La cuadra de Saenz Peña al 2000 es una de las más peligrosas de Mar del Plata. No es una consideración arbitraria, no es una forzada conjetura que estigmatiza a vecinos de ese barrio. Es todo lo contrario: los propios vecinos conviven con el riesgo todos los días, desde hace años.

En las últimas horas, el “point” volvió a ser allanado y volvieron a meter presos a algunos de sus responsables. Pero está tan instalado en el circuito de venta de drogas que siempre encuentran la manera de revivirlo. Aunque las autoridades policiales y judiciales resolvieron en los últimos tiempos varias causas, con detenidos y condenas, siempre faltó el respaldo político para cerrar el círculo.

José Luis González (31) murió el 9 de julio de 2017 a causa de un tiro de arma calibre 9 milímetros que accionó un menor de edad. Una pelea previa y la enemistad propia de los conflictos en el margen de la ley fueron el trasfondo de ese crimen.

Lucas Rosales (16) el 26 de agosto de 2017 fue asesinado de un disparo en la puerta de la misma casa que fue allanada en las últimas horas. Quien lo ejecutó fue Alan “Pol” Acosta, que había llegado hasta el lugar a reprocharle a la madre de Rosales un tema vinculado con la venta de estupefacientes. Acosta, que tenía hermanas policías, estuvo prófugo varios días hasta que fue capturado y en septiembre de 2019 recibió una pena de 12 años de prisión.

El 10 de marzo de 2019 Daniel Omar Alvarez Romadan también murió bajo las balas del hampa en el mismo sitio, metros más, metros menos. Esa madrugada le dispararon una ráfaga que también alcanzó a otros dos amigos, aunque éstos lograron recuperarse. Por el crimen fue detenido un hombre con el que Alavarez Romadan estaba enfrentado.

Pero además de los tres homicidios hubo otros casos de heridos de arma de fuego y numerosos allanamientos.

En agosto del año pasado cinco personas fueron detenidas y la policía vinculó a ese grupo con el que asesinó en junio a Jonatan Olivera, de solo 17 años.

También allí, en Saenz Peña al 2000, se efectuó un procedimiento en el marco del operativo que desbarató una banda de narcotraficantes que tenía como peculiaridad la venta desde pollerías.

Por estas horas el fiscal Leandro Favaro y el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Héctor García, se reunirán para avanzar en algún tipo de medida sobre ese inmueble para que no pueda volver a ser utilizado.