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Policiales 5 de abril de 2020

Violencia de género: cómo se vive la otra pandemia en el aislamiento

En los Juzgados de Familia de Mar del Plata aseguran que el maltrato familiar se multiplicó y que las víctimas están más expuestas que nunca por convivir 24 horas con sus agresores. Sin embargo, los números de denuncias en la Comisaría de la Mujer son los más bajos: 6 denuncias por día, de las cuales se judicializan 2, y en la Fiscalía General bajaron las causas en un 50%.

Un lazo negro atado en una reja en repudio del femicidio de Claudia Repetto.

Por Juan Salas
@juasalas

El aislamiento obligatorio para prevenir el avance del coronavirus en la sociedad se vive diferente en cada casa y mientras algunas personas celebran por redes sociales el home working o maratones de series en Netflix, hay mujeres y niños que sufren una pesadilla por tener que convivir 24 horas con alguien violento y no poder escapar de esa situación.

En los primeros 13 días de aislamiento obligatorio, fuentes del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires informaron que en la Comisaría de la Mujer de Mar del Plata se registraron 83 denuncias por violencia de género y familiar, es decir, unas 6 por día. Antes de esta pandemia, en los teléfonos de esa dependencia se registraban unas 30 por día.

De esas 83 denuncias, 26 fueron judicializadas, lo que se traduce como 2 causas penales investigadas por la Justicia por día.

Esta reducción en las denuncias no es un reflejo de la realidad y no significa que de un día para el otro desapareció la violencia de género y familiar, por lo que la disminución de los números responde principalmente a dos causas: por un lado, que al regir el aislamiento son menos los casos de hombres violentos que se movilizan hasta la casa o trabajo de una ex para hostigarla, de esta manera, no incumplen con la medida de acercamiento, no rompen la ley y no actúa la policía.

Por otra parte, la merma en las denuncias también evidencia la imposibilidad de que mujeres y niños puedan denunciar al violento mientras conviven las 24 horas con él. Si denunciar y escapar del círculo de la violencia en tiempos prepandemia era difícil, en estos tiempos de aislamiento se vuelve casi imposible.

Hay que destacar también que desde que entró en vigencia el aislamiento, el 20 de marzo, la Suprema Corte de Justicia resolvió que se prorrogaran de manera automática todas las medidas de exclusión de hogar, restricción de acercamiento o cualquier otra disposición para garantizar la protección de las personas. Por lo tanto, tampoco se hicieron más denuncias de temas ya existentes y que estaban judicializados.

El fiscal general de Mar del Plata, Fabián Fernández Garello, explicó que en tiempos de aislamiento “se trabaja igual”, ya que la violencia de género es un tema “delicado”, y que se ha registrado una reducción del 50% en las causas.

El fiscal general Fernández Garello explicó que se trabaja “como siempre”, pero con la implementación de tareas remotas para evitar el traslado de personal. De esta manera, la fiscalía especializada en la temática de violencia de género, a cargo de Graciela Trill y Paulo Cubas, sigue los casos derivados por los juzgados de familia o la Comisaría de la Mujer.

Aislamiento en hogares tóxicos

Barbijo, alcohol en gel, lavarse las manos cada 2 horas, mantener distancia y volver al hogar. Las protecciones que se toman en el mundo exterior contra el coronavirus no sirven puertas para adentro para salvarse de una persona tóxica que maltrata, golpea, humilla, insulta, y de la que no se puede escapar por el aislamiento obligatorio.

La titular del Juzgado de Familia N° 5 de Mar del Plata, Alejandra Obligado, explicó a LA CAPITAL que en la primera semana del aislamiento obligatorio –entre el 20 y 27 de marzo– se había registrado una cantidad inverosímil de denuncias, de tan solo 3 ó 7 por día. Sin embargo, la situación cambió, y en estos primeros días de abril hubo entre 20 y 30.

“Siento mucho dolor por la situación, imagino a las mujeres que por protegerse del Covid-19 están obligadas a permanecer encerradas en hogares tóxicos, contaminados por la violencia y sin poder pedir ayuda, porque tal vez si salen tienen miedo de infringir el aislamiento”, expresó la jueza Obligado.

