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Arte y Espectáculos 5 de abril de 2021

Luciana Panaino: “Un artista solo cuenta con la autogestión”

Recuerda cómo llegó al tango: "Era un ritual escuchar los domingos en el winco los discos de Troilo, Darienzo y Julio Sosa". Y habla de este nuevo material de estudio.

Luciana Panaino en la tapa del disco. Foto: @universonayla

“El tango en sí mismo es poesía y música cargada de sentido histórico, emocional, filosófico, político, social, sino no sería tango”, reflexiona Luciana Panaino.

La cantante eligió nueve canciones del género para grabar “Historias de café”, un disco con su impronta intimista, femenina y actual. Nueve situaciones que enhebra con su voz poderosa, casi una marca en su música que también está compilada en discos anteriores.

La artista que nació en Buenos Aires pero eligió Mar del Plata para amplificar su proyecto familiar y musical logró después de tres años consolidar este nuevo material de estudio, que ya se puede escuchar en bandcamp (https://lucianapanaino.bandcamp.com/) y próximamente en otras plataformas musicales.

El disco también está sostenido por los músicos Pablo Guzmán, Guillermo Paulucci, Horacio Soria, Claudio Solino (producción musical). Y Juan Sardi y Pedro Carignaan estuvieron invitados. A ellos se sumó la tarea de Gastón Isola, con quien Luciana buscó “que el sonido del disco fuera lo más orgánico y cálido posible”.

“Historias de café” es el resultado de un espectáculo teatral-musical homónimo que fue parte de las propuestas independientes de Mar del Plata hace unos años. Panaino quiso que su show girara en torno a un café, espacio para presentar a “los personajes reales o de ficción” y que ellos pudieran aparecer frente al público.

“El café como lugar histórico y actual, el común denominador”, dice y explica que fue el café el espacio elegido para teatralizar lo que las canciones y los poetas del tango contaban. Así, pasaron historias sobre “el amor para toda la vida, el encuentro ocasional, las esperas, la venida desde el interior a la Capital en busca de sueños…”, recuerda.

Aquel espectáculo, con dramaturgia de Mario Carneglia, se convirtió en la materia prima de este disco, que tiene canciones como “Callejera”, “En un feca”, “Arrabal”, “Gota de lluvia”, “Abandono”, “Mi taza de café”, “Campo afuera”, “Parece mentira” y “Solamente ella”.

– ¿Por qué tardaste tres años en hacer este disco?

– Porque lamentablemente un artista sólo cuenta con la autogestión para crear toda su carrera y estas cartas de presentación actualizadas que son los discos. Teniendo en cuenta que los sellos sólo invierten en escasos artistas multinacionales, que el disco en sí mismo no es un negocio, que hay un gran desbalance cruzando la General Paz para los fondos que se destinan a CABA sin conciencia federal, que los grandes esfuerzos de Inamu resultan insuficientes para tanta cultura, tantos músicos en todo un país sumado a la gestión anterior que terminó de sacar lo poco disponible. Vino la pandemia y fue el mejor momento para terminar un disco autogestado.

– ¿Por qué el tango?

– Al tango llegué desde mi niñez, en casa era un ritual escuchar todos los domingos en el winco los discos de Troilo, Darienzo, Julio Sosa, desde la mañana hasta el mediodía, único franco que tenía mi viejo. Los ponía o escuchaba por la radio. Es el vermouth, la imagen de mi mamá amasando pasta casera y torta para la tarde, recordando las partituras que en su juventud compraba para estudiar piano, pero que nunca las tocó porque lo que ganaba apenas alcanzaba para comer. En ese momento y en toda mi adolescencia, no lo podía escuchar, había descubierto a los rosarinos, a la FM internacional. Años después, cursando la carrera de canto en el Sadem, tuve que cantar “El corazón al sur” (de Eladia Blázquez ) y sentí que era mi lenguaje, el más cercano, en el que era yo, genuina, feliz y apasionada. Desde ese día, no lo dejé nunca más y cada vez que canto un tango es como la primera vez.

“El fin es la obra”

– ¿Cómo trabajaste los arreglos de cada canción?

– Los arreglos de cada tema fueron pensados para lo que la obra necesita para lograr su mejor expresión (musical y poética), la voz es uno de los elementos junto al resto de los instrumentos. Para mí, el cantante es un medio y no un fin. El fin es la obra, o al menos esa es la intención, que te pierdas en la poesía a través de la interpretación y que la música te lleve a lugares impensados, creativos con una nueva lectura de la ya conocida. Por eso los arreglos de los valses y milongas son abiertos con influencias de otros géneros y los tangos son estilísticos, algunos respondiendo al lenguaje de los ‘30 y otros con influencias más contemporáneas. Todos los arreglos surgieron del encuentro con cada músico con el que compartí en todos estos años experiencias maravillosas y a los que estoy inmensamente agradecida.

– “Callejera” es una canción muy dura, ¿qué aspecto te resonó de ella?

– Lo maravilloso de la interpretación de cada texto poético es la diversidad del entendimiento o empatía con esa lectura. Es uno de los personajes reales de antes y de ahora, en la barra de algún café, en la esquina cerca. Es la descripción de una hermosísima y joven mujer eligiendo un camino cuyo destino no es favorable si no escucha el consejo de quien intenta despertarla. Es la vida detrás de la apariencia o el maquillaje. Es el paso rápido del tiempo y el deseo de retener la juventud. Es la credulidad en las luces, en lo que parece cierto y es efímero. Es la falta de valoración de la mujer y su cuerpo, con o sin conciencia de ello.

– Cantás cantos enlutados, sombras, dolor, abandono, penumbra, ¿las del disco son todas historias difíciles?

– Son las historias constantes de búsqueda de la felicidad, en algo, en alguien, en sí mismo. Son las historias que revelás en la intimidad, que probablemente muestran lo vulnerable que somos, las heridas, preguntas. Son las historias donde prima la motivación por el ideal y el sueño, más allá del resultado.

– El tango “Solamente ella” la cantás en tercera persona, ¿solés hacer cambios de género si la canción está pensada para que la cante un varón?

– No y en realidad no debería ocurrir. Es la primera vez que lo hice, inspirada en una versión de Susana Rinaldi donde encontré un sentido muy diferente al contar e interpretar esta historia en tercera persona.