Luis Alberto es albañil y también cuida galgos. El martes a la tarde, después de cruzar la ciudad desde su trabajo en Chapadmalal hasta las adyacencias del Parque Camet, donde vive, salió a caminar con sus perros y otro vecino, como lo hace casi todos días. Al recorrer la calle Scaglia hasta el final, a la altura del 8800, en una zona semi rural, volvió a sentir un olor insoportable, tal como había ocurrido en sus últimos paseos.

Esta vez, se acercó hacia un costado de la calle de tierra y a pocos metros de una bolsa arpillera abierta observó un cráneo. No pasaron muchos minutos hasta que Luis Alberto comprendió que el hedor no provenía de restos de basura o de un animal silvestre. Cauteloso, se aproximó un poco más hacia el envoltorio abandonado y con un palo de madera lo removió varias veces. Entonces descubrió que en su interior había más huesos y que eran humanos.

Ya casi no había luz en el descampado que se emplaza a unos 300 metros de la villa deportiva del Club Independiente, cuando pasadas las 19 llegó al lugar la policía, alertada por el testigo. De inmediato, los efectivos de la comisaría decimoquinta y el personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local constataron la veracidad de la denuncia del hombre y vallaron la zona.

La noticia del hallazgo de los restos óseos en una totalidad de tres bolsas se confirmó sobre las 21 del martes, y se inició entonces una causa judicial caratulada “Averiguación de ilícito”, a cargo de la fiscal Romina Díaz.

Lo primero que hizo la investigadora fue ordenar una custodia nocturna del sitio, con el objetivo de que a primera hora del miércoles, ya con la luz del día, se llevara a cabo un rastrillaje completo por las inmediaciones. La disposición se cumplió y los peritos de la Policía Científica trabajaron toda la mañana allí.

El objetivo de los detectives constaba en intentar reunir, a través de una mayor visibilidad, más elementos de prueba que pudiesen servir al desarrollo del expediente iniciado. Y lo consiguieron, ya que en el marco del operativo encontraron más huesos -aunque de menor tamaño que los hallados el martes- desperdigados en las mismas cercanías del sitio.

Se sospecha que diversas alimañas pueden haber trasladado algunos de ellos por la zona. Una vez finalizado el procedimiento, secuestraron los huesos y se retiraron.

Casi campo

El lugar donde aparecieron los restos óseos, que conforme dejaron trascender los investigadores pertenecen al cadáver de una persona de sexo masculino, está cubierto de arbustos y rodeado de criaderos de caballos. Es casi campo.

La Policía Científica trabajó en el lugar.

Por eso, el martes a la noche los policías que participaron del operativo habían utilizado luz artificial pero se decidió continuar con el mismo el miércoles, cuando saliera el sol. Una de las bolsas encontradas contenía los huesos pertenecientes a dos pies y que presentaban aún partes blandas, mientras la otra era una parte del tronco de un cuerpo.

La particularidad de este último hallazgo es que se pudo rescatar un marcapasos St. Jude Medical con su legible número de serie que podría facilitar la identificación. En ese sentido, la policía examina por estas horas las denuncias de averiguación de paradero de hombres que hubiesen podido presentar tal característica.

Hasta el momento, la causa judicial no se caratuló “Homicidio”, pero, por las características de segmentación de los restos óseos hallados, se da por sentado que habría existido una vinculación de terceras personas en torno a la muerte. La labor forense ordenada por la fiscal Díaz que podría esclarecer el caso se realizará recién el próximo martes, desde las 12. Si se confirma que se trató de un crimen, se tratará del quinto ocurrido en Mar del Plata en lo que va del año y el primero en los últimos dos meses.