Para la jueza, el aislamiento obligatorio en el marco de la crisis sanitaria mundial por el coronavirus “agravó otra pandemia mundial: la violencia de género y los femicidios” y destacó que “en estos días de aislamiento, se registraron 12 femicidios y se multiplicaron los casos de violencia y maltrato intrafamiliar”.

“En este contexto de aislamiento, se recrudece la violencia de género”, expresó la jueza Obligado y agregó: “Es muy importante que tengamos más canales de denuncia, pero el problema es el después. ¿Qué hacemos con la denuncia en esta situación? En Mar del Plata, en el Hogar Gale, hay 12 mujeres, y en los juzgados de turno recibimos 20 ó 30 denuncias”, dijo la titular del Juzgado de Familia N° 5.

“Hay que fortalecer las redes barriales y comunitarias. Esto es clave para que mujeres, niños, adolescentes y adultos mayores tengan en su comunidad un canal de comunicación y de denuncias sin llegar a la comisaría especializada”, dijo la jueza y explicó que “una de las características de la violencia familiar es la soledad y el aislamiento que provoca el poder del agresor, a esto ahora se le suma el aislamiento preventivo por el Covid-19 y da como resultado una menor posibilidad de conseguir refugio y ayuda”.

“El aislamiento impuesto por el Estado, nos indica que hay una decisión política de erradicar este virus, pero considero que esta decisión política también debiera estar y activar acciones positivas a fin de erradicar la pandemia de la violencia de género”, remarcó Alejandra Obligado y agregó: “La gente que sufre violencia ya vivía una pandemia. Me duele mucho el Covid-19, pero me duele mucho más por el tiempo que está entre nosotros el ‘Virus Violencia Familiar'”.

Miedo, angustia y ansiedad en aislamiento

Una joven, después de haber sido golpeada por su pareja, dijo que se iba a comprar algo al almacén y, a pesar del aislamiento, fue directamente a la Comisaría de la Mujer para radicar la denuncia. Una mujer, con dos bebés, pudo conseguir un celular y pedir ayuda, ya que su marido –un hombre de Senegal que estaba sin poder trabajar en la venta callejera– la maltrataba. Una mujer de La Pampa se escapó de la casa en la que convivía con un hombre agresivo y recibió ayuda para volver con su familia a su provincia.

Estos son algunos casos reales, de mujeres reales que sufrieron agresiones en sus hogares, hogares en los que estaban obligadas a permanecer en aislamiento por el coronavirus junto a sus parejas que las maltrataban.
La directora de Políticas de Género de la Municipalidad, Susana Mercado, informó que la guardia en la Casa de la Mujer se mantiene durante todo el aislamiento de 8 a 15 y que hay tres operadoras que atienden en el 108.

“Trabajamos como siempre, en red con las fiscalías de turno, los juzgados, la Comisaría de la Mujer y el movimiento de mujeres, y tenemos el dispositivo del refugio”, expresó Mercado y agregó: “Esta red ya existía, pero ahora la ajustamos más para poder llegar a más hogares”.

Mercado dijo que diariamente al 108 llegan unas 30 llamadas, pero no siempre de casos de violencia de género o familiar, sino también por información de becas de vulnerabilidad y ayudas sociales. “Existe mucha necesidad económica y social en estos tiempos de aislamiento”, agregó.

“Contamos con psicólogas que hacen terapia virtual, ya que el aislamiento potencia muchas de estas emociones, como el miedo, la angustia y la ansiedad”, expresó la directora de Políticas de Género de la Municipalidad y agregó: “Muchas veces el deseo de la mujer no es irse del hogar, sino que saquen del lugar al hombre violento”.

Apoyo y contención fuera del Estado

Esa “red” de lucha contra la violencia de género de la que habla Susana Mercado la integran también diferentes organizaciones civiles, como Alameda EnRed, que se encarga principalmente de la temática de trata de personas y violencia sexual.

