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Deportes 31 de agosto de 2016

Un canto a la vida

por Vito Amalfitano

Las cuatro medallas argentinas que pusieron al país deportivo en el mejor lugar en 70 años en los últimos Juegos Olímpicos representan verdaderos ejemplos de vida a seguir.

Los Leones, el culto a un proyecto, a un trabajo a largo plazo, a una idea a sostener contra viento y marea.
Paula Pareto, la deportista que sufrió una frustración en los anteriores Juegos, en el medio siguió estudiando y se recibió nada menos que de médica en la Universidad de La Plata y ahora se consagró campeona olímpica en judo.

Santiago Lange, el hombre que superó una pesadilla, la peor enfermedad, y llegó al oro en yachting junto a Cecilia Carranza.
Juan Martin Del Potro, el tenista que se sobrepuso a tres operaciones de muñeca y otras tantas inactividades y, sobretodo, al fantasma del retiro, cansado de no encontrarle la vuelta a sus lesiones. En Río ganó más que la medalla de plata, se volvió a demostrar que puede volver a ser un top mundial en su deporte.

Entre el resto de los 213 deportistas argentinos en los Juegos Olímpicos hay varios ejemplos de vida más, independientemente del resultado final. Sin ir más lejos, la atleta marplatense Belén Casetta cumplió su sueño del debut olímpico, en los 3000 metros con obstáculos, pero sin abandonar sus estudios de medicina.

Ahora llegan los JUEGOS PARALIMPICOS. Y en ellos son todos, sin distinción, ejemplos de vida. Enseñanza de superación de todas las adversidades posibles. Y un canto a la alegría.

Pero lo mejor que se puede decir de ellos es que son deportistas. “A secas”. Y que serán una continuidad de Río 2016. No un anexo. Así ya se lo considera en la cultura olímpica internacional, más allá de la discusión de que podrían desarrollarse inmediatamente antes que los “convencionales”, si es que no se puede durante. Y en Río de Janeiro la mayoría de carteles y señalizaciones y spots hablaban de Juegos Olímpicos y Paralímpicos como una continuidad y no como de dos cosas separadas. De hecho ya comienzan la semana que viene, y con mucha de la gente que trabajó, entre especialistas, empleados y voluntarios, durante la anterior competencia. Y en varios de los mismos escenarios.

En pocas horas viajan los marplatenses Matías De Andrade (doble medallista panamericano de natación en Toronto 2015), Mauricio “Coqui” Ibarbure (bochas), David Coronel (pesas, recibió wild card para poder estar en sus segundos Juegos después de una grave lesión en 2015 que lo relegó, pero tras ganar la World Cup en Río en enero pasado ) y Matías Bassi y Matías Vera (fútbol). Ellos son, entonces, una continuidad de Brian Rosso, Belén Casetta, Mariano Mastromarino, Marita Peralta y Patricio Garino. Con el mismo sueño cumplido de llegar a Río, pero también con las ansias de superación y de dar algo más, incluso en algunos casos con más posibilidades de medalla.

Ni siquiera tiene sentido ya hablar de capacidades “diferentes”, salvo si es para destacar que ellos son infinitamente mejores que nosotros, por lo tanto “diferentes”, por una capacidad de superación imposible de empardar. Alcanza con tomarse un par de minutos y buscar un video de alguno de ellos en youtube, por ejemplo de Matías de Andrade, para tomar dimensión de lo que estamos tratando de expresar. O ver jugar al tenis en silla de ruedas a Gustavo Fernández, abanderado de la delegación argentina, campeón ya de Roland Garros, solo como Vilas y Gaudio.

Detrás y junto a ellos, además, hay una cantidad de luchadores de toda la vida que los acompañaron y apuntalaron, como, por ejemplo, el hoy presidente del Comité Paralímpico de las Américas, José Luis Campos, a quien conocemos en este trabajo en Mar del Plata desde hace 30 años junto a estos deportistas en situación de cierta discapacidad pero en especial destacados justamente por sus capacidades. Y oficiales, y entrenadores, y clasificadores,-como André Sasiaín, quien registra literalmente la superación en cada ciclo olímpico-, y jueces, como el árbitro de fútbol Jorge Barbisán, quien lleva nada menos que 13 competencias internacionales y hasta dirigió finales del mundo.

Río 2016 sigue. No terminó. Los Juegos Paralímpicos, que se inician el próximo miércoles, hay que entenderlos como una continuidad, aunque aquí no se les de el valor que merecen. Ya se vienen nuevos Del Potro, Lange, Pareto, Leones. Aunque en este caso, las medallas ya las ganaron. Vencieron a las adversidades antes de empezar la competencia. Ellos, sin embargo, como son deportistas “a secas”, sin agregados, no se conforman con eso. Quieren más.



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