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Deportes 31 de agosto de 2017

Uruguay se adjudica a Gardel para promocionar el partido

Expectativas y curiosidades desde Montevideo, antes del partido clave por eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.

Por Vito Amalfitano
Desde Montevideo

“Cuando juega Uruguay, Gardel sonríe”, dice el aviso de la cadena televisiva de Montevideo VTV para promocionar el partido Uruguay – Argentina de eliminatorias para el Mundial de fútbol de Rusia 2018 en la página 3 del suplemento deportivo del diario El País local.

En el curioso aviso aparece la imagen de Gardel con la bandera de Uruguay detrás, con lo cuál se lo adjudican absolutamente al gran cantor de tangos rioplatense, para nosotros bien argentino, más allá de su nacimiento en Tolouse y de su historia cosmopolita.

Esa imagen de Gardel, con la bandera de Uruguay, provoca o acrecienta la rivalidad. Se obvia, a propósito, por ejemplo, que el propio Gardel, antes de la final del Mundial del 30 jugada aquí entre Uruguay y Argentina, llegó a Montevideo y fue a saludar a los dos planteles por igual, por el cariño que tenía por ambos países.
La tapa del suplemento tiene fotos de Messi y Luis Suárez y está escrita con letras de molde la palabra Herma-no pero separada, con color diferente en el “NO” como para remarcar que hoy no hay “hermandad” entre Uruguay y Argentina.

La rivalidad también se siente en las calles de Montevideo con chanzas mutuas en la mañana previa al partido, aunque sin agresividad por ahora. Muchos argentinos están llegando por distintas vías, por avión, por ferry o también en auto a t ravés del puente Fray Bentos, que se vio atascado en horas de la tarde ayer por el paso de los hinchas para concurrir al partido.

Uruguay y Argentina juegan desde las 20 un partido clave para la clasificación al Mundial de Rusia 2018 en el mítico estadio Centenario de Montevideo, dónde se jugó aquella final del 30, a que justamente no quiso concurrir Gardel para no herir suceptibilidades, aunque sí había visitado los planteles. Los orientales no tienen hoy problemas en alimentar esas mismas suceptibilidades “adjudicándoselo” a Gardel por completo.