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Deportes 4 de octubre de 2018

Solidez en defensa y oportunismo para sumar una victoria clave

Peñarol le quitó el invicto a Gimnasia (CR). Le ganó 73-70 en el Polideportivo.

Bruno Barovero fue el goleador de la noche con 18 puntos.

por Marcelo Solari

De la mano de una defensa magnífica, Peñarol dio una muestra de la imagen que pretende para esta temporada. Así, luchando siempre, jugando cuando pudo hacerlo, con un sólido bloque colectivo y algunas buenas actuaciones individuales, le quitó el invicto a Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia. Por una nueva jornada del Torneo Súper 20 “Alfredo Miño” de básquetbol, el “milrayitas” se impuso por 73 a 70.

La paridad fue el rasgo saliente de los primeros minutos, durante los cuales las defensas prevalecieron en ambos costados. A los dos les costó llegar al gol a pesar de intentar ser prolijos y circular el balón. Sin embargo, ese empeño defensivo se cobró su primera “víctima”, rápido, porque Lucas Arn cometió su tercera falta personal todavía en el cuarto de apertura. Gimnasia comenzó a marcar diferencias insistiendo con Eloy Vargas en el poste bajo y, una vez que el dominicano atrajo la atención de la ayuda defensiva, el visitante encontró espacios para su tiro abierto.

Los de Martín Villagrán establecieron la primera ventaja importante (11-19), aunque una buena defensa y una conversión, tras el tiempo muerto pedido por Leonardo Gutiérrez, le permitieron al “milrayitas” acortar antes del primer descanso corto.

Claro que al reiniciar, Gimnasia disfrutó de sus mejores momentos hasta allí. Tuvo velocidad y precisión para correr el contraataque cuando tuvo la chance, y los aleros (Dwight Lewis, Sebastián Vega y Franco Giorgetti) hicieron mucho daño. La distancia se hizo aún mayor (13-26) y llegó el momento de barajar y dar de nuevo.

Entonces, a la hora de las rotaciones de nombres, Peñarol pareció sentirse más cómodo. O al menos, respondió mejor que Gimnasia. El local recuperó solidez defensiva, disfrutó de una ráfaga formidable de Du’Vaughn Maxwell y, especialmente, lo tuvo muy derecho a Bruno Barovero.

Peñarol fue recuperando terreno de a poco y logró poner presión en el resultado ya que varias veces estuvo a apenas dos posesiones de desventaja. Y si bien Gimnasia encontró un par de acciones favorables para ponerse a resguardo (31-40), quedaba flotando una cierta sensación de resultado exagerado. El enfocado Barovero (15 puntos en el primer tiempo) se encargó de una buena definición del segundo segmento para dejar las cifras a apenas una posesión (37-40).

Casi todo el tercer cuarto fue una muestra de lo que pretende Leo Gutiérrez de su equipo en el aspecto defensivo. En 7m30s de ese parcial, Gimnasia apenas logró anotar 5 puntos. Y al margen de que tampoco el local fue demasiado prolífico adelante, empezó a tener el control del juego quizás por primera vez en la noche. Y por primera vez en la noche, también, logró pasar al frente en el resultado (47-45) a partir de un triple de Arn, antes de llegar a los 5 minutos.

La formidable defensa del local mantuvo a raya a los patagónicos, pero Gimnasia es un equipo serio, que impone respeto. Y en esos 2m30s finales del tercer episodio se las ingenió para sumar 10 puntos, con protagonismo de Lucas Pérez, y dejar todo en tablas antes de comenzar el capítulo final.

Los dos tuvieron el mérito de haber podido limitar a quienes mejor estaban respondiendo en ofensiva. Peñarol lo hizo con Lewis, y Gimnasia con Barovero. Sin embargo, ambos tuvieron alternativas válidas.

Fue Tintorelli (17 puntos y 13 rebotes) el indicado para el “milrayitas”. Se hizo dueño de las dos pinturas, anuló a Vargas y fue el eje de la línea de juego de los marplatenses. Del otro lado, respondió Vega, con una ráfaga de tres puntos. y llegaron palmo a palmo al tramo final. Donde había que mostrar carácter, pero también la cabeza fría para contrarrestar el corazón caliente. No abundó la claridad, es cierto. Pero Peñarol tuvo la presencia necesaria para sostener la pequeña luz a favor que había construido. El correcto partido de Juani Marcos no se había reflejado en su planilla personal, en blanco en puntos hasta allí. Pero el base juvenil robó la última bola y se fue solito hasta la canasta rival y garantizó una victoria que se festejó con ganas.



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