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Deportes 12 de febrero de 2019

Un delantero sin gol hizo el que más necesitaba Aldosivi

Iritier lanzó la volea de su vida. El atacante solo había convertido dos tantos en primera división. Hizo el de la agonía para la victoria del equipo de Mar del Plata sobre San Martín de San Juan

por Vito Amalfitano
@vitomundial

A Aldosivi se le había “enfriado” el gol. Y lo encontró en el héroe menos pensado. Javier Iritier solo había convertido dos tantos en Primera División y ninguno en Aldosivi. En la más fría noche del verano de Mar del Plata convirtió el que más necesitaba el equipo de la ciudad para imponerse a San Martín de San Juan por 1 a 0 en el Minella por la decimoctava fecha de la Superliga del fútbol argentino.

Javier Iritier no había hecho goles en Huracán, solo había marcado uno para Estudiantes y para Tigre, no había convertido para Aldosivi. Con 24 años, un delantero casi sin definición. Pero hizo el que más necesitaba el equipo de Mar del Plata.

En el minuto 48 Iritier tomó una pelota en el aire de volea y la clavó en un ángulo para darle la victoria a Aldosivi contra un supuesto rival directo en la lucha por la permanencia. Ahora el equipo de Mar del Plata puede soñar en algo más. Incluso al entrar con este gol en zona de Sudamericana.

Hay que sospechar siempre de los partidos que parecen servidos en bandeja. Caprichos y guiños de un juego tan imprevisible como el fútbol.

En la fría noche de Mar del Plata desde muy temprano el camino se allanó para que Aldosivi tome rumbo hacia una victoria. Sin embargo, fue mucho más complicado que lo esperado.

La expulsión temprana de Adrián Puchetta le dio a Aldosivi una diferencia numérica que pudo transformar en dominio del juego durante el primer tiempo, aunque no en un resultado favorable.

La expulsión de Puchetta y un regalo que recibió Federico Gino en una salida fallida de San Martín que el volante no supo aprovechar en la definición solo frente al arco, presagiaban una noche de alegrías tempranas. En fútbol muchas veces pasa lo contrario a los que las condiciones previas indican.

También puede pasar que el equipo de se queda con un hombre de menos muy temprano se despoja de presiones y al que tiene la diferencia numérica le ocurra lo contrario. Los sanjuaninos, lejos de “despojarse” o soltarse, se cerraron y abroquelaron en su campo. Y Aldosivi no dejó de jugar por la presión. Intentó bien por abajo en varios pasajes de la primera parte. Hizo, por momentos, lo aconsejable en estos casos. La búsqueda de la generación del 2 contra 1 o 3 contra 2 con la pelota al pie. Elevar o dividir equilibra lo que ya está desequilibrado por el hombre de más. Es cuando menos hay que abusar de centros o pelotazos. Pues bien, hay que destacar que a Aldosivi le sobró paciencia, prolijidad, orden.

Y así generó situaciones, como aquella de Gino, como un cabezazo desviado de Chávez, como una arremetida que terminó mal Leonel Galeano.

En el segundo tiempo Alan Ruíz no logró meterse de lleno en el circuito de juego y se mantuvo la paciencia y la prolijidad pero siguió en falta la sorpresa y la repentización.

El revulsivo se lo dio Javier Iritier. Entró para el último cuarto de hora. Penetró y desequilibró por izquierda en un par de oportunidades para tratar de quebrar el vallado cada vez más cerrado de San Martín. Pero al final lo pudo romper con un “bombazo” inesperado, con una volea impresionante en el minuto 48, a los 3 de descuento.

A punto estuvo Aldosivi de no usufructuar la diferencia numérica. Merecía la victoria largamente porque acertó en como jugar con un hombre de más. Pero le faltó el gol que en el último suspiro le dio Iritier. Los dos lo necesitaban más que nunca. El equipo, para ganar un partido de valor doble. El jugador, el hombre, para encauzar su carrera deportiva a partir del gol que se le negaba. Hizo uno de esos que más se festejan.