Un grupo de padres, madres, docentes y directivos de dos escuelas públicas de Mar del Plata que comparten un mismo edificio en el barrio Nueva Pompeya con problemas de infraestructura concurrieron este jueves al Consejo Escolar en busca de una respuesta de las autoridades y advirtieron que el establecimiento “no está en condiciones se retomar las clases presenciales” el próximo lunes, aunque ese “no es el mayor problema”.

La Secundaria N°46 y la Primaria N°2 funcionan en el edificio ubicado en Guido N°652. Hace años arrastran varias cuestiones que afectan su actividad: los techos están rotos y si bien el mes pasado se licitó la reparación, la obra sigue sin comenzar. A su vez, la matrícula de la Primaria duplica a la de la Secundaria, por lo que cada año se genera “un cuello de botella” entre los chicos que pasan de un nivel al otro.

Este jueves por la mañana, la comunidad educativa de estas escuelas se dirigió al Consejo Escolar. Algunos de sus integrantes fueron recibidos antes del mediodía por las autoridades del organismo, a quienes le plantearon la necesidad de encontrar una solución de fondo para poder retomar el dictado de clases.

“Es un edificio muy pequeño. La matrícula de la Primaria es el doble de la Secundaria. Y además está en un estado deplorable, con los techos destruidos, sin accesibilidad y otros problemas estructurales”, indicó una de las madres, Susana, en diálogo con LA CAPITAL.

En edificio ubicado en Guido N°652 funcionan ambas escuelas.

Ya cuando a fines del 2020 se autorizó en la Provincia de Buenos Aires el regreso de la presencialidad, la vuelta a clases no fue posible en estas escuelas.

Frente a los problemas edificios y gracias a una gestión de la directora, los alumnos y las alumnas debieron pasar a asistir a clases “circunstancialmente” en dos aulas cedidas por la Escuela Especial N° 502 ubicada en Perú y Rivadavia -que funcionó como vacunatorio Covid este verano-, “muy lejos” de donde reside la mayoría de los y las estudiantes.

Ante esta circunstancia, a principios de este año los padres, las madres y los docentes enviaron al Consejo Escolar una carta en la que pidieron “un edificio alternativo” para funcionar y propusieron algunas opciones, como la sede del ex instituto San Marcos, ubicado a solo seis cuadras, entre otras.

“Extraoficialmente nos enteramos que ese edificio va a ser destinado a otra escuela que funciona a cuatro kilómetros”, señalaron y plantearon a su vez que “los chicos están muy acostumbrados a su escuela y no habría por qué desterrarlos, ya que es posible reparar lo que está mal”.

Asimismo, indicaron que “los techos están rotos, en estado lamentable” y que la escuela “no es inclusiva”, ya que no garantiza la accesibilidad para personas con discapacidad. Solo cuentan con una escalera que “se llena de agua cada vez que llueve”, precisaron.

La licitación para reparar los techos se realizó hace más de un mes. Sin embargo, la obra todavía no comenzó. Durante el encuentro con las autoridades del Consejo Escolar pidieron también una respuesta en este sentido, para conocer los plazos de la obra que demoran la vuelta a la presencialidad en ambos establecimientos.

“El deterioro del edificio viene siendo denunciado desde hace años, agudizándose los problemas hasta llegar a que la falta de mantenimiento imposibiliten que la escuela pueda volver a la presencialidad porque sus techos estas rotos, obra que fue licitada el 10 de mayo y que supuestamente comenzaría antes de las vacaciones de invierno”, expresaron desde la comunidad educativa.