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Deportes 1 de agosto de 2016

Una campeona mundial en Mar del Plata

Betiana Viñas quiere volver de la mano de los Calderón.

“No admiré a nadie, no admiro a nadie. Ni siquiera a ‘La Tigresa’ Acuña, que es una referencia en el boxeo femenino. Me acuerdo que hace más de diez años fui a un Campeonato Argentino en la Federación. Peleé esa vez con la “Locomotora” Olivera. Estaba la “Tigresa” Acuña en el piso de abajo y me preguntaron si me quería sacar una foto con ella. Les dije que no, yo quería pelear con ella, no sacarme una foto. Después, con los años, la enfrenté”.
Así habla Betiana Viñas, campeona mundial en receso de la categoría super pluma por la Federación Internacional y de la división pluma del Consejo Mundial de Boxeo, quien se vino a radicar temporalmente en esta ciudad para relanzar su carrera.
“La Terrible”, como lo dicen, necesita volver a empezar.
“No peleo desde abril de 2015. Dejé por problemas personales. Me declararon campeona en receso y volví a entrenar hace seis meses. Ahora quiero volver a combatir lo más rápido que pueda”, sostiene.
Por consejo de Pablo Chacón, su último entrenador, y gracias a una gestión de la propia Federación Argentina de Boxeo, Viñas accedió a instalarse en Mar del Plata para entrenar junto a Huber y Eber Calderón. Gracias a la buena predisposición de Carlos Vecchio -los buenos oficios de padre e hijo consiguieron el apoyo de Sepromed, Tienda León, Sanatorio Belgrano y el Sindicato de Pasteleros en esta nueva empresa-, el Instituto Vecchio cobija todos los días los esfuerzos y las ambiciones de una campeona que quiere volver a ser.
El mayor con “Látigo” Coggi, “Locomotora” Castro y “La Hiena” Barrios; el menor con Roberto Bolonti y recientemente con César Reynoso. Los Calderón saben de qué se trata.
“Todos nos dijeron que Betiana era una buena chica y una buena profesional. Nosotros no queremos aventureros. Ella tiene mucha garra, él otro día guanteó con “Siru” Acosta. Vamos a aportarle lo que sabemos. Queremos que, cuando se vaya, lo haga con una buena imagen nuestra y que le hayamos aportado algo para mejorar”, sostiene Huber.
“La Terrible” es de pocas palabras. Cuando lo hace, revela una personalidad fuerte. Como en esta historia de sus comienzos en el pugilismo. “Nací en Neuquén. Mi hermano fue boxeador amateur y mi papá me llevaba a verlo a entrenar. Lo vi entrenar mucho, lo seguí cuando empezó a pelear y después arranqué yo. Me “enganché” enseguida con el boxeo. Pasa que yo era muy peleadora de chica. Jugaba al handball y casi siempre terminaba a las piñas”, recuerda.
Y a las piñas se abrió camino. “Más allá de que estuve radicada mucho tiempo en Mendoza y combatí bastante en esa provincia, siempre fui de visitante. Los mendocinos son un poco cerrados. Si no sos mendocino, no te llevan mucho el apunte. Mendoza no es mi lugar. ¿A qué voy? Nunca fui local en algún lado. Entonces tenía que ir a pelear y ganar. Eso define mi estilo. Hasta en Río Negro tuve que remar contra la corriente y sufrí un par de fallos jodidos. Por ahí dejo la técnica de lado y salgo a atacar, a buscar, a cansar. No quiero que me roben más”, se define con decisión.
Viñas es campeona mundial en dos categorías. Pero…”No estoy conforme con mi carrera, nunca estoy conforme. Quiero más. Me gustaría volver a pluma. Tengo muchas cosas por mejorar”, concluye.
En ese sentido, Eber Calderón sostiene que el punto de partida es bueno. “Ella pasó por la escuela mendocina, que es muy buena. Tratamos de respetar la línea que ella tiene y aportar algunas nuevas ideas. Hay campeones muy poco profesionales. Ella, en cambio, escucha mucho e intenta llevar a la práctica las sugerencias. Su disposición para entrenar simplifica mucho todo”, apunta.
¿Cuáles son los próximos pasos para este flamante equipo?
Pulir detalles y conseguir pronto la pelea del regreso. En ese sentido, las noticias son buenas para Viñas. Está próximo a concretarse un combate en Toronto para el 9 de setiembre con la canadiense Sandy Tsagouris, dueña de un récord de 14 victorias y 2 derrotas.
“Es una pelea importante, con una rival importante. No habrá título en juego, pero ese combate nos vendrá bien para saber dónde estamos parados”, evalúa el menor de los Calderón. “Será muy especial para mí. Y también la primera vez que salga del país”, sostiene Viñas, dispuesta a empezar otra vez. Y, como casi siempre, de visitante.