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Opinión 8 de octubre de 2019

Sigue muy reñida la pelea por la punta, pero dos tomarían ventajas

por Gerardo Gómez Muñoz

Nunca, desde la reimplantación de la democracia, una elección de intendente estuvo hasta ahora, en el tramo final de la campaña, más difícil de palpitar como ésta. Tanto los encuestadores como los electores y los augures tuvieron tres calificados candidatos tan parejos en sus posibilidades y en la captación del padrón. Las primarias ratificaron a tres candidatos: a la ganadora Fernanda Raverta del Frente de Todos, a Guillermo Montenegro, que sumado a su derrotada radical Vilma Baragiola pasaba a la punta, y al ex dos veces intendente Gustavo Pulti en su previsible tercera ubicación, desde su boleta corta, justo cuando son tan convocantes, como pocas veces, los tramos para elegir gobernador y presidente, además de legisladores provinciales y nacionales.

Otra razón para la prudencia y la desconfianza fue el calamitoso trabajo de las empresas encuestadoras, de analistas, periodistas y sabiondos al estilo del adiestrador del macrismo Durán Barba. Menos mal que el papelón, casi universal, alertó para esta ocasión y, nadie se anima a las predicciones. Apenas y bajo juramento por ahí un dirigente de primer nivel se atreve a tirar algún número al amigo y no al periodista. Ese dato más el seguimiento desde la experiencia de algunos detalles como el volumen de la publicidad, la participación y aportes de las autoridades partidarias nacionales y provinciales, brindan posibles indicios.

Es evidente que la autocondena de Pulti a la boleta chica lo lleva al enorme gasto económico y dialéctico de convencer que la más significativa elección es la del intendente. Y, consecuentemente, el uso de la tijera, para que el vecino marplatense además de optar por su preferido, pueda darse el gusto de elegir o negociar a través de su conducción partidaria los otros tramos de la boleta. Recurso político, habida cuenta de lo que se advierte, tienta a entrelazados que si no se hacen públicos, indefectiblememte introducen maledicencias.

También tiene sus bemoles que el ex intendente sermonee que hay gente que solo quiera ser intendente. Porque desde el Frente de Todos, hace meses que la mesa de negociación con Pulti se frustró a partir de su indeclinable aspiración a ser el candidato a intendente, ante un equipo que desde tres años antes, estaba trabajando e instalando a la candidata partidaria y de la alianza ya lograda. Dijo reiteradamente que no aceptaba un sitio de descanso como el de diputado nacional o de ministro de Turismo como premios consuelo.

Las PASO demostraron a Acción Marplatense que su jefe tiene innegable relevancia personal, pero la tijera si fue arma mortal, mas vale no mencionar para quien, porque lo ubicó tercero en este final de tres. Para muchos marplatenses y para muchos más peronistas, fue de dolor la opción, porque para los primeros fue de gran peso que no puedan alistarse en la línea ascendente de municipio, provincia, nación. Soñaban con la epopeya y no consolarse con una elegía. Los segundos sienten que nunca estuvieron tan cerca de tocar la historia con un poquito de soñado trabajo en unidad.

Todavía quedan 18 días y el 11 agosto demostró que la gente, sobre todo la del pueblo, cuando se harta hace su juego. Pulti es un gran candidato y así lo entendió dos veces y lo eligió, su capacidad política y su entereza para la lucha, ha renacido y peleará hasta el final.

Montenegro y la pelea sin final

El candidato del Juntos para el Cambio sin tanta publicidad costosa como en las PASO, está en la pelea y muy asistido desde la conducción partidaria mientras arma su marcha del “Sí se puede” en Mar del Plata. Y no una más sino una que sea de las más importantes que se hagan en el país, porque esta plaza es considerada clave tanto para el presente como para el futuro del post macrismo. Las continuas visitas de las últimas semana de María Eugenia Vidal no son casualidad. Ella está, quizás ya más jugada hacia el futuro partidario acaba de traer ofrecimiento de créditos para el puerto, su actividad y su industria. Mientras el sector empresario está hablando del abandono y el patético Merlini mentía plena actividad.

Montenegro responde con su entera decisión de apoyo de la política de seguridad, incluido el respaldo a la decisión nacional de ceder dos hoteles del Complejo Chapadmalal para la instalación de la Gendarmería Nacional.
Sigue siendo quien recibe a los funcionarios nacionales, sobre todo cuando quien viene es Patricia Bullrich, así lo hizo el lunes. Pero su apoyo a la política de seguridad se extiende a reuniones con jueces y magistrados para solicitar mayor asistencia -desde la Justicia- a los esfuerzos que se realizan en la represión del delito.

En especial en estos días el dirigente del PRO se vio en la obligación de reclamar ante magistrados lo acaecido en ocasión en que la policía, en un operativo de tránsito descubre que un automóvil transportaba una increíble cantidad de armas. Detiene a los ocupantes del auto y obviamente les incauta el armamento y los traslada a la unidad policial correspondiente.

