Una mujer de 28 años que el año pasado mató a su concubino mientras era golpeada salvajemente fue sobreseída por la Justicia luego de que quedara probado en la investigación que actuó en legítima defensa.

Se trata de Margarita Ester Villarruel, quien en octubre de 2019 apuñaló a Alejandro Fabián César causándole la muerte, para evitar que éste siguiera lastimándola cuando la agredía física y verbalmente en su casa del barrio 9 de Julio.

De acuerdo a la reconstrucción del caso que hicieron los investigadores, quedó probado que la mujer se defendió del ataque le propinaba su concubino y padre de sus tres hijos menores de edad, quienes a su vez se encontraban en una habitación del mismo domicilio al momento del hecho.

Según la declaración de la propia Villarruel, avalada por los testimonios de sus vecinos y las múltiples pruebas reunidas en el expediente, César se hallaba alcoholizado aquella noche en la que se produjo su muerte. Como ocurría habitualmente, desde el interior de la vivienda de Mariano Acosta al 1400 comenzaron a escucharse gritos e insultos.

La pareja, confiaron los testigos, solía discutir y pelearse con frecuencia. Además, era habitual que los demás habitantes del barrio oyeran pedidos de ayuda de la mujer, a la que el hombre golpeaba incluso frente a sus hijos.

Conforme dieron por acreditado la fiscal Andrea Gómez y el juez de Garantías, Saúl Errandonea, todo empezó cerca de las 21 del 27 de octubre del año pasado, con un nuevo enfrentamiento de la pareja. En ese contexto, César -que se hallaba alcoholizado- golpeó a Villarruel e introdujo su cabeza dentro de un balde con agua, amenazándola con ahogarla. Luego se fue de la propiedad en busca de más bebidas alcohólicas, pero poco después, a las 21.15, regresó. Esta vez, la mujer no lo dejó entrar: había trabado la puerta para evitar un nuevo episodio de suma violencia.

“Mirá como me dejaste la cara”, gritó Villarruel según varios vecinos que luego lo declararon en la causa. “Te lo merecés”, contestó el hombre, en varias oportunidades. Tras ello, éste finalmente logró ingresar a la vivienda por la fuerza y entonces tomó una cuchilla y se abalanzó contra la mujer, arrastrándola posteriormente por el piso y tomándola del cuello.

Fue en ese contexto que César soltó el arma blanca y Villarruel lo tomó rápidamente para luego apuñalarlo, defendiéndose del ataque que sufría. El hombre murió minutos más tarde como consecuencia de la grave lesión que había sufrido y en el lugar se hizo presente la policía, que constató el homicidio y aprehendió a la acusada.

Días después, la fiscal Andrea Gómez le tomó declaración indagatoria a Villarruel, quien aún en estado de shock manifestó que había actuado en defensa propia. Cuando se realizó la autopsia al cadáver de César se descubrió que tenía 2,90 miligramos de alcohol y restos de marihuana en sangre.

Aquellos datos, más otras pruebas y las declaraciones de los vecinos -testigos no presenciales del hecho- terminó por avalar la versión de la mujer, que finalmente a casi un año de lo ocurrido resultó sobreseída por el juez Errandonea.

Ausencia del Estado

Uno de los instructores judiciales que intervino en la investigación del caso de Villarruel dialogó con LA CAPITAL y manifestó la necesidad de que el Estado intervenga para asistir a la mujer, que luego del hecho quedó a cargo de sus tres hijos menores de edad y con escasos recursos económicos.

La misma fuente, que prefirió mantener su identidad en reserva, informó que en ningún pasaje del desarrollo de la causa se presentaron miembros del Poder Ejecutivo para contener psicológicamente a la mujer ni tampoco para ayudarla financieramente.

“Existen varias áreas del Estado destinadas a intervenir en este tipo de casos, entre ellas el Ministerio de la Mujer a nivel nacional, pero la verdad es que a Villarruel no la asistió nadie en ningún momento. Su situación es muy complicada: tiene 28 años, tres hijos que mantener con muy pocos recursos y una carga psicológica muy compleja”, señaló la informante al ser consultada por este medio.