José Márquez tiene 74 años y en medio de la pandemia de Covid-19 espera internado despertarse un día con la solución que su salud y su familia demandan desde hace siete meses: la autorización para colocarle un stent que le permita conservar sus piernas y tener una mejor calidad de vida.

José es mecánico. Ejerció esta actividad en Mar del Plata durante 66 años. Todavía recuerda con orgullo aquel día que le entregaron el premio “Volante de oro” por ser considerado el mejor mecánico de la Argentina. “Es un hombre lleno de vida y tiene muchas ganas de vivir y salir adelante”, contó a LA CAPITAL su hija Paola Márquez.

Debido a su diabetes, al deterioro de su salud y al riesgo que corren sus miembros inferiores, hoy demanda que “se destraben cuestiones administrativas y burocráticas” para que PAMI autorice el procedimiento.

“Llevamos siete meses con esta odisea, pidiendo el stent, pero recién el 30 de abril el pedido ingresó al sistema de PAMI con excepción, porque en medio de la espera nos agarró la pandemia”, explicó Paola, quien antes de conseguir internar a su padre en el sanatorio Avenida -recién hace una semana- se encargó personalmente junto a su hermano de curarle las úlceras a José en su casa en una suerte de improvisada internación domiciliaria.

Durante su juventud fue un hombre sano, pero los problemas de salud llegaron con la edad. “Es diabético y se le empezaron a tapar las arterias. Hace meses arrancamos con los estudios y análisis y de ahí surgió la necesidad urgente de colocarle un stent”, precisó la hija de José.

Nada fue fácil en estos meses. Para conseguir que pudiera ser internado a la espera del stent, su familia debió realizar una denuncia ante la Defensoría Federal, que derivó en una medida cautelar firmada por el juez Alfredo López el pasado 21 de mayo, en la que además se le exige a PAMI que cumpla con lo que la salud de José necesita.

El plazo de la medida cautelar venció esta semana y su familia debió presentar una nueva denuncia. “Esto es un odisea y un laberinto burocrático en medio de un sistema perverso”, dijo Paola, su hija.

Los días pasan y José sigue internado, pero los insumos no llegan. Si antes del Covid-19 la respuesta demoraba en llegar, en medio de la pandemia “la situación se vuelve cada vez más difícil y la salud de mi papá se agrava”, contó.

En medio, se sumaron restricciones, la imposibilidad de visitarlo y la angustia de ver pasar los días sin que las soluciones lleguen.

Un cirujano cardiovascular del Hospital Houssay ya fue designado para practicarle la intervención al mecánico de 74 años, que día a día espera novedades y que PAMI autorice la práctica. Mientras tanto, sus amigos, vecinos y nietos le envían videos dándole fuerza. Su familia, como siempre, sigue siendo su mayor fortaleza.