Más increíble es lo que produce cuando llega el funcionario de la Justicia que por poco no detiene a la policía porque no convocó al magistrado correspondiente y anuló el procedimiento por no ajustarse al protocolo.
No descuida el frente oficialista otros dos escenarios de campaña, entidades sociales y empresarias que se suman a reuniones para analizar problemas y discutir soluciones. El otro espacio es el vecinal, pero “obviamente” ya sin timbreo, se trata de reuniones, prácticamente domiciliarias, donde un acompañante destacado es el ex concejal Juan Anastasía de larga experiencia en el trabajo vecinalista. Dicen que la cosecha es excelente, domicilio por domicilio donde las reuniones son con números limitados, pero seguros.

Aquí también se recoge que el “cabeza a cabeza” parece estar entre los dos “Frentes”, situación cada vez un poco más notoria.

La militancia sin parar

Fue en el fin de semana, pero prácticamente es así todos los días y todos fines de semana, el movimiento de Fernanda Raverta con sus equipos y a veces simultáneamente con agrupaciones pertenecientes al mismo espacio del Frente de Todos, pero que militan en agenda propia.

El domingo en el salón de River fue un a comida de alrededor de mil jubilados donde se congregaron diversas entidades de la clase pasiva como municipales, mercantiles, del Banco Provincia, “Los Peronchos”, Mesa de Jubilados y Pensionados de Seguridad Social, Asociación de Adultos Mayores, referentes de docentes jubilados, Eutiquio García y otros jubilados de Pasteleros. Representantes de diversos partidos integrantes del Frente, Cordeu y Sánchez del socialismo, Edgardo Díaz de Forja, José Luis Zerillo de Nuevo Encuentro, Chucho Páez del Movimiento Alfonsinista y referente de Leopoldo Moreau, Nora Estrada vicepresidenta del PJ con otros directivos. Miguel Guglielmotti titular de la CGT, diversos dirigentes y en la mesa central las diputadas nacionales Mirta Tundis y Fernanda Raverta, junto al concejal Ariel Ciano. Los dirigentes Daniel Rodríguez, Daniel Di Bártolo, la conductora radial Silvia Chumilla, Juan Rey, etc.

El sábado Raverta y acompañantes debatieron problemas y eventuales soluciones en el Club San José con más de un centenar de de comerciantes y dirigentes del barrio, pero lo más significativos fue una marcha barrial.

El firmante quedó un tiempo varado porque la marcha encabezada por Raverta y candidatos del Frente tenía unas 10 cuadras o algo más y se tuvo que tragar en el cruce los divertidos “vení que estamos practicando la marcha de la victoria”, “pedí permiso al diario y sumate”… El recorrido abarcó los barrios Las Heras, Pueyrredon y Autódromo y los propios organizadores decían que fueron desbordados por el entusiasmo de los vecinos que se sumaban al paso de la caravana. Los más veteranos aseguran eufóricos que “ya habían perdido la memoria de cuantas elecciones pasaron sin ver un entusiasmo de campañas como ésta”.

Hay quien sueña con el 8 y pico

Hay quien como Carlos Arroyo -para que se eduque- tiene sentenciada una merecida paliza electoral, pero el candidato a primer concejal comenzó a sonreír. Desde el propio campamento de Cambiemos y por voz calificada le aseguraron que está orillando los ocho puntos, según las encuestas que manejan desde ese campo. Esto significa que podría estar cerca de la cifra que se calcula para lograr una concejalía. El favorecido, entonces, es Hernán Tillous, un funcionario en el elenco al que, tal vez unánimemente se lo caracteriza como el más valioso que ha tenido, pero ya tarde, el lord mayor, el de las valijas hechas.

Hay que cuidar la quinta

El jefe del bloque de diputados de Cambiemos, Maxi Abad, sabe que en tal carácter y como cabeza en la lista de la 5a. sección tiene que jugarse a muerte. También está posiblemente en juego la mayoría en la cámara. No hay opciones y dicen que ya tiene recorridos de ida y vuelta los casi treinta distritos que le corresponden. Además tiene compromisos de militancia con los jefes comunales de la zona, los que está visitando todas las semanas como a los candidatos en pelea. Ello explica por qué no aparece tanto en Mar del Plata, donde se está centrando a pedido de la gobernadora que en el almuerzo con legisladores e intendentes pidió el mayor esfuerzo para lograr el triunfo en la ciudad. Al respecto Abad asegura “estamos todos unidos, trabajando muy fuerte para ganar la ciudad”.

Otro esfuerzo suma la organización de la marcha del “Sí se puede” que será el 23 de octubre, cuatro días antes de las elecciones, prueba de la importancia de Mar del Plata en el armado electoral de Juntos por el Cambio.
Le queda, además, el compromiso de impulsar la campaña de Fabián Barberini por el logro de recuperar esa comuna hoy en manos de la oposición. Y, desde luego, tuvo razones ineludibles y de peso para asistir al Congreso Nacional de Derecho en nuestra ciudad.

Su reseña con la que, por las dudas, borra toda desconfianza sobre su ausencia cerró las actividades en un ámbito repleto de estudiantes con una charla sobre políticas públicas y educación donde confesó “es para mí como estar en mi casa”. Menos confidencial fue cuando el firmante le pidió algún datito sobre las encuestas. Esquivó con un “todo bien, hablamos después de la marcha del 23″…