Utilizan ostras molidas en la fabricación de placas para construir viviendas
La modalidad de construcción logra reducir los costos por metro cuadrado prácticamente en un 50% en comparación con las viviendas tradicionales.
Fotos: Telam | Marcelo Ochoa.
Un micro emprendedor utilizó ostras molidas para revestir placas de telgopor de alta densidad y edificar las paredes de una casa que construyó en la Bahía de San Blas, al sur de la provincia de Buenos Aires, por lo que la vivienda instalada en cercanías del mar resultó más económica, hermética, acústica y térmica, aseguró el fabricante.
Se trata de Raúl Díaz, productor de premoldeados en el parque industrial de Viedma, que hasta el momento lleva construidas tres casas y su propia cocina aprovechando la cáscara de la ostra, especie invasiva diseminada en las playas del sur bonaerense que es considerada una plaga.
“Se trata de un material muy noble”, precisó Díaz, quien aseguró que “la casa en San Blas está intacta desde el 2015”,
En diálogo con Télam, Díaz contó que la idea se guía por tres ejes fundamentales: la limpieza y descontaminación de las playas, la generación de trabajo con mano de obra local, y la utilización de las placas en la construcción de viviendas, “a un costo muy por debajo de lo normal”, según remarcó.
El fabricante aseguró que esta modalidad de construcción logra reducir los costos por metro cuadrado prácticamente en un 50% en comparación con las viviendas tradicionales.
Los paneles utilizados para construir las viviendas se encastran uno sobre otro, miden 1,50 metros de largo por 40 cm de ancho y tienen 15 centímetros de espesor.
Según relató, Díaz adquirió una moledora para las cáscaras de ostra y además fabricó una máquina lavadora para desalinizar la materia prima y una caja contenedora con la que pudo calcular que, para conseguir un metro cuadrado de molienda de cascara de ostras, son necesarios cuatro metros cuadrados de cáscara virgen.
Para la elaboración, utilizó moldes rebatibles que mandó a fabricar para revestir los bloques de telgopor y así obtuvo placas ultra livianas, que fueron testeadas en una prueba de resistencia de alta presión por Vialidad Provincial de Río Negro.
“El resultado es que se obtiene un hormigón de tipo H17 que no lleva hierro, porque no es necesario”, precisó el fabricante.
Las placas fueron diseñadas para ser encastradas y pegadas con adhesivo para pisos: “Construí una habitación de 4×4 con dos bolsas de 30 kilos de pegamento que soporta sin problemas una losa convencional”, afirmó.
Asimismo, explicó que junto a una arquitecta, un ingeniero y otros colaboradores “estamos en el proceso de registrar el producto, conseguir una patente y obtener las certificaciones IRAM”, pero “todo se detuvo por la pandemia”, aclaró Díaz, quien busca acompañamiento estatal para su proyecto, ideado en 2010.