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Policiales 12 de agosto de 2025

Un auto, un posible nombre y un ajuste de cuentas: las claves tras el misterio del cadáver carbonizado

En las últimas horas se presentaron diferentes personas que aportaron un nombre que sobrevuela en la Fiscalía N° 6, pero que aun no puede ser corroborado. El asesinato tiene patrones que hacen pensar a los investigadores que fue una venganza por una traición.

El cadáver carbonizado que fue hallado en un descampado del barrio Las Heras es un misterio. No está identificado, no se sabe quién lo dejo allí, pero sí que se trató de un crimen brutal, premeditado, en el que lo ataron, golpearon hasta matarlo y luego prendieron fuego para tapar cualquier tipo de rastro.

Pero borrar rastros no es tan fácil como podrían suponer los asesinos. Algún vecino de Rufino Inda y García Lorca el jueves a la noche escuchó un auto y vio que alguien tiró un bulto, para luego incendiarlo en el descampado. Con esa información tan poco precisa, la fiscal Romina Díaz pudo ordenar a la policía a que revisara horas y horas de imágenes de cámaras de seguridad de Mar del Plata para dar un con un auto en la zona y chequear la ruta de llegada y partida. Son pequeños hilos que tiene la investigadora para tirar y tirar.

El estado del cuerpo, carbonizado, es una dificultad para los investigadores. No presenta un rostro identificable y en las primeras 72 horas nadie se presentó en una dependencia policial para aportar un nombre. Pero todo cambió el lunes, según informaron fuentes consultadas por LA CAPITAL, un grupo de personas fue hasta la comisaría 16°, Camusso al 1500, y denunció una averiguación de paradero de un hombre cuyo nombre ya sobrevolaba entre los investigadores como la posible víctima.

Incluso el sábado, tras el testimonio de un testigo con identidad reservada, la policía allanó una vivienda -con resultado negativo- en la que ese hombre se había mudado recientemente. Otro hilo que la fiscal Díaz tiene para tirar y que parece no soltar hasta dar con una evidencia contundente.

Si bien el nombre aportado coincide con las suposiciones y se trata de un hombre de unos 35 años, resta lo más importante para una investigación judicial: confirmar con evidencias contundentes si se trata o no de la víctima, lo que se podrá saber recién cuando estén los resultados de las pericias que se realizarán en La Plata.

Por estas horas, lo único que se tiene confirmado es que el hombre que fue hallado carbonizado no murió por las llamas ni por ahorcamiento, como se podía inferir en un principio por una soga encontrada alrededor de su cuello. Según los datos del Cuerpo Médico Forense de la Policía Científica, el hombre presentaba un fuerte golpe en la cabeza que le causó un “traumatismo encéfalo craneano grave”.

Cuando el cadáver fue hallado, tenía las manos atadas a la espalda. La imagen es contundente y la reconstrucción de lo que pudo pasar es escalofriante: alguien se tomo el trabajo de atar al hombre, pasarle una soga por el cuello y así, totalmente sometido, golpearlo en la cabeza hasta provocarle la muerte. Para luego subirlo a un auto y, en plena noche del jueves 7 de agosto, tirar el cuerpo en un descampado de Guerrico y García Lorca -una zona en la que la vivienda más cercana está a 100 metros- para finalmente prenderlo fuego, con ramas y basura para avivar las llamas que consumirían el cuerpo. Con el cuerpo prendiéndose fuego, el o los asesinos volvieron al auto y se marcharon.

La principal hipótesis es que se trató de la resolución de un problema personal, lo que se dice un ajuste de cuentas. Un crimen premeditado que tiene los patrones de la venganza de una traición, de la que todavía no se sabe a ciencia cierta nada.