“En estos tiempos de aislamiento, se intenta visibilizar mucho más las formas de comunicación, que son necesarias, ya que las mujeres que están en sus casas pueden sufrir situaciones de violencia y se pueden agudizar”, explicó la psicóloga de Alameda EnRed, Patricia Gordon.

“Las condiciones de aislamiento son necesarias para prevenir el contagio del coronavirus, pero, en algunos casos, incrementan la violencia en el hogar”, consideró Gordon y agregó: “En Alameda EnRed, lanzamos una línea para que las personas que necesiten orientación la puedan recibir. Hubo consultas por temas de abusos y se sienten escuchadas”.

“Es importante que el hecho de estar aisladas físicamente no signifique estar aisladas del sostén de contención necesario. Orientamos los pasos que tienen que dar y hacemos el seguimiento para ver si se hizo la denuncia y si la tomaron y, en caso de no haber recibido ayuda, continuamos con la atención virtual”, dijo la psicóloga de Alameda EnRed.

Patricia Gordon consideró, al igual que otros especialistas consultados, que en los casos en que existían situaciones de violencia instaladas antes del aislamiento, se recrudecen. “Hay personas que ya arrastraban un problema y en este momento se agrava, por eso estamos conteniendo en ese sentido”, finalizó.

Aislamiento, pero no soledad

El mundo que representa cada hogar, en aislamiento, engloba una realidad muy diferente a la del vecino o vecina. Donde en alguna casa hay risas, en otra hay incertidumbre, congoja, miedo, ansiedad y hasta violencia. Y lo que pasa a tan solo metros de distancia hoy, con toda la comunicación y tecnología existente, es un misterio. Por eso la necesidad de que las redes de contención estén activas; por eso la necesidad de que las víctimas hagan las denuncias, que puedan terminar con el círculo de violencia; por eso la necesidad de un Estado que dé respuestas, de una sociedad que repudie cada día la violencia.

Se hace todo lo posible para que el coronavirus no avance, para que no se propague. También hay que hacerlo contra la violencia de género. Con el Covid-19, todos somos potenciales propagadores del virus y de la enfermedad, aun sin saberlo. Con la violencia de género pasa algo parecido, no se conoce a la víctima y al victimario hasta que es muy tarde, y para esta pandemia el aislamiento no alcanza, al contrario, parece agravarla.

— Cómo denunciar: del 144 al barbijo rojo

La red de contención que existe desde el colectivo de mujeres hasta el Estado está activa aun en aislamiento obligatorio y, a pesar de que todo el esfuerzo y la mirada política se centran en evitar la propagación del coronavirus, la vida sigue en todas las direcciones y también la muerte en forma de femicidio.

La línea 144 es el número telefónico de emergencia utilizado en Argentina para contener a las mujeres en situaciones de violencia y recibe llamadas las 24 horas. En Mar del Plata, la Comisaría de la Mujer recibe denuncias al 472-0804 o, si la persona puede y lo desea, se puede acercar personalmente hasta Juan B. Justo 3649.

La Municipalidad cuenta con la línea Malva 108, que recibe llamadas por consultas vinculadas a la violencia de género y desde allí se realizan las derivaciones y articulaciones con otras dependencias. El horario de atención es de 8 a 15.

Si la víctima de violencia de género o familiar no puede acceder a un teléfono para realizar la denuncia, tiene que intentar salir y pedir ayuda a algún vecino o familiar para que se comuniquen con las autoridades.

Otra alternativa en tiempo de pandemia es en clave: ir a una farmacia y pedir comprar un “barbijo rojo”. Esa petición hará que la persona de la farmacia explique que, en estos momentos, no hay tal elemento, pero que deje los datos para que se comuniquen cuando cuenten con el producto. De esta manera, se reconocerá que quien pida un barbijo rojo, en realidad, necesita ayuda por sufrir violencia de género o familiar.

Fundación Alameda EnRed brinda orientación profesional y solidaria para situaciones de abuso sexual o trata de personas desde el teléfono 0223 156 017711 y, en casos de crisis social debido a la pandemia abrieron la línea 11-68803975.

– Covid-19 y las violencias por razones de género