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Cultura 10 de julio de 2018

Textos para una voz de espiga nueva

María Wernicke, Raquel Guidi y Américo Alvarez, tres escritores locales registrados por Cristina Larice.

La escritora Raquel Guidi, recientemente fallecida a los 93 años, atesora una rica obra literaria dispersa en varios libros. LA CAPITAL publica algunos textos que seleccionaron sus hijos, como modo de tributo a quien se consideraba una marplatense por adopción. Los textos pertenecen a los libros “Temáticas de vida”, “En aulas del trino” y “Poemas emancipados”.

Raíces

Entraña pampa y hembra.
Uniforme de patria.
Pollera territorio a vuelo gaucho
enjoyada de historia y democracia.
Hoy te canta mi voz de espiga nueva.
En el bronce esculpido de la raza
se repite MUJER.
Mujer de tierra brava
hecha raíces donde ardió la flecha
investigando pampa.

Cruz

Sólo una cruz clavada en tierra mansa.
Quién sabe de qué tiempo suelta herrumbre
y corona de olvido y triste lumbre
el cuerpo que si es polvo no descansa.
Aquí el pájaro duerme si se cansa.
No le importa si es blanco o es alumbre
el techo que Dios hizo una costumbre.
Es el trigo y el suelo que lo amansa.
Ya la muerte no es muerte sino amiga
en procesión de panes en su boca:
El buey que arranca la amasada miga
si la zarza los surcos equivoca.
Tal vez la cruz espera que le diga:
Deja a mis pies la estrella que me toca.

El pan

Tantos te han cantado
con palabras de harina
y memorias de molienda.
Tantos te alabaron
en la canasta tímida del pobre
y en la panera grabada de opulencia.
Tantos
que viéndote sobre la mesa
regalando a mi hogar
la gracia de tenerte
no encuentro palabras
que no hayan dicho los poetas.
Pero te ofrezco
pan de mis hijos
pan redondo y rebanado
pan
mis manos de mujer
para amasarte
en la hora con sal de las ausencias.

Vestido para hacer poesía

Para andar de poeta
uso todos los vestidos.
A veces
me envuelve una cortina sencilla
y me voy con el viento
a juntar pájaros perdidos.

Otras
me cubro de follaje
de burbujas
de piel de estrellas
de heno renovado
y salgo a elegir castañas
del color de la vida

Vestido
delantal de mi sueño
suelta los hilvanes de tu falda
prepara el carrusel de flores
de aceitunas
de ángeles solos.
Tiéndeme de sol
o de luna
o de cualquier satélite.
Deja que me encuentre
con antiguos poemas.

¿Ves? Ya vienen.
Los rostros sonríen
el clavel de labios amarillos
la tristeza del paraguas
sostenido de la copa del cielo
la biblia de unas manos
el hombre y la mujer del trigo
la música de un ángel
el cascabel del gato
el barrilete loco
y la guitarra.

Amo jugar con ellos.
Los hago hablar.
Algunos dejan la sonrisa y lloran.
Para que no sufran
me desvisto de poeta
clausuro el guardarropas
y regreso a otro mundo:
el que me lleva a consultar
los precios del mercado.