El Leopardo Volador, proyecto musical del artista Mariano Díaz, lanzó recientemente en plataformas musicales “Solo”, una baguala que compuso para sus tíos Omar Marocchi y Susana Valor, ambos desaparecidos en septiembre de 1976, cuando tenían 19 y 24 años respectivamente y ella cursaba un embarazo de tres meses.

“Siempre fui muy parecido físicamente a Omar -repasó Díaz-. Ambos fuimos niños viviendo en Tandil, con 20 años de diferencia. Me sucedió bastante que la gente me veía en la calle o en ámbitos sociales y se largaba a llorar. ‘Sos igual a tu tío’, decían y venían la catarata y las anécdotas. Por eso yo ubico el momento del comienzo de mi vida adulta a los 30 años, el día en que compuse esta canción, que salió sola de un tirón”.

Podés escucharla acá: 

Ahora, la canción ya está disponible para ser escuchada en la plataforma Bandcamp.  https://leopardovolador.com.ar/album/solo

“Solo fue la primera canción que compuse con este proyecto, que es mi proyecto musical más longevo y el más personal de todos, que se llama El Leopardo Volador”, agregó.

“La letra dice lo que me hubiera gustado escuchar de su boca mientras caía del avión al mar“, contó a LA CAPITAL.

Díaz reside actualmente en la ciudad de Buenos Aires, pero vivió varios años en Mar del Plata. “Tengo 47 años, hago música y soy música desde niño. La distinción entre hacer y ser es que realmente no importa qué rol ocupe. La música no es para mí solamente un lenguaje, es una parte visceral de mi existencia”, definió.

Y contó que, desde que arrancó, su música adquirió “diferentes proyectos musicales”, de show a performance y se presentó en festivales, centros culturales, bares, en la calle, en el subterráneo y en cada lugar donde pudo.

“Soy músico, productor, espectador y periodista”, dijo y recordó cómo apareció el original nombre El Leopardo Volador: fue por la imaginación de su hijo, quien a los 3 años lo impulsó a desarrollar su arte.

“Le dije que tenía unas canciones y quería armar una banda nueva y me gustaba la idea de que se llamara La banda del Leopardo Volador. El, acodado en una silla me miró, lo pensó y me respondió ‘Sí papá, vos podés’. Y esa frase me abrió el mundo”.