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Policiales 23 de junio de 2021

Un asalto escuchado en directo desde Río Negro que acabó en doble condena

El juez Alfredo Deleonardis condenó a dos de los asaltantes de los padres del funcionario municipal, Luis Ignoto, ocurrido en el mes de marzo del año 2019. Una investigación increíble y una escucha en tiempo real.

Armas y joyas secuestradas durante el allanamiento a la casa de Farías.

Un oficial de policía rionegrino escucha en tiempo real el teléfono de un investigado por un violento robo en Viedma. Lo que escucha lo pone en alerta, porque ese investigado está cometiendo un asalto en ese mismo momento. Pero no es allí en el sur, sino en Mar del Plata, de donde es oriundo el asaltante y el resto de la banda. El policía dio aviso a sus colegas marplatenses y, aunque el hecho no se pudo evitar, si alcanzó para que días después fueran detenidos tres hombres.

Más de dos años después de ese asalto del que resultaron víctimas los ancianos padres del funcionario portuense Luis Ignoto, la Justicia local logró condenar a dos de los autores: Jorge Farías, el del teléfono intervenido, recibió 8 años y 6 meses de prisión, y su cómplice, Carlos Cercenzi, a 7 años y 6 meses. Un tercer involucrado en el asalto contra la pareja de jubilados marplatenses sigue procesado y espera el juicio en el marco de otro expediente judicial.

El fiscal Mariano Moyano alcanzó un acuerdo con los dos imputados en un juicio abreviado que terminó con el aval del juez Alfredo Deleonardis y consiguió una condena acorde con el hecho cometido.

La trama detrás del asalto sufrido por los padres de ignoto el 4 de marzo de 2019 en su casa de Guanahani al 3600 es, por momentos, cinematográfico y la prueba que terminó por sellar la suerte de Farías y Cercenzi, también.

Semanas antes de ese día, la policía de Río Negro había profundizado la investigación de un asalto a una vivienda en la localidad de Viedma. En esas averiguaciones los detectives pudieron reconocer un número telefónico y pidieron autorización a la Justicia para intervenirlo.

Al hacer escuchas directas, un policía ríonegrino se encontró, sorprendido, con la novedad de que estaba siendo utilizado el aparato durante un asalto. Era el asalto a los padres de Ignoto. En un momento el policía escuchó que una mujer pedía que no la golpearan más porque era asmática. Ese sería un detalle clave que posteriormente el fiscal Moyano usaría para reforzar la acusación contra Farías.

Durante el robo Farías y sus cómplices se apoderaron de dinero en efectivo, joyas, dos escopetas y otros objetos de valor. Y escaparon en un un automóvil Volkswagen Vento.

Días después, con el dato de la policía ríonegrina y pruebas complementarias, la DDI Mar del Plata allanó varios domicilios y atrapó a Farías. También a Juan Solans, aunque a este se lo acusó entonces solamente de la tenencia de armas.

En el lugar del allanamiento se secuestró el botín del robo a los Ignoto y también el automóvil Volkswagen Vento color claro. Y, además, el teléfono Samsung J7 que tenía la línea intervenida por la Justicia de Río Negro.

El fiscal Moyano constató con todas esas pruebas que Farías estaba en las inmediaciones de la casa de los Ignoto en apoyo a los delincuentes que habían entrado y al comunicarse ponía en el oído del escucha policial todos los pormenores del robo.

Pero la historia no se cerró ahí porque la investigación arrojó como resultado que quien hablaba con Farías era Cercenzi, uno de los asaltantes. Cercenzi utilizaba un teléfono que pertenecía a una persona de su círculo íntimo por una necesaria razón: el suyo lo había perdido en un asalto a un supermercado chino en los días previos. En la lista de contactos de Farías aparecía Cercenzi con el llamativo apodo de “Soñador”.

Si a Farías lo terminó por condenar su teléfono y el secuestro de todo el botín en su domicilio, a Cercenzi lo hizo el testimonio de las víctimas y un novedoso peritaje de comparación de voces a partir de mensajes de audio que envió narrando el asalto y otras cuestiones del hecho.

Respecto a Solans, la Justicia lo tiene procesado por el hallazgo de armas en su casa durante el allanamiento y en ese expediente se lo acusa también de participar en el asalto.