecdótico para nosotros y acá no. Acá el principio es el abrazo. Cuando una mujer me abraza en el tango sentí como ¡uh, qué pasa! Porque es un contacto real, y aunque soy bailarín y estoy acostumbrado a tocar el cuerpo, ese abrazo es muy fuerte.

– ¿Piazzolla o Gardel?

– Prefiero a la guardia vieja, la década del ’40. Pugliese es genial, pero tengo una afinidad con Troilo, mucho, mucho. Igual no voy a oponer a Piazzolla con Gardel, es como oponer lo clásico a lo contemporáneo, hoy estamos en un lugar del mundo y de la vida de la humanidad en el que hay técnicas de baile, pero yo uso de todas las técnicas algo, uso todas, salgo del sistema para poder decir.

– Por su trabajo sobre el Himno, por su amor al tango, parece que se siente a gusto en Argentina.

– Es la cuarta vez que vengo a Argentina. Tengo curiosidad y además, me gusta, me siento bien. Soy hijo de padres inmigrantes, nacidos en Marruecos, en Africa del norte. Y la Argentina me parece, comparándola con Brasil, México o Uruguay, que es el país que más cerca está de Europa. Brasil se parece más a América del norte, tiene ciudades grandes. Y Buenos Aires por la cosa social me parece también cerca de Africa del norte. Europa es cuadrada, estructurada, tiene cosas que son cerradas, acá todo es más social, hay más libertad, está el mate, trabajamos pero tomamos mate, es otra manera, otra concepción de estar juntos. Vamos a trabajar juntos, sí, pero me importa el compartir, después vamos a ver qué pasa.



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