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Opinión 27 de junio de 2017

Sobre el precio de los viajes de egresados

De Mar del Plata, este año viajan 2000 chicos, la mitad de los que viajaban hace una década. El problema principal es económico: se hace difícil pagar los 40 mil pesos que cuesta el viaje.

por Agustín Marangoni

Esta crónica comienza en la preocupación de un amigo, padre de un adolescente que tiene intención de viajar a Bariloche con sus compañeros en 2019. En la reunión informativa con los coordinadores de una empresa se enteró que el viaje cuesta 40 mil pesos. Para él son dos sueldos y medio. El número sorprende por dos cuestiones. Primero, porque una familia completa viaja a Bariloche nueve noches –la misma cantidad que los egresados– y gasta igual o menos que ese monto. Segundo, porque hace diez años el viaje de egresados costaba apenas por encima de un sueldo promedio. Hoy cuesta un 150% más.

Las empresas que organizan viajes de egresados a Bariloche trabajan con tres paquetes distintos. Uno de cinco noches que cuesta 28 mil pesos. Uno de ocho noches que cuesta 35 mil pesos. Y el full: 12 días, 9 noches, que cuesta 40 mil pesos. El 95% de los cursos compra el full porque es el que incluye excursiones todos los días y entradas a los mejores boliches todas la noches. El pago se puede hacer en 24 cuotas de 1400 pesos más ajustes. De hecho, todas las familias eligen el sistema de cuotas porque se hace cuesta arriba pagar todo junto o en menos veces.

Desde Mar del Plata viajan 2000 chicos este año. Unos 1400 eligen Bariloche. Unos 200 optan por Camboriú, al sur de Brasil. Otros 200 van a Porto Seguro, al norte de Brasil. Unos 100 eligen Carlos Paz. Y otros 100 exploran otras opciones, algunos van a Cuba, otros eligen Cancún. De todos modos, son los menos. Bariloche sigue siendo por lejos el destino más elegido. Y tiene una razón lógica: el viaje de egresados es un encuentro de jóvenes de todo el país que están en la misma frecuencia. En Cuba, más allá de la belleza de sus playas, un chico de 16 años no encuentra ni el 1% del agite que generan miles de adolescentes en busca de diversión. Bariloche recibe 80 mil egresados al año, es la ciudad más preparada de la Argentina para estas celebraciones por el nivel de su circuito hotelero, sus recorridos turísticos y la infraestructura de la noche.

Todo muy lindo, sí, pero el costo es alto. Tan alto que impacta de lleno en la cantidad de estudiantes que pueden viajar. Hace diez años, desde Mar del Plata viajaban cerca de 4000 chicos. El doble que hoy. A números 2017, de un colegio privado viajan promedio entre 8 y 10 de cada curso de 20. Un 40%. Y de una escuela estatal viajan entre 4 y 7 de cada curso de 20. Un 25%. Matías Franck, gerente comercial de la empresa Snow Travel en la provincia de Buenos Aires, explica que el motivo de la merma es puramente económico. Todos los chicos quieren viajar, pero los padres, aun con acceso a los planes de financiación, no pueden afrontar el gasto.

Entonces la gran pregunta: ¿Por qué vale lo que vale un viaje de egresados?

La respuesta tiene distintos puntos de análisis. Por un lado, los viajes se venden a dos años para poder financiarlos. Esto genera un aumento del 30% en el número final, porque hay que ajustarlo al índice inflacionario. El resto del número tiene dos pilares. La hotelería, que representa el 40% de la tarifa. Y los seguros médicos, de transporte, responsabilidad civil y turísticos, que representan el 25%. La noche también influye. Una entrada a un boliche cuesta 900 pesos. Si son nueve noches, sólo de boliches hay 8000 pesos. Por supuesto que las empresas negocian con grandes paquetes de egresados, entonces consiguen otros números. Pero así y todo esas entradas no bajan del 10% del valor final.

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A esto hay que sumarle que hoy es obligatorio viajar con un médico arriba del colectivo de larga distancia y una ambulancia que acompaña a los chicos en todas las excursiones. El transporte interno también es un gasto sustancial. Por contrato, los chicos no pueden estar solos en la calle en ningún momento. Si algún chico quiere irse del boliche al hotel no puede volver caminando. No importa que esté solo, la empresa está obligada a llevarlo. Todos los días, Snow Travel y cualquier firma líder, tiene 9 coches de 46 lugares y 9 semibuses fijos a disposición de los chicos. En total, para un grupo de 50 viajeros, entre coordinadores, empleados administrativos, técnicos, operarios y profesionales, trabajan 60 personas registradas.

A todo esto hay que sumarle el transporte larga distancia, la ganancia de la empresa y otros gastos burocráticos. El precio, en consecuencia, alcanza esos cuarenta mil que generan gestos de preocupación entre los padres.

Otra pregunta entonces: ¿Por qué hace diez años costaba proporcionalmente menos de la mitad?

Matías Franck explica que la diferencia monetaria está en la necesidad de evitar riesgos. “Bariloche es una ciudad muy preparada. Los chicos no corren peligro alguno. Y eso es porque se invierte en prevención. Prevenir tiene un costo”, dice.

– ¿Por ejemplo?

– Antes los chicos andaban por la calle a la noche y sólo se hacían rondines con un colectivo, por tandas. Hoy tienen sí o sí transporte exclusivo para ellos. La cobertura médica es 24 horas con profesionales a bordo. Antes no. Hay un seguimiento de la comidas y de la calidad de la infraestructura. Se incluyen todas las excursiones, no hay ningún día libre. Antes había. Hay más del doble de exigencias de confort. Cambió mucho, incluso legalmente. Hay otras obligaciones. Los riegos para una empresa son muy caros.

Franck destaca que los mismos padres en las reuniones informativas son los que se preocupan y exigen que sus hijos estén cubiertos ante cualquier situación. Hace diez o quince años la realidad era muy distinta. Por ende, los precios también. A fines de la década de 1990 una familia comenzaba a pagar el viaje en marzo. Incluso había quienes lo pagaban todo junto. Hoy eso no existe más. Uno de los motivos principales que deja a los chicos afuera del viaje es decidirse tarde. A 24 cuotas, se pagan unos 1400 pesos por mes. A menor tiempo, el precio de las cuotas es mayor. Financiar a 2800 o 3000 pesos mensuales desequilibra la economía de cualquier familia. Hay escuelas que se organizan para pagar hasta en 28 cuotas.

Un dato fuerte: desde Mar del Plata, en proporción, viaja la mitad de los egresados que viajan desde los pueblos de la provincia. Matías Franck señala que la diferencia radica en la estabilidad laboral. “Una persona que no sabe si va a tener trabajo el año que viene no se embarca en un gasto de acá a veinticuatro meses. Mar del Plata es la ciudad con mayor desempleo del país y se nota en ese sentido. En los pueblos viaja casi el cien por cien de los chicos. Es claro que la economía en estos puntos de la provincia no depende de la movilidad estacional y de circunstancias que sí tiene hoy Mar del Plata”, explica.

Así las cosas. Cerrar el secundario de fiesta es un lujo.