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Opinión 7 de marzo de 2019

Una mujer te hace esta pregunta…….

Por Dr Jorge Laborda Molteni

“Hombre, ¿eres capaz de ser justo ? Una mujer te hace esta pregunta”, escribió en el comienzo de un conocido panfleto de 1791 Olimpia de Gauges, autora teatral y escritora, activista revolucionaria y responsable en 1789 de una Declaración de Derechos de la mujer y la ciudadana, una de las primeras feministas. Desde su escrito pidió por el derecho femenino al voto, por el acceso a cargos públicos, por educación y acceso a la propiedad privada, derecho al divorcio, y simplemente porque las mujeres pudieran hablar en público. Enfrentada con Robespierre y Marat, cayó presa y fue guillotinada en 1793 durante el terror jacobino.

El Día Internacional de la Mujer es un día de reconocimiento al legado de coraje, sabiduría e independencia que entregaron inolvidables pioneras, también al heroísmo de unas obreras textiles en huelga, que murieron encerradas en el trágico incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist NY. Este suceso de sangre y fuego tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, a esta movilización se le adjudicó una fecha y un lugar preciso, 8 de marzo de 1857, Nueva York.

En Historia de las mujeres (Santillana, 1993), Georges Duby y Michelle Perrot, lo dicen con todas las letras, que “durante mucho tiempo las mujeres quedaron abandonadas en la sombra de la historia”.

En la actualidad, nos encontramos en un momento crítico de la historia, las mujeres que han roto su silencio con inmensa valentía, abarcan todas las razas, todas las ocupaciones y prácticamente todos los rincones del mundo. Nunca antes habíamos presenciado este ímpetu y movilización mundial que involucra a hombres y mujeres, niñas y niños, que claman por la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas. Nunca antes habíamos visto esta indignación generalizada por demandas de cambio y de medidas concretas, tampoco habíamos tenido el contacto inmediato y global que nos brindan hoy las nuevas tecnologías, permitiéndonos comunicar y denunciar en tiempo real las atrocidades y los horrores por la referida violencia, machismo primitivo y troglodita de dominación por el músculo.

Las historias personales que se difunden por los medios de todo el planeta, bastan y sobran para mostrar que la humanidad finalmente está mirando de frente un problema que arrastramos desde hace milenios en una trama de creencias, ideas y prejuicios tóxicos que, por la frustración que alimenta, nos daña a todos. Una buena herramienta para ello sería la coeducación en valores y alejadas de prejuicios de género, tan necesaria para erradicar males como la mencionada violencia contra la mujer.

La dominación de género es un fenómeno universal, pero no todas las mujeres están subordinadas del mismo modo en todos los contextos, dado que esas relaciones están atravesadas por distintos clivajes de opresión y demandas culturales.

El feminismo ha prosperado, poco a poco las mujeres comienzan a vivir mejor. En los últimos cincuenta años se han elevado los niveles de participación de la mujer en la casi totalidad de las actividades humanas, desde la política hasta la literatura, pasando por la investigación científica y la exploración de los espacios siderales; no queda ningún aspecto del vasto escenario de la inteligencia y del trabajo en que la mujer hoy esté ausente.  Habría que decir –invirtiendo el salmo– que ya en el cielo como en la tierra la mujer ha acentuado su presencia, en actos, tareas y responsabilidades que se creían exclusivas del género masculino, las diferencias tienen que ver con estilos conductivos y nó con capacidades.

Cada año son más las mujeres que se vuelcan a carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Se las conoce como “mujeres STEM” (acrónimo en inglés de science, technology, engineering y mathematics). Las empresas y organizaciones que más avanzadas están respecto de políticas de inclusión y diversidad empiezan a buscarlas y valorarlas, en respuesta con un clima de época que viene de la mano del feminismo y las demandas de las mujeres por ocupar más espacios. Igual capacidad, iguales oportunidades e iguales derechos.

Hoy, como integrantes de esta sociedad, tenemos la responsabilidad y el compromiso de transmitir esta herencia a las nuevas generaciones de mujeres para decirles que los derechos de los que hoy gozan, fueron ganados duramente a costa de sacrificios, dolor y ostracismo por esas valientes mujeres que se enfrentaron a la incomprensión, al autoritarismo y la maledicencia de la sociedad de su tiempo, luchas y desafíos que continúan.  

No existen personas que carezcan de prejuicios sino personas con honestidad emocional e intelectual capaces de revisarlos, nuestro diario desafío. A medida que se dan los cambios sociales en las actitudes, en las creencias y en los valores, nuestras esperanzas son ver que la igualdad de género se convierta en una realidad en este siglo XXI.  Igualdad para mujeres corresponde a progreso para todos.